Arturo Sandoval: “Como dijo Duke Ellington me gusta un solo tipo de música, la buena”

El notable trompetista cubano, protagonista de la revolución latina del jazz con el grupo Irakere, dialogó con Infobae Cultura sobre su admiración por Dizzy Gillespie, el amor de su padre por el tango y cómo vivió el tiempo de la pandemia

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Arturo Sandoval en concierto
Arturo Sandoval en concierto

La pregunta del cronista parte desde Buenos Aires en pleno invierno. El interrogante era simple. La respuesta fue compleja. ¿Con más de 60 años de profesión, sigue usted practicando a diario? “Ya le contesto”, dice el entrevistado desde el caluroso verano de Los Ángeles. Y de pronto el sonido inconfundible de una trompeta atraviesa los 9800 kilómetros que separan ambas ciudades. Un torrente de notas vertiginosas, plenas de swing y maestría invaden el silencio. “Ya le respondí”, dice entre risas Arturo Sandoval.

Nacido en Artemisa, un pequeño pueblo en las afueras de La Habana, Sandoval se radicó en Estados Unidos a comienzos de los años 80, a donde llegó como parte del grupo Irakere. A partir de entonces desarrolló una prolífica carrera que incluye medio centenar de discos propios, 10 premios Grammy, seis premios Billboard y un Emmy por la música de la película Por amor o patria, donde se cuenta su vida protagonizada por Andy García.

Ahora, promediando 2022, Arturo Sandoval inicia una nueva gira latinoamericana que el 13 de agosto llegará al teatro Ópera de Buenos Aires. “El escenario es lo que nos alimenta. Nos llena de vida. Nos colma el espíritu para seguir adelante. Poder ver el reconocimiento del público es el mejor regalo que un artista puede tener” dice el icónico trompetista, entusiasmado por salir nuevamente al ruedo.

Videoclip de la canción "Cuba no aguanta más", con letra y música de Arturo Sandoval, publicado en diciembre de 2021

–¿Qué países incluye esta gira y que le va a ofrecer al público latinoamericano?

–La gira comienza en Chile y continua en Perú. El 13 de agosto vamos a estar en Buenos Aires y luego del concierto en el Ópera nos vamos para Brasil y de allí de regreso a Estados Unidos, donde nos esperan 10 shows en el Blue Note de Nueva York. Vamos a hacer un repertorio amplio. Lo que me gusta de estas próximas presentaciones es justamente la libertad que tenemos para brincar de un estilo al otro y hacer cosas completamente diversas. Por eso estoy muy contento de regresar a la Argentina, un país que quiero mucho y que tiene tantos buenos artistas.

–¿Y qué músicos lo acompañarán en este regreso?

–Tengo una banda con nuevos integrantes. Profesionales de un nivel excepcional con los que disfrutamos mucho la música y nos divertimos en el escenario, que es una manera también de transmitir y contagiar con ese sentimiento al público. Me acompañan Maxwell Haymer en piano, Michael Tucker en saxo, William Brahm en guitarra, Maximilian Gerl en bajo, Mark Walker en batería y Daniel Feldman en percusión. Todos son de Los Ángeles menos el baterista y el saxo que son de Boston y son profesores en Berklee College of Music.

–Si bien atravesó diferentes músicas, compuso y tocó clásico, hizo tangos, abordó el repertorio de Armando Manzanero; siempre se lo define como un músico de jazz. ¿Coincide usted con esa definición?

–Más que un músico de jazz yo me considero un amante de la música. Amo la buena música. Y no me gusta que me encasillen en un solo género. Amo la diversidad. Hago muchas cosas diferentes, pero siempre abrazo la buena música. Duke Ellington decía que le gustaba un solo tipo de música: la buena. Y yo hago mías esas palabras. Pero en verdad no me considero un músico de jazz. De hecho, mi compositor favorito es Sergei Rachmaninoff. Su Concierto número 2 para piano es la pieza musical más linda que yo escuché en mi vida. Ahora, poco antes de esta gira que me llevará a la Argentina, voy a grabar justamente los temas melódicos del segundo movimiento de ese concierto, con una orquesta muy importante.

Arturo Sandoval en Washington, enero de 2015 (Paul Morigi/Getty Images for The Friars Club)
Arturo Sandoval en Washington, enero de 2015 (Paul Morigi/Getty Images for The Friars Club)

–Hace exactamente 10 años editó Tango. Como yo te siento, un disco que grabó en Buenos Aires con músicos y cantantes argentinos. ¿Cómo surgió aquel proyecto?

–Es una idea que comenzamos a trabajar con Jorge Fort, amigo y músico también, quien hizo la producción ejecutiva del disco. A Jorge me lo había presentado Jorge Calandrelli, un gran amigo argentino que vive en Los Ángeles, compositor y arreglador talentoso. Hablando con Fort, él me preguntó si yo tenía algún proyecto pendiente, algo que aún no hubiera hecho y que me gustaría hacer. Y yo le dije que sí. Que mi sueño era ir a la Argentina para grabar un disco de tango. Entonces él me dijo que iba a producir ese proyecto. La verdad es que fue una experiencia muy linda que yo recuerdo con mucho cariño. Y además ganó el Grammy como mejor disco de tango. ¿Te imaginas lo que eso fue para mí? Una alegría inmensa.

–¿Cómo eligió aquel repertorio?

–La mayoría de los temas son clásicos. Un repertorio muy gardeliano. Pero también sumamos otros autores importantes como Mariano Mores, Juan Carlos Cobián y Astor Piazzolla. Y Fort me hizo escuchar algunos tangos más nuevos, como “Garganta con arena” y “Corazón al Sur”, que me gustaron mucho y fueron incorporados. Él también eligió a las cantantes. Fue una experiencia maravillosa.

–¿Y de dónde venía ese sueño suyo por grabar tango en Buenos Aires?

–Bueno, el tango fue muy popular en Cuba cuando yo era pequeño. Mi padre, que era una persona muy pobre, muy humilde, mecánico de automóviles; era un apasionado por el tango. No por la música en general, pero sí por el tango en particular. Él los escuchaba en la radio y se conocía todas las letras. Así que este disco de alguna manera fue también un homenaje a mi padre. Yo estoy seguro que desde el cielo lo escuchó.

–Hablando de gustos y necesidades, en 2018 hizo un disco muy particular en el que convocó a varios cantantes de primera línea y de diferentes orígenes y generaciones…

–Te refieres a Ultimate duets. Ese disco reunió a 12 artistas de lujo, invitados de honor para ese trabajo. Va de Plácido Domingo a Ariana Grande, y estuvieron Stevie Wonder, Alejandro Sanz, Juan Luis Guerra, Prynce Royce. Están también Pharrel Williams, David Bisbal, Celia Cruz. ¿Te imaginas la satisfacción que ha representado para mí poder contar con esos tremendos artistas en un mismo disco? Fue increíble.

"La trompeta es un instrumento que demanda muchísimo. Exige una educación férrea", dice Arturo Sandoval (Lonnie Timmons III)
"La trompeta es un instrumento que demanda muchísimo. Exige una educación férrea", dice Arturo Sandoval (Lonnie Timmons III)

–Ese registro salió poco antes de la pandemia ¿Cómo vivió esos tiempos tan difíciles?

–Encerrado, te diría. Como todos. Pero sabes, ante la imposibilidad de actuar y de hacer shows, me dediqué a componer. Y también hice más de 600 videos. La mayoría de ellos con nuevas canciones escritas durante aquel encierro. También aproveché para tocar y grabar muchos temas que había compuesto antes y que por distintas razones nunca había grabado. Todo eso que te cuento lo puse en la internet, gratuitamente para todo el mundo, lo que me dio la posibilidad de mantener el vínculo con el público. Por eso también ya tengo un disco próximo a salir. Ya está todo terminado. Toda música nueva que compuse durante la pandemia. Una situación que por suerte ya hemos superado. Ahora podemos regresar a los shows, a la carretera, que es lo que todos los músicos añorábamos.

–Con más de 40 discos editados ¿hay alguno en especial que pueda señalar como favorito?

–Tengo exactamente 46 discos, pero sí, mi favorito sigue siendo Trumpet evolution, que hice a comienzos del 2000. Adoro ese disco. Son 19 canciones que van desde las primeras grabaciones de jazz que se hicieron en el mundo hasta las más modernas. Tratamos de representar y homenajear a todos los grandes trompetistas de la historia del jazz a través de sus propias canciones. Fue un trabajo muy arduo. Muy serio. Pero a la vez una experiencia increíble. Te imaginas, adentrarme en 19 mundos diferentes. De estilos completamente diferentes y épocas diferentes. Por eso para mí tiene muchísimo valor. Otro de mis discos favoritos es Dear Diz, un homenaje a la música de Dizzy Gillespie. Un disco que también ganó un Grammy y que valoro mucho. Con unos arreglos extraordinarios...

–De alguna manera Dizzy fue su padrino artístico…

–De alguna manera no. De todas las maneras que puedas imaginar. Fue un hombre extremadamente generoso conmigo. Hizo lo indecible por ayudarme desde que nos conocimos hasta que cerró los ojos. Yo le estoy eternamente agradecido y no pasa un día sin que lo recuerde.

–Sus colegas aseguran que la trompeta es un instrumento muy demandante, que exige una práctica constante. ¿Eso es así también para un músico de su experiencia, con tantos años de escenario?

–Absolutamente. La trompeta es un instrumento que demanda muchísimo. Exige una educación férrea. Muchísima responsabilidad y seriedad. Si no te lo tomas así, en vez de disfrutar, vas a estar sufriendo en el escenario.

–¿Y el estilo y el abordaje también se van modificando?

–Claro que sí. Uno con los años va ganando en experiencia. Va madurando. Va tomando cosas y mejorando su discurso. Para eso hay que conservar el deseo de progresar. Seguir ávido por escuchar nuevas tendencias. Nueva música que te vaya enriqueciendo. Y eso solo se detiene cuando mueres. Yo me siento bendecido que a los 73 años tengo la voluntad y la fuerza para seguir haciendo a diario lo que tanto amo.

* Arturo Sandoval se presentará en Buenos Airees el sábado 13 de agosto a las 21 en el Teatro Ópera (Av. Corrientes 860, CABA).

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