
El estrés en la pareja emerge como un silencioso enemigo de la salud cardíaca, actuando con un impacto comparable al de factores clásicos como el tabaquismo o el sobrepeso, según una revisión publicada por el equipo de Heather E Tulloch del Instituto de Cardiología de la Universidad de Ottawa.
El estudio, difundido por Study Finds, sostiene que la calidad de las relaciones románticas puede influir de manera significativa en el riesgo de enfermedades cardiovasculares, una advertencia que rara vez figura en los programas de prevención y tratamiento.
Un aspecto ignorado en la prevención cardíaca
Los investigadores recomiendan que los programas de rehabilitación cardíaca incluyan la evaluación y el abordaje de la calidad de la relación de pareja como parte integral del tratamiento, una práctica que actualmente es poco frecuente.
El análisis, dado a conocer en la Revista Canadiense de Cardiología, revisó 12 ensayos clínicos con cerca de 1.500 parejas para determinar el impacto de incluir a la pareja en la recuperación cardíaca. De acuerdo con Study Finds, el 77% de los estudios que incorporaron a la pareja en la atención médica reportaron mejoras en la adherencia a la medicación, el ejercicio físico y el abandono del tabaco, en comparación con los pacientes que participaron solos.

No obstante, solo tres de estos estudios evaluaron de manera directa la calidad de la relación, y ninguno logró mejoras en este aspecto, lo que revela una brecha entre la evidencia biológica y la práctica clínica.
La evidencia biológica recopilada por el equipo de Tulloch muestra que el estrés dentro de la pareja se traduce en respuestas fisiológicas medibles: durante conflictos, aumenta la frecuencia cardíaca y los niveles de cortisol en ambos miembros.
En mujeres que mantienen relaciones conflictivas, el riesgo de hipertensión no controlada se multiplica casi por diez respecto a quienes gozan de relaciones satisfactorias. Además, cada incremento en el apoyo percibido se asocia con una mejora del 28% en la variabilidad de la frecuencia cardíaca, indicador clave de salud cardiovascular. La intimidad física, como los abrazos, también contribuye a reducir los niveles de cortisol y protege el corazón.
El impacto de la relación no termina en lo biológico. Según el medio, las parejas satisfechas adoptan en mayor medida hábitos saludables, como una alimentación más equilibrada y actividad física frecuente.

Si uno de los miembros realiza ejercicio, el otro tiene un 67% más de probabilidades de sumarse a la rutina. De igual modo, cuando uno deja el tabaco, la posibilidad de que su pareja lo haga aumenta en un 48%. No obstante, la influencia es bidireccional: los hábitos poco saludables de uno pueden dificultar la mejora en el otro.
Intervenciones poco frecuentes y sus resultados
A pesar de la robustez de estos hallazgos, la mayoría de los programas de rehabilitación cardíaca aún no evalúan ni abordan la calidad de la relación de pareja. Study Finds indica que solo una minoría de los estudios revisados incluyó intervenciones terapéuticas centradas en la pareja; la mayoría los trató simplemente como apoyo logístico, recordando la medicación o acompañando en el ejercicio.
Solo dos estudios aplicaron métodos terapéuticos, como mindfulness o terapia centrada en soluciones, y estos mostraron resultados prometedores en reducción de ansiedad, depresión y mejora de la autoevaluación de la salud.
Frente a esta carencia, los investigadores proponen incorporar la evaluación sistemática de la calidad de la relación a los programas de rehabilitación, similar a lo que ya se realiza con la depresión y la ansiedad.

Recomiendan cuestionarios breves para detectar parejas que requieran apoyo adicional y la aplicación de un modelo de atención escalonada: educación básica para todos los pacientes, programas específicos para quienes muestran dificultades leves y derivación a terapia especializada en los casos graves, que afectan a aproximadamente el 30% de los pacientes cardíacos. Este enfoque permitiría optimizar recursos y brindar intervenciones más personalizadas.
Limitaciones y desafíos para futuras investigaciones
El estudio reconoce, no obstante, limitaciones importantes: abarcó principalmente a participantes blancos y parejas heterosexuales, lo que restringe la generalización de los hallazgos; además, pocos trabajos tuvieron potencia estadística suficiente para detectar cambios en eventos cardíacos poco frecuentes o emplearon medidas validadas de la calidad de la relación.
Estas brechas subrayan la necesidad de futuras investigaciones con muestras más representativas y enfoques metodológicos robustos.
La revisión difundida por Study Finds subraya que unas relaciones de pareja satisfactorias, además de aportar bienestar emocional, otorgan una protección tangible para el corazón al reducir el impacto del estrés, mejorar la presión arterial y favorecer hábitos saludables.
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