Quién es y qué piensa "la mujer de los bebitos", la activista en contra del aborto que le llevó un muñequito a Mauricio Macri

Es una de las caras visibles de la campaña de quienes se oponen a la aprobación de la ley de aborto legal. Lleva como insignia unos muñequitos de yeso que representan los fetos que podrían ser abortados. "La mujer no decide sobre su cuerpo, sino sobre la vida de otro", le dijo a infobae

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Mariana Rodríguez Varela es una de las caras visibles en la campaña en contra de la posibilidad de que la ley de aborto legal sea aprobada. Madre de seis hijos, su militancia se reproduce en una página de Facebook y en todas las redes sociales, donde su iniciativa de repartir "bebitos" de yeso la convirtió en un personaje popular. A favor y en contra.

En contra, en las redes la llaman "la loca de los bebitos" y se parodia la acción de llevar adelante esa militancia basada en figuras pequeñas de los distintos estadios de los fetos. A favor, hay quienes le piden esas reproducciones en escala realizados en cerámica y yeso. En su página personal de Facebook, Rodríguez Varela anunció la llegada de mil bebitos más desde Alemania.

Cuando el presidente Mauricio Macri anunció que propiciaría el debate -aunque no la aprobación- sobre el aborto legal en el Parlamento, Mariana Rodríguez Varela  no se dirigió hacia la quinta presidencial de Olivos, sino al domicilio particular de Macri en Los Polvorines para dejarle una vez más un bebito e insistir en que inste a los diputados de su partido a no aprobar tal ley.

"Este año llevé los bebitos a la quinta de Macri, el año pasado los había llevado a la Casa Rosada", cuenta Rodríguez Varela en una entrevista exclusiva a Infobae, la primera que otorga a la prensa, mientras le da la mitad de un sándwich a su hijo, el menor entre seis. "No suelo tener conversaciones con ningún medio porque considero que esta posición es muy simple de entender para cualquiera".

Sin embargo, el desafío es entender posiciones polémicas que Rodríguez Varela entrega a Infobae, como esta, cuando el cronista le pregunta por los embarazos en niñas de diez o doce años.

"Es lo mismo. Es una discriminación: ¿el hijo de una de veinticinco años tiene más derecho a vivir que el de una de diez o doce años? Una mujer cuando va a ser madre puede serlo a los diez, doce, catorce y así. Vos cuando le proponés a esa chica que la solución para recobrar su felicidad es el aborto le estás vendiendo una inmensa mentira. No importa la edad que se tenga, quienes tuvieron un aborto tienen tendencias a la depresión, al suicidio".

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Y cuenta entusiasmada una historia:

"Hace poco recibí la foto de una chiquita de 12 años embarazada que entró en un albergue. La foto era la desolación. Si iba a otro lugar le iban a decir que la solución era el aborto, que le iba a devolver la felicidad a su vida. Pero, como en otros casos, era una chica que estaba siendo violada por su tío. Si volvía con el aborto hecho a su casa, regresaba a esa vida de violación y demás. Tres meses después me mandaron la foto de la chiquita con su bebé Sofía en sus brazos. ¡Eso era la felicidad, la cara de la chiquita no te la puedo explicar!"

Ese es el modo de la militancia que Mariana Rodríguez Varela eligió. Hija del abogado defensor del dictador Rafael Videla, recorre el país con sus bebitos, anuncia en sus redes la llegada de más de ellos, pide que en los balcones se cuelguen banderas contra el aborto, y va a la casa de Macri para pedirle que ordene a sus diputados a votar en contra de la legalización de la interrupción del embarazo.

—¿La recibió algún funcionario?

—No. Nuestra idea es llamar a la conciencia de los millones de argentinos que están por la vida. Es un grito en el desierto que puede ser más provechoso que llamar a los contactos que una podría tener. Cuando fui a Casa Rosada lo hice para que el Presidente diera de baja con un click el protocolo del aborto no punitivo para salvar la vida de miles y miles de inocentes. En este momento dicen que van a discutir una ley de aborto en el Congreso. Eso es inconstitucional. El Congreso no puede discutir los delitos que son penados por el derecho penal y la constitución defiende la vida desde el momento de la concepción. Si quisieran reformar esto, deberían reformar la Constitución. Por eso, al llevarle los bebitos le pedía al Presidente que en el inicio de las sesiones del 1 de marzo de 2018 diga que el aborto no es discutible, que no se puede matar.

—Como sucedió con el matrimonio igualitario, se piensa que la sociedad está más adelante en su estadio cultural que en el de las leyes y por eso se le dio curso. ¿No es este el mismo caso?

—Tomaron el mismo camino. Pero no quiere decir que si sale una ley sea lícita. Hay muchísimas leyes que se aprueban porque se llevan al Congreso y se pueden aprobar, pero pueden no ser lícitas. Si quieren aprobar el aborto se debería reformar la Constitución.

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—La Organización Mundial de la Salud plantea que un aborto legal previene muertes y disminuye la cantidad de abortos realizados.

—Si pensaras en el siglo XIX y vieras a Inglaterra, dirías que las naciones más avanzadas son a las que hay que seguir. Pero no porque sean avanzadas hay que seguirlas. No necesariamente las naciones más avanzadas son las más justas. Hay crímenes de aborto en Alemania hoy mismo.

—Pero la ley existe en Alemania, Uruguay, Estados Unidos, Cuba…

—Cuba estuvo más de cincuenta años con una forma de gobierno que pensaba al hombre como una mercancía sin libertades individuales, por eso entiendo que haya aborto en Cuba.

—Pero no es solo Cuba, incluso Uruguay tiene ley de aborto.

—Estuve hablando con gente de Uruguay que me contaba todas las irregularidades de cuando se dio el plebiscito que aprobó esa ley. Si te pudiera contar la cantidad de trampas que les hicieron no las podrías creer: les cambiaron las direcciones, la gente no sabía dónde tenía que votar. En toda la historia del aborto se ve la injusticia. Es la injusticia que produce que una sociedad dé el derecho de matar a los hijos de la patria, a los compatriotas.

—¿Pero no se trata de proteger a las mujeres de las clases sociales menos pudientes, ya que se realizan abortos en clínicas privadas para aquellas que puedan pagarlo?

—Yo no podría sostener nunca el fundamento de "ayudemos a los pobres" para matar a sus hijos, para que no nazcan a una mala vida. ¡Es una definición con una discriminación tan grande! Yo los ayudaría. Es impresionante cuando te encontrás con una mujer decidida a abortar –con todas sus razones– pero que con un poco de contención se da vuelta… cuando se da cuenta de que al abortar va a una ciénaga, que va a haber matado a su hijo.

Entonces Infobae le pregunta sobre los casos de las niñas embarazadas y Mariana Rodríguez Varela contesta sobre ellas como mujeres en condición de ser madres, como se planteó en un primer momento de esta nota.

—¿No le parece que una chica de doce años es una niña, no una mujer, y que al parir acaba con su infancia?

—Si ella es infeliz, puede darlo en adopción. Pero la opción no es matar a su hijo. El después sería desgarrador. Más desgarrador para una chiquita que mató a su hijo.

—¿Pero se mata a un hijo o se da término a un embrión, que es un cúmulo de células?

—No existe ningún médico que diga eso. Cualquier médico que saca una foto del embrión sabe que la vida empezó en la concepción. No hay nada científico que ocurra a las 12 o 14 semanas que diga que no hay una vida humana. La única respuesta para alguien con sentido común –y no con la ideología del aborto– es hablar de la vida desde la concepción. ¿Cuándo comienza la vida? Cuando comienza. Para dar un ejemplo, ¿cuándo comienza una carrera en la facultad? Cuando comienza.

—Retomando su idea de la carrera, un alumno puede interrumpir la carrera porque es su decisión.

—¿Pero cuándo empezó la carrera?

—Por ejemplo, el Ciclo Básico Común (CBC) es un lugar medio incierto porque no hay una carrera definida…

—Pero empezó la carrera el primer día que fuiste a la facultad.

—¿Qué puede hacer una mujer que no desea llevar un embarazo adelante luego de una relación sexual que fue con el fin del placer y no la procreación y que por un accidente deviene en embarazo?

—El "yo quiero" o "yo no quiero". El ser humano no puede ser un capricho. Hacé con tu vida lo que quieras, tomá las decisiones que quieras, pero el argumento "yo con mi cuerpo hago lo que quiero" no se puede usar más, porque cualquiera puede ver que no es su cuerpo, sino el de otro. ¿Sabés qué cuento siempre? Yo tengo seis hijos. Hoy deberían faltarme seis partes de mi cuerpo y a mí no me falta nada, estoy completa. La mujer cuando va al parto, no pierde ninguna parte de su cuerpo, va al parto y sale igual. Por lo tanto, no es el cuerpo de la mujer, es otro ser humano… Uno en la vida tiene que afrontar un montón de cosas que no le gustan, que no están en sus planes.

 
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—La discusión que se da hoy plantea un correlato social del derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo.

—Sobre su cuerpo no, sobre la vida de otro. El derecho a decidir sobre la vida del otro. No, porque hablan de aborto en los programas de televisión como si nada, y yo les preguntaría a ellas: ¿qué es el aborto? Nadie se los pregunta.

—La interrupción de la gestación en el útero de una mujer de un embrión que luego podría adquirir características más definidas…

—¿A que le llamas embrión?

—A la unión entre un espermatozoide y un óvulo.

—Bueno, eso en los primeros cinco días es el cigoto. Es la célula unida. El embrión sería ya a las 12 semanas. ¿Vos sabés cómo es una persona cuando llega a las 12 semanas? Ahí estamos, a los cinco días está el cigoto, a los dieciocho empieza a latir el corazón.

—¿Usted estaría a favor de que en los cinco días primeros se pueda eliminar ese cigoto?

—No, porque es lo mismo. Si empezó a vivir desde la concepción y luego fue tomando forma, ya es vida. Empezó cuando empezó. Para el día que se hacen el test de embarazo, así sea dos días de atraso, el corazón ya empieza a latir. Cualquier mujer que se entere que está embarazada tiene que saber que está latiendo ese corazón.

—¿Entonces estaría a favor de la píldora del día después?

—No, porque es un medicamento que en realidad no es un medicamento. Es una droga extremadamente peligrosa para la salud. En Estados Unidos está permitida una vez al año, acá la pueden tomar cuando tengan ganas, no hay ningún tipo de control.

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—¿Estaría de acuerdo con que se tome una vez al año?

—No, pero volvemos a la misma historia. Bueno, tomala una vez al año. Pero sabé que tendrás un "microaborto", que en realidad es un aborto. Por eso, ¿no sería muchísimo más saludable y efectivo enseñarle a las chicas que son siete u ocho los días fértiles en los que quedarías embarazada? Deberían enseñarle a las chicas cuándo quedan embarazadas. Las chicas toman la pastilla en cualquier momento y porque sí, arriesgando su vida muchísimo. Al final de los diez días del ciclo ya no quedás embarazada, no sos fértil.

—¿Eso no iría en contra de la posibilidad de una libre elección sexual que no dependa del calendario ovular?

—En realidad sos libre… ¿viste que ahora en el mundo está de moda todo lo natural y es rarísimo, porque lo único que hacen es poner DIU, tomar pastillas, etcétera? Si volvemos a lo natural en todo -como comer cosas naturales-, yo propongo un modo natural, saludable sobre la fertilidad. Aprendé tus ocho días fértiles y despues hacé lo que quieras, pero no someterte a pastillas.

—Yo personalmente tengo una formación católica y esto es lo que plantea la iglesia en términos de métodos anticonceptivos.

—Yo tengo la visión que tienen todos los médicos que me asesoran.

—¿Pero no lo relaciona con una cuestión religiosa?

—Pensá esto en serio: es mucho más inteligente, es mucho más barato para el Estado enseñar esto que tener que hacer no se cuántos planes, que repartir no se cuántos preservativos, que ponerte un DIU, operarte, comprar pastillas, darle a todos los hospitales pastillas. Todo el discurso es tan económicamente feliz para las droguerías y farmacias… imaginate que todo lo que estoy diciendo no lo van a poner en ningún lado. Si el Estado empieza a enseñar eso, se pelea con todos los farmacéuticos. Los laboratorios son megapoderosos.

—María Eugenia Vidal se manifiesta en contra del aborto.

—En el momento en el que salió el aborto no punible ella dijo que iba a poner el protocolo en la Provincia y se armó un revuelo. El protocolo que ella proponía era mucho peor que el existente de Scioli. Scioli puso un montón de trabas, Mariú fue mucho más permisiva. Cuando el proyecto entraba en su gobernación, se armó un revuelo y ella dijo que no lo iba a poner. Quedó en la opinión pública, en la gente que defiende la vida, que Mariú no lo iba a poner. Pero la provincia de Buenos Aires tiene el protocolo de Scioli. Si ella fuese pro vida hubiera sacado el protocolo. El protocolo es un instructivo, ni siquiera es ley. No lo sacó y ahora hay cursos de perfeccionamiento en la Provincia. Se entrega misoprostol solamente por ser pobre, por "salud económica", lo llaman. De verdad, Mariú no es pro vida.

—¿No le parece que hay un clima social que va en contra de la posición suya?

—La gente que trabaja por la ley de aborto, trabaja por la ley de aborto; la gente que defiende la vida, tiene su trabajo, su vida. En realidad, cuando empecé con esto, vivía una vida apacible y tranquila. La gente me decía que mi vida era muy feliz. Y ahora empezó el dolor, ahora mi vida se transformó en otra vida, con amenazas, con gente que me insulta. ¿Quién quiere ponerse en mi lugar? Yo pongo una publicación pro vida, mi trabajo es voluntario.

—¿Usted afirma que la gente abortista cobra?

—El trabajo por la vida es voluntario y de corazón. Es sin esperar nada a cambio y por el bien de los demás. Nadie me da nada. Solo pienso en la mamá que va a abortar y se va a arruinar la vida, es lo único que pienso. Entonces el trabajo del pro vida es voluntario, no tiene nada a cambio.

—Pero usted dice que quienes están a favor del aborto cobran.

—Hacés ruido, te dedicás a eso, hacés una publicación y tenés 350 personas maldiciéndote. La gente pro vida promueven el amor al prójimo. Yo jamás me metí en las páginas de la gente pro aborto para decirles cosas. Creo que la marejada pro aborto está paga, por un lado por los organismos internacionales que están a favor para la disminución de la población en los países más débiles y, por otro lado, está paga porque la gente que siempre buscó el aborto tiene un sueño por cumplir: que matar al hijo es su salvación. Se juntaron dos puntas. El poder mundial que busca la dominación de los países más débiles y la minoría extrema argentina.

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—¿Y la Iglesia cómo juega en todo esto?

–No te puedo contestar por la Iglesia porque no trabajo en la Iglesia, pero sí que la cuestión del aborto en el Congreso es inconstitucional.

—Algunas personas plantean que su rol está ligado a su padre, que fue asesor de Videla en la dictadura y luego su defensor en los juicios, donde fue condenado -entre otros hechos- por casos de apropiación de bebés.

—Si hablamos de desaparición de personas, hablemos y hablemos de todas las personas que quedan desaparecidas a causa del protocolo de aborto no punible, de todos esos niños abortados que nadie lo sabe, que no están en ningún registro. Pero mi papá no tuvo ninguna denuncia ni ningún juicio, ni fue acusado de violaciones ni nada.

—Pero fue el abogado de Videla.

—Claro, pero eso no indica que un abogado defensor sea cómplice de los delitos de sus defendidos…. Las comprendo, me acusan a mí.

—Para terminar, según datos oficiales hay 43 mujeres muertas por abortos mal realizados el año 2017. Sería la principal causa de muerte de mujeres en situación de embarazo.

—No es cierto. La principal causa de muerte materna es en el parto. Son doscientas y pico de mujeres muertas en el parto. Y dicen que 43 por aborto, que no sabemos si es inducido o espontáneo. ¿Cómo ponerse a ponderar ese número? ¿Fue un aborto inducido o espontáneo? Entonces no es la principal causa de muerte. Antes de despedirnos, ¿quisieras que te dé un bebito?

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