Finalmente, contratamos a Los Simuladores

Después de las PASO, alguien decidió que había que cortar por lo sano y buscar otro equipo para auxiliar a casi todas las áreas de Gobierno

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Tras la derrota electoral, el Presidente renovó a parte de su Gabinete (EFE/Natacha Pisarenko POOL)
Tras la derrota electoral, el Presidente renovó a parte de su Gabinete (EFE/Natacha Pisarenko POOL)

Los Simuladores fue una serie de la TV Argentina, de los inicios de los años 2000, que tuvo mucho éxito de audiencia. Era la historia de cuatro socios que mediante la organización de operativos de simulacro, siempre muy sofisticados, resolvían problemas de la vida de su cliente.

Los Simuladores montaban una logística para articular una serie de engaños que les permitía a sus clientes superar una situación compleja. Eran problemas de la vida común. Recuerdo el caso de un marido que quiere separarse, pero no ser él el que toma iniciativa. Contrata los servicios de Los Simuladores y estos desarrollan una estrategia para que su mujer se enamore de otro hombre y sea ella la que pide el divorcio. El trabajo requiere invención, capacidad organizativa y buenos actores para lograr el objetivo y por supuesto es oneroso para el cliente.

Después de los resultados adversos de las PASO, el Gobierno acudió a los servicios de Los Simuladores para remplazar al elenco de científicos, que si bien conocían los métodos de la academia no estaban familiarizados con el de la simulación en la gestión. Algunos conocían el de la producción de artículos, otros el de relatos, la gran mayoría el del allegamiento político y solo algunos el del tema que debía gestionar. Pero no habían conseguido armar un simulacro que articulara el conjunto de las acciones de los equipos gobernantes.

En el caso de la educación el primer elenco estuvo integrado por doctores y doctoras de mucha presencia y prestigio en el campo educativo y una asociación gremial que les proporciono la jefatura del Ministerio y la planificación de los sindicatos docentes, que dio origen a la línea política de la inmovilidad y cierre de las actividades.

Después de las PASO alguien decidió que había que cortar por lo sano y buscar otro equipo y recurrieron al auxilio de los servicios de Los Simuladores para casi todas las áreas de Gobierno. Tienen un plan único para todas las actividades del Estado que adquiere una logística especifica para cada una de ellas.

El plan general, como ya comprendimos todos, es el del reparto que, según la tradición populista, es siempre efectivo. En cada distribución se entrega algo diferente: jubilaciones, salarios mínimos y también heladeras o “platita”.

En educación retornaron a las doctoras y doctores a sus casas de estudio y llegó el equipo de Los Simuladores, que es mucho más numeroso que los cuatro que componían el grupo de la TV. También hay titulaciones prestigiosas y es de suponer que en este caso son conocedores de la metodología de la simulación de eficiencia y acción.

El proyecto de acción comparte la matriz común adoptada para el conjunto de áreas de la administración. Hay que montar una simulación de eficiencia en la resolución de los problemas. Para el área educativa se disponen de 15.000 millones para financiar la mayor cantidad de clases que lleguen a todos los chicos, que habrá que salir a buscar a donde estén, financiar más comedores, colonias de vacaciones y espacios de recreación, seguramente se incluirán computadoras y libros para de paso seguir sosteniendo las adhesiones de editoriales y empresas de producción de notebook.

En principio no parece mal. No tengo mucha idea del impacto de 15.000 millones, pero imagino que debe servir para mucho. La contundencia y ampulosidad de las declaraciones, evidencian la condición simuladora de la propuesta.

Iniciar un trabajo de recuperación de la educación requiere un primer insumo que oriente la acción, que son evaluaciones en contexto que consideren las muy heterogéneas situaciones en que los alumnos atravesaron la cuarentena. ¿Las hay? En base a esta evaluación hay que hacer un plan de trabajo con buenos aportes de profesionales debidamente pautado para el uso inteligente de las tecnologías y la presencialidad .

Es evidente que hay tres saberes básicos que han sido muy afectados y que los niños y jóvenes deberán adquirir en sus diferentes niveles de complejidad: lectura, escritura y matemáticas. Hace años que la Argentina sabe que la enseñanza de estos instrumentos es fallida. Sin embargo, no ha logrado ir mas allá de las peleas iniciales que se suceden cuando se intenta modificarlo. Claro que me olvido que es una simulación de modo que también se pueden simular los acuerdos.

Luego esta el tema de los docentes que tendrán que hacerse cargo de la abundancia de contratos para dar clases en doble turno y los sábados. Esta es una medida agradable a los ojos de los gremios de modo que, por ahí, no habrá problemas. No creo que quede otra alternativa que contratar a los docentes en actividad para que multipliquen su dedicación, total habrá plata.

Claro que habría que recapacitarlos, porque si usan la misma receta pedagógica de siempre difícilmente puedan tener resultados diferentes que los que hasta ahora ha tenido el sistema. Olvido que es una simulación y el resultado que importa no es lo que se aprende sino la movilización de los recursos y la escenificación de la clase.

Para encontrar a los alumnos perdidos no habrá que esperar a la generación de un sistema de información, bastará con que las provincias movilicen con recursos a sus distritos y estos con las listas que usan los docentes para tomar asistencia busquen y encuentren a los chicos para que asistan a las clases. Si la razón de su ausencia es económica, se pueden hacer trámites rápidos para la asignación de subsidios.

¿Y los resultados? Una simulación exitosa debe mostrar rápidamente la circulación de los recursos, de los contratos a docentes y montaje de la escena de las clases presenciales. El compromiso es ese. No exijamos lo que no contratamos. Se trata de una simulación.

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