En los últimos años, la concientización respecto del cuidado del medio ambiente ganó terreno en cada vez más espacios. Los supermercados y comercios de todo el mundo, donde las bolsas de plástico eran moneda corriente, son uno de los ejemplos. En un mundo asediado por la contaminación del plástico, las acciones en ese ámbito eran fundamentales.
Una de las respuestas al problema fue el auge de las bolsas reutilizables. Pero, si bien es útil para el medio ambiente, podría resultar peligroso para la salud, ya que existe riesgo de intoxicación alimentaria si no se siguen ciertas medidas de seguridad.
La Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido (FSA, sus siglas en inglés) lanzó esta advertencia a mediados de este año y recomendó una serie de consejos para evitar que la buena intención de usar bolsas ecológicas se transformen en un riesgo para la salud.
De acuerdo con el organismo, incluso los alimentos crudos envasados como el pollo pueden contener "organismos peligrosos en el exterior del envoltorio", lo que implica que no deben colocarse junto a los alimentos que ya están listos para comer.
El periódico Huffington Post destacó que aunque el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) aseguró que bacterias como la salmonela o la campylobacter (dos de las fuentes de intoxicación alimentaria más frecuentes) solo son capaces de sobrevivir entre una y cuatro horas sobre superficies duras o tejidos, otros estudios indican que algunas bacterias como la Eschericchia coli pueden sobrevivir más de 25 días en alimentos como la lechuga.
De hecho, aseguran, un estudio estadounidense de la Universidad de Pensilvania y la Universidad George Mason relacionó la prohibición en San Francisco del uso de bolsas de plástico con un aumento repentino de infecciones por E. coli en ese Estado. Sin perder de vista que reemplazar las bolsas de plástico es útil y beneficioso para el cuidado del medio ambiente, no está demás seguir los cuatro consejos clave de la FSA para no poner en riesgo la salud:
1. Utilizar bolsas distintas para cada tipo de productos
Los expertos recomiendan guardar los alimentos crudos, los alimentos que ya están listos para comer y los productos no alimentarios (como productos de limpieza) en bolsas independientes. Y, para no mezclarlas, recomiendan ponerles alguna marca distintiva. De esa manera una misma bolsa nunca va a contener en dos ocasiones distintas, productos crudos y de limpieza, por ejemplo.
2. Prestar atención al material de la bolsa
Al momento de elegir bolsas reutilizables, además de que puedan ser distinguidas entre sí, la FSA recomienda las que están hechas de algodón. Aunque suelen ser más caras, el beneficio es que esta opción es lavable. Las bolsas reutilizables de materiales plásticos, por el contrario, no se pueden meter a la lavadora, pero son más baratas.
3. Utilizar bolsas térmicas cuando hace calor
Las bolsas de materiales que respiren y eviten los rayos del sol son mejores para el transporte de alimentos y productos. De esta forma, los alimentos perecederos se mantienen frescos durante más tiempo y se reduce el riesgo de que se descompongan.
4. Comprobar que no haya derrames
La FSA aconseja también revisar las bolsas después de cada uso para evitar que se pasen por alto derrames, por ejemplo, especialmente jugos de alimentos crudos. En caso de que algún tipo de liquido se haya derramado sobre el material, conviene sustituir la bolsa (en caso que sea de plástico) o lavarla (si es de algodón).
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