Hacer por primera vez algo tan intenso y exigente como correr un maratón, es decir 42km 195 mts, ni más ni menos, es algo que suele poner a cualquier corredor al límite.
No todos salen airosos de ese gran test físico y mental y en muchos casos esto se debe a la falta de experiencia previa. Para poder alcanzar la distancia madre de las carreras de calle, lo mejor es haber pasado por un período de entrenamiento y otras competencias previas.
Siempre estamos hablando de reglas generales y rendimientos promedio, ya que las excepciones no hacen otra cosa más que confirmar la regla, además de no servir como modelo para hacer una evaluación previa.
Alguien que ha logrado trotar un par de veces más de 10 Km, podrá correr sin problemas una carrera de esa distancia sin exigirse demasiado, llegando a la meta al ritmo de sus entrenamientos, si acaso no busca más que eso. Pero esta regla de mínima exigencia no se aplica a todas las distancias.

Así que aquellos que busquen correr una buena carrera de 10 km deberán tener unos meses no solo de cubrir la distancia, sino también hacer ejercicios de calidad para mejorar el ritmo en la misma.
Alguien que empieza a correr de cero puede pasar sus primeros meses haciendo algunas competencias de 10 km. Seamos honestos, al empezar muchos de nosotros corríamos todas las carreras de 10 km que se nos cruzaban. Pero digamos que una competencia de este tipo cada seis semanas en el mundo de alguien que ya ha corrido varios meses, puede ser un ritmo sin contraindicaciones.
Pasar al medio maratón ya es otra cosa. Alguien que entrena a conciencia y está seguro al correr los 10 km puede empezar a buscar más distancia en los fondos hasta llegar a la carga adecuada. En el camino sabrá si puede soportar esa clase de entrenamientos.
Un año después, con buenos entrenamientos, se puede rematar en un 21K impecable. Si no estamos seguros, hay que esperar un poco más.

Pero para llegar al maratón sin peligro lo ideal es tener varias carreras de 10K y un par de medios maratones, incluso tres o cuatro. Con media docena de carreras de 10K y dos de 21K no sólo nos acostumbramos a correr las distancias, sino también a comprender la lógica de las competencias, tanto los días previos como la logística y el estrés del propio día de la carrera.
Estar en una línea de largada emociona mucho, pero también genera ansiedad. Manejar esas emociones forma parte del camino de un maratonista. Así como también comprender que un entrenamiento de maratón significa correr más kilómetros por semana y llegar a realizar fondos que, dependiendo del manual que uno use, puede pasar los 30K en una sola salida.
Aún quienes apuestan a números menores pero más intensos, saben que no se corre un maratón con menos de 70K por semana en el entrenamiento. Eso es un consumo físico y psicológico notable.

Muchos corredores descubren en ese proceso de entrenamiento que el maratón no era lo suyo. Algunos lo descubren en el maratón mismo, pero esa es otra historia. Si no nos gusta nada correr 21K porque se nos hace largo, agotador o tedioso, entonces mejor no pasar al maratón.
Pero si estamos bien, sólidos, disfrutamos y el entrenamiento no nos cansó, entonces se puede pasar al siguiente nivel. Siempre hay sorpresas y cada corredor tiene su distancia favorita, descubrirlo debe ser parte de un proceso inteligente y sin errores evitables.
En resumen, dos años de otras carreras pueden ser una trayectoria lógica y razonable. Empezando con carreras de 10K y pasando luego a carreras de 21K.

En Buenos Aires se han puesto de moda las carreras de 15K, y aunque no son una distancia tradicional, son un paso entre carreras para los más temerosos. También hay carreras de 30K, pero en mi opinión estas quitan energía y no significan nada en el historial de un corredor, incluso aficionado.
Un año de carreras de 10K, un segundo año sumando un par de carreras de 21K y si todo ha salido más o menos bien, pasar a entrenar nuestro primer maratón.
Para ese debut, si venimos con un trabajo parejo, son entre tres y cuatro meses de entrenamiento específico para llegar a punto. Nadie se olvida de su primer maratón, por lo cual lo mejor es llegar de la mejor manera posible.
Lo bueno, bien hecho, dos veces bueno.
*Santiago García es maratonista, autor de los libros “Correr para vivir, vivir para correr” y “Volver a correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre.
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