Se registró el peor lunes del año y el promedio diario de fallecimientos por COVID-19 en Argentina escaló a 373 personas

La curva de fallecimientos viene creciendo de manera sostenida desde el 23 de marzo y se aceleró en los últimos siete días. El reporte del lunes tocó un récord comparado con el mismo día de las últimas 20 semanas

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Después del pico de 29.472 casos registrado el viernes 16 de abril, y en medio de las medidas implementadas por el Gobierno para frenar la segunda ola, las muertes por COVID-19 en Argentina aumentaron un 72% en la última semana: pasó de una media móvil de 217 a una de 373. Es decir que, entre el lunes de 19 de abril y el lunes 26, el número de fallecidos por coronavirus promedia las 373 personas por día.

Los especialistas coinciden: la situación es crítica y no es momento de relajar ninguna medida. En un mes, el promedio de decesos cada 24 horas por COVID-19 aumentó un 242%. El 26 de marzo pasado, el promedio de nuevos muertos diarios era de 109 fallecidos cada 24 horas; ayer fue de 373. Más del triple.

Si se analizan los números brutos (en el primer cuadro de esta nota), el 19 de abril, hace una semana, se notificaron 248 muertos; ayer se reportaron 443. El aumento es del 79%, casi el doble. La cifra, de acuerdo a los datos arrojados por el Ministerio de Salud de la Nación, es la más alta del año después de los 557 y 536 muertos reportados el 23 y 22 de abril, respectivamente. Pero fue el peor lunes del año.

En la comparación de los reportes de las últimas 20 semanas, los datos absolutos de la Sala de Situación del Ministerio de Salud de la Nación de los lunes alcanzaron un récord. Sólo el 18 de enero pasado hubo una cifra por encima de los 400 y muestra que la tendencia es preocupante. En materia de contagios o casos, la situación es parecida: aunque no hubo un lunes récord, el de ayer está entre los tres peores resultados desde diciembre hasta ahora.

El aumento en la cantidad de los muertos diarios viene escalando de manera sostenida desde el pasado 23 de marzo. Sin embargo, el ritmo de ese incremento se aceleró en los últimos siete días.

Consultado por Infobae, el epidemiólogo Hugo Pizzi, profesor titular de Universidad Nacional de Córdoba y La Rioja, sostiene que la Argentina atraviesa una “meseta alta” en lo referido al número de contagios y adjudica la suba de muertes a la presencia de “variantes más contagiosas y letales, como la cepa de manaos y la cepa inglesa.

“El problema que se plantea es que todavía no hemos podido controlar el virus que azotó al país y al mundo el año pasado. Como si fuera poco, de un día para el otro, irrumpieron variantes como la de manaos o la inglesa que, además de tener un índice de infectividad 70 veces superior al de 2020, tienen un 30% por ciento más de impacto letal”, sostiene Pizzi.

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De cara a esta situación, el sistema de salud empezó a saturarse. Según trascendió de la reunión que mantuvo anoche el Gobierno con especialistas, el panorama en la Unidades de Terapia Intensiva (UTI) es de “tensión”. Se habló, entre otras cosas, de problemas para conseguir oxígeno y, en algunos casos, hasta se planteó la preocupación por estar cerca el momento de tener que elegir a qué pacientes poder ingresar o intubar.

Algunos expertos pidieron mayor control de las restricciones y menor circulación de gente en la calle. Otra propuesta fue la de repasar qué actividades no esenciales pueden ser reguladas, con la idea de limitar un poco más la circulación. “Al restringir las actividades y el horario de circulación en el Gran Buenos Aires y la Ciudad, donde está el grupo poblacional demográficamente más importante, se pensó que iba a bajar notoriamente la cantidad de contagios y de muertes por coronavirus. Sin embargo se mantuvo en una meseta alta. La indisciplina y el comportamiento no adecuado es idéntico al del año pasado. Si no hay un cambio de actitud en la población uno puede llegar a inferir qué es lo que va a pasar con solo mirar a los países vecinos. La situación de Brasil”, apunta Pizzi.

El aumento de muertes impactó en la ocupación de las Unidades de Terapia Intensiva (UTI). Antes del inicio de la pandemia, había a nivel nacional 8.521 camas en UTI del sector público y privado. En junio, se añadieron 2.996 nuevas, con lo cual pasaron a ser 11.517 disponibles. Al mes siguiente se añadieron 151; en septiembre 792 y, desde ese momento a la fecha, 51 nuevas camas UTI.

Hoy el total disponible a nivel nacional de camas UTI es de 12.501, un 47% más respecto a la situación pre-pandemia, un número que no varió en los últimos seis meses de cara a la segunda ola, según el relevamiento realizado por la Unidad de Datos de Infobae. Al día de ayer, de acuerdo al parte de la situación sanitaria reportado por el Ministerio de Salud de la Nación, 5.036 estaban ocupadas por pacientes con coronavirus: el 40% del total, el punto máximo desde el vertiginoso ascenso de contagios en el último mes.

Este porcentaje implica una gran sobrecarga para el sistema sanitario nacional, que durante la primera ola no colapsó (salvo casos puntuales), pero que ahora se encuentra en una situación de máxima tensión debido a la escalada de casos que arrancó a mediados de marzo y aún no se detuvo.

El año pasado le tomó a la pandemia casi siete meses llegar al pico más alto de ocupación de camas UTI. El pico fue 1 de noviembre cuando hubo 5.119 pacientes internados con COVID-19 (83 más que ayer, 26 de abril) en unidades de terapia intensiva, que ocupaban el 41% de las camas totales para cuidados críticos de todo el país.

Al día de ayer, 5.036 estaban ocupadas por pacientes con COVID-19: el 40% del total, el punto máximo desde el vertiginoso ascenso de contagios en el último mes (Foto/Franco Fafasuli)
Al día de ayer, 5.036 estaban ocupadas por pacientes con COVID-19: el 40% del total, el punto máximo desde el vertiginoso ascenso de contagios en el último mes (Foto/Franco Fafasuli)

El pico de la primera ola fue el 9 de octubre de 2020, cuando se notificaron 515 fallecidos en un día, aunque por fecha real habían sido 334. El récord de muertos, en lo que va de 2021, fue el de el viernes 23 de abril cuando se reportaron 557 fallecimientos en un solo día.

Al día de hoy, mientras que el 85% de los contagios acumulados de COVID-19 corresponden a menores de 60 años, el 83% de los fallecidos son mayores de 60. Los adultos mayores fueron la población más vulnerable en términos de mortalidad durante el inicio de la pandemia y esto, a pesar de la campaña de vacunación, no varió. La franja más comprometida en cuanto a casos graves que pueden derivar en el fallecimiento es la de mayores de 80 años: 34 de cada 100 contagiados de esa edad pierden la vida a nivel nacional.

Le sigue el grupo comprendido entre 70 y 79 años, en el que fallecieron el 28% de los que contrajeron el virus. Si se analiza el resto de las edades, el 21% de los fallecidos tenía entre 60 y 69 años; 10% entre 50 y 59; 4% entre 40 y 49% y el 3% restante eran menores de 39. En cuanto al sexo, del total de fallecidos en todo el país, el 56% eran hombres, 41% mujeres y, el 3% sin especificar al momento de la carga de los datos.

Pese a la cifra de muertos alcanzada por Argentina, la letalidad a nivel nacional se ha mantenido relativamente estable en todo el curso de la pandemia, alrededor de 2. Esto significa que de cada 100 afectados por el coronavirus, 2 pierden la vida.

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