ADEPA repudió las amenazas de muerte que sufrió un periodista de Infobae

"Repudiamos las amenazas al periodista de @infobae Juan Manuel Mannarino luego de publicar una nota sobre Eduardo Kalinec, un ex policía condenado a cadena perpetua por secuestros, asesinatos y desapariciones, y quien ha sido beneficiado con salidas transitorias”, escribió la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) en su cuenta de Twitter.

En otro de los posteos, el organismo que lleva 56 años defendiendo y promoviendo la libertad de expresión contó que Mannarino recibió varios llamados provenientes del Servicio Penitenciario luego de que este sábado publicara una nota titulada “El tenebroso Doctor K, el represor que busca desheredar a su hija porque lo rechazó públicamente”.

“‘Sacá la nota o sos boleta’, fue uno de los mensajes. Hizo la denuncia, que quedó a cargo de la fiscalía de La Plata”, informó ADEPA.

A las 16:44 del sábado, Mannarino recibió la primera llamada a su celular proveniente de un número privado. Cuando atendió, una máquina anunció que provenía del Servicio Penitenciario y en esa primera comunicación una voz masculina grave lo amenazó de muerte y luego le cortó.

En el segundo llamado, apenas dos minutos más tarde, la misma voz, luego de hacer oír una larga y pesada respiración, dijo: “Bajá la nota, ¿no entendés? Sé dónde vivís en La Plata”. Y volvió a cortar.

Después hubo varios llamados más de número privado, que el periodista ya no atendió.

Mannarino, asesorado por el abogado de Infobae y en contacto con su editora, radicó la denuncia en La Plata –donde vive– y la fiscalía comenzó una investigación sobre el hecho.

No es la primera vez que un periodista sufre amenazas tras publicar notas sobre represores y genocidas. Infobae acompaña a Juan Manuel Mannarino en la denuncia y repudia públicamente estas graves intimidaciones y amenazas contra la prensa.

La nota de Mannarino contó la historia de Eduardo Emilio Kalinec, de 67 años, quien fue condenado a prisión perpetua en 2010 por secuestros, torturas y homicidios cometidos en los centros clandestinos Atlético, Banco y Olimpo, sitios que funcionaron bajo la órbita de Carlos Guillermo Suárez Mason, jefe del Primer Cuerpo del Ejército.

“Los sobrevivientes lo describieron como una persona temeraria, conocida como el ‘Doctor K’, que no reparaba en demostrar crueldad con golpes físicos a mujeres y aplicar picana en la sala de torturas”, describía el periodista en su nota sobre el represor.

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