
Un plato compuesto por colores vivos puede ser determinante para disminuir la inflamación y mejorar la salud integral. Incrementar la presencia de frutas y verduras de tonos intensos en la dieta diaria representa una estrategia sencilla, respaldada por estudios científicos, y constituye una herramienta eficaz para quienes desean prevenir enfermedades crónicas y fortalecer el bienestar.
La evidencia científica indica una fuerte relación entre una dieta rica en alimentos vegetales y la disminución de la inflamación. Los fitonutrientes presentes en frutas y verduras de colores fuertes, como la remolacha roja o las moras, contribuyen a proteger el organismo frente a enfermedades cardíacas, trastornos gastrointestinales y otras afecciones crónicas.
Si bien reducir el consumo de carnes rojas, azúcar y alcohol tiene efectos positivos, los estudios subrayan el impacto directo de aumentar la ingesta de alimentos vegetales coloridos.
Consumo de frutas y verduras y el riesgo de mortalidad
Un estudio realizado por el Hospital Brigham and Women’s y la Universidad de Harvard, analizó a más de 100.000 participantes, mostró que consumir un promedio de cinco porciones diarias de frutas y verduras se asocia con una reducción del 13% en el riesgo de mortalidad.

A pesar de esta evidencia, la mayoría de los adultos no supera una porción de fruta y una y media de verduras por día, lo que evidencia un amplio margen para mejorar los hábitos alimentarios.
Consejos prácticos para una dieta colorida
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) define con claridad cómo deben medirse las porciones recomendadas de frutas y verduras para una alimentación saludable y equilibrada. Según estas directrices, una porción de fruta se considera una taza de fruta fresca, congelada o enlatada; media taza de fruta seca; o una taza de jugo de fruta cien por ciento natural.
En cuanto a las verduras, una porción equivale a una taza de verduras crudas, cocidas, congeladas o enlatadas, dos tazas de ensalada de hojas verdes crudas o una taza de jugo vegetal 100% natural.

Estas recomendaciones tienen el objetivo de facilitar la inclusión diaria de diferentes variedades de frutas y verduras, ayudando a las personas a alcanzar la cantidad aconsejada para mantener un buen estado de salud.
El USDA subraya que la diversidad en colores y tipos de alimentos vegetales es fundamental, ya que cada grupo aporta nutrientes, vitaminas, minerales y compuestos bioactivos específicos, que contribuyen a la prevención de enfermedades y fortalecen el bienestar general.
El organismo también aclara que, para sumar porciones, no es imprescindible recurrir siempre a productos frescos. Las frutas y verduras congeladas, enlatadas o secas ofrecen un perfil nutricional semejante y pueden formar parte del consumo diario, siempre que no contengan azúcares, sal u otros aditivos en exceso.

En definitiva, respetar las porciones y recomendaciones establecidas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos constituye una guía práctica para aumentar la cantidad de alimentos vegetales en la dieta cotidiana, facilitando así el acceso a los nutrientes esenciales para una buena salud y calidad de vida.
Formas prácticas de añadir color a la alimentación
Entre las posibilidades más simples para aumentar el colorido de la dieta destacan: sumar rúcula a una rebanada de pizza, mezclar arándanos con yogur, colocar rebanadas de frutillas sobre tostadas de mantequilla de maní, añadir tomates cherry a un sándwich de atún.

Otras alternativas incluyen agregar espinacas a la pasta, acompañar una tostada de palta con verduras asadas, enriquecer el arroz con guisantes congelados, mezclar morrón con huevos revueltos o añadir remolachas enlatadas a las ensaladas.
Pequeñas decisiones diarias, como sumar frutas y verduras en distintas comidas, facilitan el cumplimiento de las porciones recomendadas y contribuyen a una alimentación más saludable. Así, un plato lleno de colores puede ser la base de un mayor bienestar.
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