Se achicó la brecha cambiaria y el “dólar tarjeta” ya dejó de ser negocio para los que viajan al exterior

Lo que llegó a ser un diferencial de casi 20% para gastar en el extranjero a comienzos del verano prácticamente se esfumó. Para el Banco Central es buena noticia porque perdería menos dólares por la balanza turística

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La diferencia por usar tarjeta en vez de pagar con dólar billete ya es inferior al 5%. Foto: Daniel Dabove, Telam
La diferencia por usar tarjeta en vez de pagar con dólar billete ya es inferior al 5%. Foto: Daniel Dabove, Telam

El diferencial a favor de gastar con tarjeta al viajar en lugar de hacerlo con efectivo ya prácticamente se esfumó debido a los últimos movimientos del tipo de cambio. El “dólar tarjeta” viene subiendo de manera lenta pero persistente y ya cotiza a casi $ 187. Del otro lado, el dólar MEP –que ofrece la posibilidad de comprar y vender divisas a través del mercado bursátil- cayó por debajo de $ 195 para aquellos que quieren vender sus divisas y pasarse a pesos. Incluso ayer también siguió cayendo el dólar libre, hasta los $ 206.

De esta manera, la diferencia por usar tarjeta en vez de pagar con dólar billete ya es inferior al 5%. Pero si además se toman en cuenta otros gastos administrativos que cobran los bancos por cada consumo con plástico, incluyendo una alícuota de 1,2% de Ingresos Brutos, la diferencia es prácticamente nula o negativa.

A fines de enero, cuando las negociaciones con el FMI mantuvieron en vilo a los inversores, el dólar tarjeta estaba a $180 y el MEP había llegado a los $220. Allí había una sustancial ventaja entre usar el plástico en el exterior en vez de efectivo.

Sin embargo, desde que se anunció el acercamiento con el FMI sucedieron dos situaciones en simultáneo. Empezó la aceleración del tipo de cambio oficial hasta llegar a un ritmo de 3% mensual, lo que incide directamente en el dólar tarjeta (porque se suma el 30% del impuesto PAIS y 35% de adelanto de Ganancias). Pero al mismo tiempo comenzó a perder terreno el dólar financiero hasta llegar a cotizar debajo de los $200 en la jornada de ayer, retrocediendo a mínimos anuales. El dólar libre también cayó y llegó hasta $210 luego de haber rozado los $125 hace apenas un mes.

El “dólar tarjeta” ya está en $ 187, quitando prácticamente todo el incentivo para usar el plástico para efectuar compras en el exterior. A esta altura, resulta más negocio liberar espacio en la tarjeta para comprar en cuotas sin interés en la Argentina

Esto significa que está cayendo lentamente la brecha cambiaria a cerca del 87% si se toma en cuenta el tipo de cambio oficial, que finalizó en $ 113 para el público. Pero la diferencia con el denominado dólar “solidario” ya prácticamente desapareció.

Se trata de un dato sensible para el Banco Central, que precisa reducir al mínimo la salida de dólares en un contexto de escasez de reservas. Si hay menos incentivos haya para gastar con tarjeta en el exterior, resultará más fácil ponerle un piso a la salida de dólares por el canal turístico.

En los picos históricos, hace unos diez años, la balanza turística llegó a generar un saldo negativo superior a los USD 8.000 millones anuales. Sin embargo, ahora por la reducción de viajes por la pandemia y el menor poder de compra de los argentinos ese rojo se redujo significativamente, al menos en este verano que ya está a punto de concluir. Los argentinos en buena medida aprovecharon el subsidio del Previaje para hacer turismo interno, que se abarató sustancialmente en relación a las opciones internacionales.

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Para los argentinos que viajan al exterior, por otra parte, no siempre es tan fácil usar la tarjeta, porque los bancos son reacios a aumentar los límites de compra. Por lo tanto, al realizar la conversión de dólares a pesos suele ser poco el espacio que queda para gastar. Durante el verano fueron miles los argentinos que se quedaron sin cupo para seguir usando el plástico y aprovechar la brecha cambiaria. En esos casos no quedaba otra que usar efectivo.

Pero ahora que ya es prácticamente indistinto, tiene lógica viajar directamente con dólares en la mano o la moneda del país que se va a visitar y pagar en efectivo. La ventaja es que se libera la tarjeta para gastar en pesos y eventualmente aprovechar el beneficio de comprar en cuotas sin interés.

Otra desventaja de usar tarjeta en el exterior es que en caso de no poder pagar la totalidad del gasto empiezan a correr intereses que borran rápidamente la ventaja por la diferencia cambiaria.

La caída del dólar y el ajuste de la brecha cambiaria va de la mano, además, de una recuperación de acciones argentinas en Wall Street. Los bonos rebotan menos, ante la perspectiva de una nueva reestructuración que deberá encarar el próximo gobierno.

Para los argentinos que viajan al exterior, por otra parte, no siempre es tan fácil usar la tarjeta, porque los bancos son reacios a aumentar los límites de compra

La proximidad de un acuerdo con el FMI generó más demanda por activos argentinos, que venían de mínimos históricos. Además, la suba de la soja a USD 600 y la búsqueda de alternativas que estén lejos del conflicto entre Rusia y Ucrania también está jugando a favor.

La suba de la tasa de interés de 2,5% anual anunciada por el Banco Central también es un incentivo para quedarse en pesos a través de plazos fijos, que ya rinden 41% anual, aunque la tasa efectiva ya se encuentra arriba del 50%. Procurar tasas de interés reales positivas es una de las exigencias del FMI y el Central viene trabajando en esa dirección desde principios de año, aunque aún queda un camino por recorrer para emparejar con la inflación.

Un informe realizado ayer por la Adcap Grupo Financiero indicó que la brecha cambiaria (contra el dólar oficial) podría llegar a derrumbarse hasta llegar a 50% este año. Es la estimación más agresiva de las compañías locales, ya que hasta ahora el más optimista sobre este tema era TPCG Valores, que hablaba de una reducción al 60% desde casi 100% que mostraba a principios de año.

Este escenario es el que está alentando a muchos inversores a pasarse de dólares a pesos para aprovechar interesantes rendimientos en moneda local con un tipo de cambio prácticamente planchado. Si se diera esta posibilidad, se podría obtener una ganancia de 20% a 33% en moneda dura durante 2022.

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