
La dieta mediterránea incluye una amplia variedad de ingredientes frescos. Verduras y hortalizas, como la cebolla, el pimiento, la lechuga, el tomate y la zanahoria, o frutos como los higos o las uvas, son productos propios de esta dieta tan arraigada en los países mediterráneos, base de una alimentación sana y equilibrada. Pero muchos de ellos, al tratarse de hortalizas y frutas frescas, deben conservarse de la mejor manera posible para evitar que se estropeen antes de comerlos y aprovechar al máximo su sabor y su versatilidad.
Estos productos comúnmente se conservan en el frigorífico, pensando que la temperatura puede ayudar a mantenerlos frescos estos alimentos. Sin embargo, hay varios de ellos que, si se guardan en la nevera, perderán todo su sabor o, simplemente, se echarán a perder igual o más rápidamente que si se conservasen de otra forma.
Un ejemplo es el tomate. Este fruto es uno de los pilares de la dieta mediterránea y, además, un producto muy versátil y utilizado en muchas ensaladas, salsas, platos e incluso postres. Aparte de todas sus variedades distintas, el tomate tiene un sabor delicioso que, si se conserva a temperatura ambiente, será más intenso. Esto se debe a que el frío rompe el proceso de maduración, que es uno de los factores principales de la intensidad en el sabor de los frutos.

Otros alimentos que es mejor no conservar en el frigorífico pueden ser frutas como el plátano, cuyo proceso de maduración, al igual que ocurre con el tomate, se ve afectado por el frío. También otros productos como la patata o la cebolla, el aceite de oliva o el café.
Cómo conservar los frutos rojos
Otros alimentos ricos y versátiles, además de saludables, son los frutos rojos. Las fresas, los arándanos, las moras, las grosellas y las frambuesas son algunas de las bayas que pueden englobarse dentro del grupo de los frutos rojos, perfectos para incorporarlos en postres o para comerlos solos. Sin embargo, es muy común que los frutos rojos se echen a perder rápidamente y que, por mucho que se guarden en la nevera, no se mantengan frescos antes de consumirlos.
Una de las formas de mantener estos alimentos es congelarlos, pero no es lo más adecuado para luego incorporarlos en alguna receta. Pero existen remedios caseros y trucos que podemos adoptar para conservar mejor este tipo de alimentos, que son más propensos al moho debido a las esporas.

Según Danielle Brown, creadora de contenido en TikTok sobre recetas y alimentos, una de las formas más efectivas de evitar el moho en los frutos rojos es lavarlos previamente con vinagre blanco: “El vinagre eliminará las bacterias y evitará el moho, lo que hará que las bayas duren semanas”. Además, según Brown, lavar las bayas con vinagre ayudará a eliminar las esporas de moho y evitará que estas se propaguen a otros alimentos.
La recomendación de esta tiktoker es lavar los frutos con ”una parte de vinagre, ocho partes de agua fría y un poco de bicarbonato de sodio“. Después, deben enjuagarse y escurrirse bien para eliminar el sabor del vinagre, antes de secarlos con una toalla y guardarlos en el frigorífico.
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