Por qué el ácido fólico y el hierro son clave en el embarazo

Mantener una dieta equilibrada no es suficiente para llevar un embarazo sano y cuidar al bebé en desarrollo durante la gestación se sugiere la incorporación de suplementos.

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Embarazo saludable
Embarazo saludable

El estado de salud de quien planea quedarse embarazada es importante para el bebé que algún día llegará. Un buen chequeo médico y la visita al obstetra son clave antes de empezar a buscar un bebé. Primero del ácido fólico y después del hierro te va a hablar tu especialista cuando se refiera a suplementos.

A tiempo

"Toda mujer que programa un embarazo debería empezar a tomar ácido fólico seis semanas antes de la concepción y hasta la semana diez de embarazo, aproximadamente. Es más, cualquier mujer en edad fértil puede tomar un miligramo de ácido fólico todos los días. Es económico, fácil de conseguir e inocuo. No está de más tomarlo" manifiesta el Dr. Guillermo Poli, ginecólogo y obstetra del Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT).

El doctor explica que la importancia de ingerir ácido fólico a tiempo, cuando se está buscando el embarazo, está en que la columna vertebral del bebé en formación se cierra a las tres semanas de la concepción, es decir una semana después de la primera falta menstrual.

"Se prescribe para evitar defectos congénitos que tienen que ver con el cierre del tubo neural. La anencefalia se da cuando el extremo superior del tubo neural no cierra adecuadamente. En tanto la espina bífida tiene que ver con una malformación de columna vertebral", señala el Dr. Poli.

Unos miligramos

"La anemia se descubre en el primer análisis de sangre que se realiza la embarazada y se da por la falta de hierro que durante la gestación es casi tan común como un resfrío", indica el Dr. Poli y explica que el ser humano tiene una reserva de hierro que con el embarazo se va perdiendo.

Por eso, el Dr. Poli recomienda que a partir de la semana veinte, cuando las náuseas, vómitos y malestares estomacales cesaron, la mamá comience a ingerir al menos cuarenta miligramos de hierro por día.
El obstetra hace hincapié en la necesidad de ingerir estos suplementos para evitar que el bebé nazca con bajo peso ya que parte del hierro que la mamá consuma, lo van a utilizar el bebé y la placenta para su desarrollo. "Tomando estos suplementos y con una dieta sana se podrán vivir los nueve meses de la manera más saludable posible", señala el Dr. Poli.

También en los alimentos

Durante el embarazo hay una mayor demanda de hierro, sobre todo en la segunda mitad, donde se duplica la recomendación de consumo de este mineral. Además de acudir a suplementos, la sugerencia es seleccionar alimentos ricos en hierro. La carne vacuna, por ejemplo, tiene el doble de hierro que el pollo y el triple que el pescado.
En tanto el ácido fólico está en las verduras en general y en especial en las de hoja verde, en frutas secas, granos enteros y legumbres. Además en nuestro país es ley el enriquecimiento de harinas con hierro y ácido fólico, por lo que las pastas, panes y derivados de las harinas también son fuente de estos nutrientes.

La dieta para alimentación diaria de una embarazada con peso adecuado para su talla, durante el segundo y tercer trimestre de embarazo debería ser así:

Desayuno
1 vaso de leche o yogur
1 infusión
1 trozo de queso compacto (60 g)
2 rebanadas de pan integral (opcional 1 cucharadita de mermelada)
2 cucharaditas de azúcar

Almuerzo
200 gramos de carne
1 taza de vegetales de hoja
1 tomate mediano
1 papa chica
1 rebanada de pan integral
1 fruta mediana
1 cucharada sopera de aceite

Merienda
1 vaso de leche o yogur
1 taza de copos de maíz

Cena
1 omelette (1 huevo y dos fetas de queso de máquina)
1 berenjena rellena con arroz
1 taza de vegetales crudos de distintos colores
1 cucharada sopera de aceite
1 rebanada de pan integral
1 fruta mediana

Colaciones
1 vaso de leche o yogur
1 barra de cereales

Por Paula Labonia / Asesoraron: Dr. Guillermo Poli, ginecólogo y obstetra del Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT) y Dra. Clarisa Reynoso, endocrinóloga del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Británico.

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