Aprende a preparar cheesecake de maracuyá

Sigue estos pasos para hacer una de las especialidades más conocidas entre la repostería americana.

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Postre cheesecake de maracuyá. (fotos: Recetas Nestlé)
Postre cheesecake de maracuyá. (fotos: Recetas Nestlé)

La maracuyá es sin duda una de las mejores frutas tropicales, siendo la favorita de muchas personas en el mundo. No solo por los grandes beneficios que aporta al organismo, como su alto contenido en fibra, propiedades antioxidantes, vitaminas A y C, potasio, fósforo y magnesio, sino también por su rico sabor, equilibrado entre agridulce. Esto, definitivamente da en un postre delicado como lo es cheesecake de maracuyá, donde combina muy bien su sabor con el del queso crema y otros ingredientes.

INGREDIENTES:

- Mantequilla derretida para engrasar el molde

- ¾ de taza de jugo de maracuyá

- 8 cucharadas de mantequilla derretida

- 30 gramos de colapez en polvo

- 150 mililitros de agua

- 220 gramos de galletas de vainilla (1 ½ paquetes grandes)

- 500 mililitros de crema de leche

- 600 gramos de leche condensada (2 latas grandes aprox.)

- 681 gramos de queso crema (3 paquetes de 227 gramos c/u aprox.)

Queso crema. (foto: Crujiente y al Dente)
Queso crema. (foto: Crujiente y al Dente)

INGREDIENTES PARA LA CAPA DE MARACUYÁ

280 gramos de pulpa de maracuyá

135 gramos de azúcar blanca

1 cucharada de maicena

1 cucharada de agua

Molde desmontable de 26 cm de diámetro

Pulpa de maracuyá. (foto: San Roque)
Pulpa de maracuyá. (foto: San Roque)

PREPARACIÓN

1. Engrasar el molde con mantequilla, colocar el papel de horno sobre la base y volver a engrasar. Reserva.

2. Moler las galletas de vainilla y mezclarlas con 8 cucharadas de mantequilla derretida. Coloque esta mezcla de galletas en la base del molde preparado, formando una capa. Hornear a 180ºC durante 10 minutos. Reserva.

3. Hidratar la cola de pescado en 150 mililitros de agua durante 10 minutos. Luego, derrítelo en un baño de agua. Reserva.

4. En un bowl grande, bata el queso crema hasta que quede suave y homogéneo. Agrega la leche condensada y el jugo de maracuyá. Agrega un poco de esta mezcla a la cola de pescado derretida. Una vez bien integrado, vuelve a colocarlo en el bowl grande, donde se ubica la mezcla de queso. Agrega gradualmente la crema de leche de punto medio previamente batida. Integre sin problemas.

5. Verter la mezcla en el molde, cubrir con film transparente y refrigerar por lo menos 8 horas.

6. Para cubrir, llevar la pulpa de maracuyá con el azúcar a fuego medio y remover hasta que se disuelva. Agrega la maicena previamente diluida en 1 cucharada de agua. Muévase hasta que la tapa alcance el punto deseado. Déjelo enfriar.

7. Sacar la tarta de queso del frigorífico, desmoldar con cuidado y decorar con la cobertura fría.

Tips:

- Para hidratar y disolver la gelatina, basta con añadirla a un recipiente con medio vaso de agua, mezclar y dejar reposar unos 3 minutos, luego en el microondas en 2 tiempos de cocción de 10 segundos a máxima potencia.

- En la base se puede utilizar cualquier tipo de galleta dulce.

- Engrase el molde con un poco de mantequilla, grasa o aceite en aerosol.

Molde engrasado con mantequilla. (foto: Recetas, sabores y pasiones)
Molde engrasado con mantequilla. (foto: Recetas, sabores y pasiones)

HISTORIA DEL CHEESECAKE

El pastel de queso tal como lo conocemos hoy en día es el resultado de muchas modificaciones a lo largo de miles de años. Se cree que nació hace 4000 años, en la antigua Grecia, particularmente en la isla de Samos.

En la antigua Grecia esta tarta de queso se consideraba una auténtica fuente de energía y no en vano sirvió de alimento para los primeros deportistas de los Juegos Olímpicos, cuando fueron en el 776 a. C. Comenzó aunque el escritor Ateneo. No fue sino hasta el año 230 d. C. que se atribuyó la autoría de la primera receta escrita de tarta de queso, en ese momento el queso triturado simplemente se calentaba en una sartén de cobre con miel y harina para luego enfriar y servir.

Cuando Grecia fue conquistada por los romanos, la tarta de queso se convirtió en un motín de guerra. Cambiaron la receta con huevo y horneado entre ladrillos calientes, lo llamaron libuma, y era un bizcocho que solo se servía en ocasiones muy especiales.

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