Basta con sacar una carta para que el castillo de naipes se desmorone. Este año, el Premio Nobel, el galardón más importante de la literatura universal, no tendrá ganador. El motivo es la renuncia de un tercio de los 18 miembros del jurado.
"Es necesario destinar tiempo a recuperar la confianza", dijo el secretario permanente Anders Olsson, que es interino, ya que quien ocupaba el puesto previamente, Sara Danius, también renunció. Todo se dio a partir de que se hicieron públicos los testimonios de 18 mujeres que afirmaban haber sido violadas, agredidas sexualmente o acosadas por Jean-Claude Arnault, gestor cultural francés y esposo de la (ahora ex) jurado Katarina Frostenson. No sólo eso, Arnault también está acusado de haber revelado nombres de premiados con el Nobel de Literatura. Este cocktail le explotó en las manos a la Academia Sueca.
Y entonces, ¿qué significa que se interrumpa esta premiación? "Me parece perfecto que no lo den. Para que el premio valga tiene que tener un buen jurado. Si el jurado no es confiable, es mejor no hacerlo. Además, si lo entregaban, el premio ya estaba manchado", dice del otro lado del teléfono la escritora Claudia Piñeiro, en diálogo con Infobae Cultura, y continúa: "Hay que bajarle la intensidad la importancia al Nobel. A mí, personalmente, no me parece que tenga tanto prestigio".
"Para mí el prestigio del Nobel ya es bastante discutible, basta con leer la lista de los premiados de los últimos años", comenta el escritor Guillermo Martínez. "Me parece que han tomado una especie de compás de espera para solucionar. Eso no me parece tan grave. Es simplemente tomar una especie de medida diplomática para arreglar la cosa entre los jurados y el año que viene dar al ganador. No veo que haya un daño esencial. El Nobel suele ser de por sí ya bastante discutido, así que…"
Encontrar a Juan Boido, director editorial de Penguin Random House, no es tarea fácil. Luego de algunos desencuentros, charla con Infobae Cultura vía telefónica. "En los últimos años, el Nobel sí ha tenido un impacto en las ventas del autor que lo gana. Para nosotros es bienvenido, pero tampoco contamos con el Nobel para vender más libros", comienza diciendo. "A mí me parece que lo que pasó es síntoma de una crisis de época en las instituciones del libro, esa red de recomendaciones y prescripciones. El Nobel es una de las instituciones que quedan en pie. Creo que está bien que que se eche luz sobre un autor, en definitiva el premio hace eso".
"Además —continúa Boido—, centrémonos en la Academia Sueca, el secreto de la premiación los envolvía en una nobleza misteriosa. Pero ahora, con el escándalo sexual y el escándalo de la casa de apuestas pone en evidencia una crisis de transparencia, similar a la que sucede con Facebook".
Con Infobae Cultura también charló la escritora sueca Camilla Läckberg, de visita en Buenos Aires, para la Feria. "Creo que la Academia está compuesta por personas conservadoras y es hora de que se den cuenta que están en el 2018. Son fuerzas que están tratando de conservar su propios privilegios y todo el país está muy enojado con toda la situación".
Luego, sobre el desenlace, agregó que "fue la decisión correcta. La Academia Sueca ha perdido su credibilidad y debe trabajar para restaurarla a fin de no dañar aún más el Premio Nobel".
Quien también conoce de cerca el entramado político de la Academia es el agente literario Joakim Hansson. "Para nosotros, los suecos —le dice a Infobae Cultura —, el valor de la transparencia es fundamental. No quiere decir que seamos transparentes, pero aspiramos a la transparencia y nos vanagloriamos de ser uno de los estados menos corruptos del mundo. No está en cuestión la capacidad intelectual de los miembros de la Academia pero su accionar al hacer silencio frente a lo que conocían del poeta acusado los hace responsables. Pareciera ser que están fuera del mundo real y no supieron ver el cambio de paradigma que significó el #MeToo y la fuerza de las mujeres al hacer la denuncia pública. El comité se convirtió en un espacio pomposo y conservador, patriarcal. Mi deseo es que Sara Danius regrese para terminar lo que había comenzado, para convertir a la academia en un una entidad más progresista y amplia. Pero no creo que eso vaya a suceder".
Cuando Hansson se refiere al cambio de paradigma, está hablando de la presencia femenina en el jurado. Si bien hasta hace unos meses ocupaban siete de las 18 sillas, en la historia de la Academia sólo nueve mujeres han formado parte. La novelista Kerstin Ekman fue la primera en ocupar uno, lo consiguió en el año 1978. ¿Acaso antes de aquella fecha no existían literatas calificadas?
Yendo y viniendo por los pasillos de la extenuada Feria del Libro, acá en Buenos Aires, el director de Planeta, Ignacio Iraola, le dice a Infobae Cultura que acaba de enterarse de la noticia, con este mismísimo llamado. "Esto a la industria la afecta muy poco. El Nobel no genera una venta desmedida, pero sí una venta en noviembre-diciembre del autor que lo recibe. Depende también mucho de quién lo gana", explica y continúa: "¿Prestigio? Bueno, sí, es el Nobel. Es el premio literario más prestigioso que existe y que puede recibir cualquier escritor".
Por su parte, el director artístico de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, Oche Califa reconoce que "aún hoy el Nobel es un premio de enorme de jerarquía que lanza mundialmente al autor que lo gana. Desde luego que lo que pasó con el Comité del Nobel no mancha a los que ya han ganado". Sin embargo —le expresa a Infobae Cultura—, "en 2016, por ejemplo, el Nobel no era especialmente para el sector. ¿Cuántos libros de Bob Dylan hay? Siempre un Nobel es una noticia que tiene que ver con la literatura y con el libro más allá de donde publique. Es importante porque instala la literatura y el libro como noticia en el mundo. Desde ese lugar, sí es una pena que este año no esté".
Esta es la octava vez que el premio no se entrega. Los siete años anteriores estuvieron marcados por el fuego: 1914 y 1918, por la Primera Guerra Mundial, y de 1940 a 1943 por la Segunda. El otro caso fue 1935 y el motivo tuvo que ver con un supuesto desierto literario, es decir, que no encontraran a un merecedor. Como en otros casos, se entregó al año siguiente. Eso ocurrirá en 2019, se entregará el del corriente, además del de 2018.
"Lo que me llamó la atención es la influencia de este francés en la determinación de los ganadores. Eso sí, me gustaría saber cómo se deslizan los nombres, porque nunca está claro, con qué argumentos, cómo es la discusión. Sería interesante para la literatura saber las razones", comenta Guillermo Martínez sobre Jean-Claude Arnault. Y en lo personal, ¿el Nobel funciona como faro para posibles lectores? ¿Direcciona el interés? "A mí no me influye demasiado la elección —concluye en esta breve charla con Infobae Cultura—, pero sí debo decir que descubrí a Coetzee a partir del Nobel, esa fue una buena elección. No pueden errar siempre, así que cada tanto aciertan".
Quizás no cambie demasiado: en definitiva no es otra cosa que postergar un año el anuncio del ganador. Y quizás lo que sí haya cambiado es la solemnidad que envuelve a la Academia Sueca, la forma en que se nos representa, la manera en que interviene en el campo de la literatura, Una crisis institucional que habla menos de la literatura que del mundo en que vivimos.
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