Por qué el equipo económico implementó el dólar soja, pero analiza con más detalle la posibilidad del “dólar Qatar”

Según el exviceministro de Axel Kicillof, eso se debe al énfasis fiscalista del Gobierno y del FMI. La misma lógica, dice, explica por qué está decidido a evitar saltos cambiarios

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El Gobierno está jugado al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Tanto, que hasta “compró” su énfasis fiscal, dice Emanuel Álvarez Agis, exviceministro de Economía de Axel Kicillof. “Cumplir la meta fiscal se transformó en la prioridad, aun cuando esto signifique resignar otros objetivos como la acumulación de reservas, y esto se hace evidente en varias de las decisiones de política económica”, afirma el último “Radar Económico Semanal” de PxQ, su consultora.

De ahí que el equipo económico haya preferido instituir por 30 días el “dólar soja” a $ 200 y mantener las retenciones al 33%, en vez de eliminar o reducir éstas por igual lapso de tiempo, lo que le hubiera significado una pérdida de recaudación, que con su dispositivo, en cambio, aumentó sustancialmente.

Por la misma razón, el Gobierno se demora en implementar un nuevo dólar turista o “dólar Qatar” y cuidar las reservas mandando a quienes viajen o gasten en el exterior a comprar las divisas en el mercado financiero. Por ahora, al menos, prefiere recaudar los anticipos impositivos asociados a la obtención de las divisas para gastar afuera. De vuelta, lo fiscal prevalece sobre lo externo, aunque la nueva iniciativa para “cuidar las reservas” es cuestión de, a lo sumo, semanas.

En julio, el déficit de la "balanza turística" fue el mayor desde la previa al Mundial de Rusia y el acumulado anual superó los USD 3.800 millones
En julio, el déficit de la "balanza turística" fue el mayor desde la previa al Mundial de Rusia y el acumulado anual superó los USD 3.800 millones

Esa prevalencia también alimenta la resistencia a una devaluación, pues ésta tendría costo fiscal, ya que volvería a aumentar la cuenta de subsidios a las tarifas de gas y electricidad (a menos que el gobierno estuviera dispuesto a aumentarlas más que lo ya anunciado) y debilitaría la recaudación de impuestos asociados a la actividad económica, pues el efecto recesivo inicial de la depreciación sobre la percepción de los impuestos asociados a la actividad económica no alcanzarían a ser compensados con la mayor recaudación de retenciones a la exportación.

“En las actuales condiciones una depreciación del tipo de cambio empeora el resultado fiscal”

Parafraseando el título de un paper de Thomas Sargent, premio Nobel de Economía 2011 y referente académico de la teoría de las “expectativas racionales”, Álvarez Agis titula su análisis “La desagradable aritmética fiscal de la devaluación”, pero no coincide con el diagnóstico.

Lo fiscal es importante, dice, pero “en muchas ocasiones la causalidad corre desde lo externo hacia lo fiscal, y no a la inversa”. De todos modos, admite, “en las actuales condiciones, caracterizadas por un alto componente de subsidios a la energía y alícuotas históricamente bajas en materia de retenciones (…) una depreciación del tipo de cambio empeora el resultado fiscal”.

En los primeros 8 meses la recaudación por retenciones aumentó mucho más que la de cualquier otro impuesto
En los primeros 8 meses la recaudación por retenciones aumentó mucho más que la de cualquier otro impuesto

El informe precisa que la demanda de divisas por el turismo emisivo llegó a USD 794 millones en julio (el mayor nivel desde mayo de 2018, en la previa al Mundial de Fútbol de ese año en Rusia) y acumuló una salida neta de USD 3.872 millones en los primeros siete meses de 2022. “El Gobierno podría optar, como ya trascendió en diferentes oportunidades, por desdoblar el tipo de cambio y dejar de venderle divisas a los turistas, obligándolos a ir al mercado financiero a buscar los dólares para pagar los gastos en el exterior”, dice. Pero eso tendría un alto costo fiscal: en lo que va de 2022 se recaudaron $ 207.809 millones por el impuesto PAIS, 125% más que en igual período de 2021.

Por eso, dice, el gobierno prefiere encarecer el dólar turista vía percepciones, como los adelantos de Ganancias y Bienes Personales, antes que desdoblar; prioriza los ingreso tributarios, “aunque signifiquen una pérdida de divisas”.

Eso sí, a través de la AFIP el gobierno disminuyó de USD 3.000 a 1.000 el tope de gasto con tarjeta en el exterior, con el alegado objetivo de “disminuir irregularidades que afectan la renta fiscal”. La medida hizo que la Argentina quede ahora como uno o de los países con los límites más bajos para compras online de América Latina.

Paradoja

Es paradójico, nota el análisis, pero medidas como el encarecimiento del dólar turista será siempre más “fiscalista” que “externista”, pues la demanda de la divisa no se reduce o lo hace muy poco, lo que permite mejorar la recaudación.

El dólar-soja, prosigue, tuvo un trasfondo similar: aumentó la recaudación por retenciones “a costa de generarle una pérdida en el balance al Banco Central” e incluso hacerle asumir “costos políticos y reputacionales” al equipo económico, que prefirió asumirlos y mejorar la posición fiscal mediante mayor recaudación de retenciones, que mejoraron por una doble vía: aumento de las cantidades exportadas y mejora del tipo de cambio.

Los números al respecto son contundentes: en lo que va del mes los ingresos por derechos de exportación de soja sumarían unos $300.000 millones, 187% más que el promedio mensual de enero a agosto.

Dos gráficos del informe, sobre la variación de la recaudación real (descontada la inflación) del impuesto PAIS vs otros tributos y la evolución de la recaudación por retenciones, evidencian el énfasis fiscalista de las medidas oficiales.

En septiembre el "dólar-soja" permitirá aumentar las retenciones 187% por sobre el promedio mensual enero-agosto
En septiembre el "dólar-soja" permitirá aumentar las retenciones 187% por sobre el promedio mensual enero-agosto

El informe deja claro que una devaluación tendrí alto costo, no solo fiscales. Un salto “por única vez” del 50% del dólar a fin de 2022 generaría que los subsidios a la energía aumenten 73% en 2023, un costo fiscal de 0,7% del PBI, que se podría evitar solo con una nueva ronda de ajustes y un aumento promedio de tarifas superior al 150 por ciento.

Lecciones recientes

Las experiencias recientes muestran además que las devaluaciones frenan la actividad económica. Al respecto, el informe recuerda que en 2014 (cuando Álvarez Agis era viceministro de Kicillof) la devaluación del 32% provocó que en los 6 meses siguientes la recaudación de impuestos asociados a la actividad económica cayera 3,2% anual en términos reales y que en las devaluaciones de 2018 y 2018 las caídas fueron de 8,6 y 8,7% respectivamente. Se trata de tributos, precisa, que representan el 42% de la recaudación total. Y también los demás tributos (salvo las retenciones) reaccionaron negativamente.

Álvarez Agis, cuando era el vice de Kicillof
Álvarez Agis, cuando era el vice de Kicillof

La decisión oficial de cumplir las metas del acuerdo con el FMI explica también la poda del gasto en infraestructura, altri tempi supuesta prioridad del gobierno de Alberto Fernández. En diciembre 2021 se proyectaba un gasto de capital de 2,4% del PIB para 2022, pero a medida que se fue haciendo evidente la dificultad de cumplir la meta fiscal la variable de ajuste fue el gasto de capital, dice el informe: pasó a 2,2% cuando se firmó el acuerdo (marzo 2022), a 1,8% en la primera revisión (junio) y según el Presupuesto 2023, el año en curso cerrará con 1,5% del PIB. Una reducción de “0,7 puntos de ajuste en menos de un año”, enfatiza PxQ.

Además, en 2023 el gasto de capital sería de apenas 1,6% del PIB. “Fue la variable de ajuste ante la incapacidad de reducir el gasto en subsidios como se tenía planeado”, dice el informe.

Álvarez Agis insiste en que si no se refuerza el frente externo la recuperación de la economía no podrá continuar “y se corre el riesgo de que al BCRA no le quede otra alternativa que devaluar, lo cual como ya se demostró, podría generar un incumplimiento de la meta fiscal”.

Un círculo vicioso del que es muy difícil escapar.

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