
El ejercicio, durante mucho tiempo, fue posicionado como un desencadenante del asma. Es que los síntomas inducidos por el ejercicio se han atribuido al 40-90% de los pacientes asmáticos. Sin embargo, las relaciones sexuales rara vez se vinculan con el ejercicio. Según una reciente investigación, el 68% de las personas que padecen asma han visto afectada su vida sexual y 3 de cada 4 se han sentido avergonzados de usar su inhalador en una noche romántica.
Un grupo de investigadores informaron en la reunión anual del Colegio Estadounidense de Alergias, Asma e Inmunología (ACAAI) que los desencadenantes potenciales incluyen una variedad de incitaciones sexuales diseñados para estimular a las parejas. Estos van desde perfumes hasta velas aromatizadas, látex en condones y flores de olor fuerte.

“Queríamos investigar si los estudios de casos sobre las exacerbaciones del asma mencionaron la actividad sexual como una posible causa. Muchas personas no se dan cuenta de que el gasto de energía de la actividad sexual es equivalente a subir dos tramos de escaleras. Los casos informados son poco frecuentes, posiblemente porque quienes sufren un ataque de asma pueden no darse cuenta del desencadenante”, señaló Ariel Leung, MD, miembro de ACAAI y autor principal del estudio.
Los hallazgos se basan en una revisión de artículos científicos en el corpus de datos de artículos divulgados en PubMed, el cual “es un recurso gratuito que apoya la búsqueda y recuperación de literatura biomédica y de ciencias de la vida con el objetivo de mejorar la salud, tanto a nivel mundial como personal”, según explicaron desde la Biblioteca Nacional de Medicina, que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. (NIH, por sus siglas en inglés). Esta base de datos está compuesta por más de 30 millones de citas y resúmenes de literatura biomédica.
Con esto en mente y tras hacer uso de esta herramienta, Leung y sus colegas buscaron información sobre esta situación usando palabras clave como “relaciones sexuales”, “asma de luna de miel” y “reacción alérgica”. Es que, aproximadamente, unas 300 millones de personas en todo el mundo padecen asma en la actualidad. Y su prevalencia aumenta un 50% cada década, según cifras actualizadas de la OMS.
Sobre la información que obtuvieron en este buscador, el alergólogo AM Aminian, miembro de la ACAAI y coautor del estudio, destacó que puede haber una “falta de notificación de esta afección por la naturaleza íntima del hecho”. “Es posible que las personas no se sientan cómodas hablando con su alergólogo sobre un brote de asma causado por el sexo. Pero los especialistas están centrados en el diagnóstico, tratamiento y control del asma. Si alguien pudiera guiar a un paciente sobre cómo evitar un ataque de asma en el futuro, sería su alergólogo. Cuando el asma inducida por la actividad sexual se identifica y trata adecuadamente, los profesionales pueden mejorar la calidad de vida de sus pacientes”, agregó el experto
Sin aire
Estudios previos han encontrado otras condiciones médicas, entre personas de todas las edades, que el sexo puede exacerbar. Estos incluyen problemas cardíacos como muerte súbita. Al mismo tiempo, las actividades saludables como el ejercicio no siempre son útiles cuando uno tiene antecedentes de asma.
“El ejercicio se ha asociado durante mucho tiempo como un desencadenante del asma. Sin embargo, las relaciones sexuales rara vez son consideradas como tal” escriben los investigadores en la revista Annals of Allergy Asthma & Immunology.

Una encuesta del Reino Unido encontró que el 68% de las personas que padecen asma dicen que su vida sexual se ha visto directamente afectada por la afección. Casi la mitad dijo que tendría más confianza sexual si no tuviera asma. Algunos han reducido la cantidad de sexo que tienen o han dejado de tener relaciones sexuales por completo.
El equipo identificó varios estudios de casos de “ataques poscoitales” y más reacciones alérgicas durante el sexo oral. “Los pocos casos reportados aluden al subregistro de esta condición dado lo íntimo de este tema. La divulgación se basa en la comodidad del paciente con su proveedor y la conciencia del proveedor de caracterizar la actividad sexual como ejercicio. Cuando el asma inducida por la actividad sexual se identifica y trata adecuadamente, los alergólogos son capaces de mejorar la calidad de vida de sus pacientes”, concluyó Aminian.
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