Economía peruana registra su peor cifra desde febrero 2021

La producción nacional sigue perdiendo impulso y crece tan solo 1,41% en julio. Esta contracción se debe a que el sector minero metálico cayó 6.2% en el sétimo mes del año, según cifras del INEI.

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La producción minera metálica se contrajo 6.2% por la baja ley en los minerales procesados y por la conflictividad social.
La producción minera metálica se contrajo 6.2% por la baja ley en los minerales procesados y por la conflictividad social.

La economía peruana continúa desacelerándose y en julio registró su menor tasa de crecimiento en el año y desde febrero del 2021. Es así que los analistas sostienen que ante el actual escenario se viene materializando la desaceleración de la actividad productiva del país.

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la producción nacional creció tan solo un 1.41% en julio, mientras que en el periodo acumulado entre enero y julio de este año crece a 3.22%.

Ante estos resultados, BBVA Research explicó que la desaceleración de julio se debe principalmente por la contracción del PBI primario (-1.4%): la producción minera metálica se contrajo 6.2% (por la baja ley en los minerales procesados y por la conflictividad social) y la de hidrocarburos 3.4% (afectada por factores climatológicos que dificultaron el transporte).

También se observó una moderación más acentuada en el crecimiento del PBI no primario (2.1% vs 3.8% en junio). Esta tendencia se explica por la contracción de la manufactura no primaria (cuyo último registro negativo fue en diciembre de 2020), vinculada a la menor fabricación de bienes de consumo y de capital, y la moderación del crecimiento del sector construcción (2.1% vs 6.0% en junio).

Además, fue también menor la expansión en los sectores de alojamiento y restaurantes y de transporte al irse disipando el efecto “rebote” luego de flexibilizarse las medidas de aislamiento sanitario.

“El crecimiento de 1.4% interanual en julio es consistente, según el INEI, con una contracción de 0.79% intermensual (corregido por estacionalidad). Si este nivel se mantiene sin cambios hasta fin de año, la expansión del PBI en 2022 sería de 2.2%”, según los estimados de BBVA Research.

PBI Perú
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Inversión privada

Por su parte, Víctor Fuentes, jefe del Instituto Peruano de Economía (IPE), señaló que julio anotó el dato más bajo del PBI desde febrero del año pasado, por lo cual “pinta la cancha” más claramente sobre la materialización de una desaceleración económica.

“El consumo ya no va a aguantar más, si lo vemos por gasto, la inversión privada va menguando cada vez más y el sector minero está muy mal, esto arrastrado por la caída de la producción muy fuerte de Apurímac y Moquegua”, comentó el economista.

Asimismo, Fuentes explicó que hay expectativas negativas en cuanto a inversión minera, ya que la empresa minera Newmont comunicó que va a posponer el inicio de su proyecto Yanacocha Sulfuros para el 2024. Esto obliga a revisar las proyecciones de inversión privada para el próximo año, lo cual es preocupante”, enfatizó.

De acuerdo al IPE, el crecimiento del PBI alcanzaría un 2.1% en el 2022 con una caída de 3.1% de la inversión privada.

Consumo privado mostraría una marcada desaceleración en tercer trimestre del año, lo cual implicaría a un enfriamiento de la economía.
Consumo privado mostraría una marcada desaceleración en tercer trimestre del año, lo cual implicaría a un enfriamiento de la economía.

Perspectivas

De acuerdo a BBVA Research, para lo que resta del año, su escenario base considera que el crecimiento del PBI será relativamente bajo, menor que en los primeros siete meses del año, período en el que alcanzó una tasa de 3.2% interanual.

“El entorno internacional se ha deteriorado y, a nivel local, se va agotando el impulso generado por la normalización de las actividades que fueron más afectadas por las medidas de aislamiento sanitario. Además, las condiciones de financiamiento son cada vez menos favorables, la confianza empresarial está atascada en terreno pesimista y los conflictos sociales seguirán afectando a las actividades extractivas (por ejemplo, con recientes bloqueos en el corredor minero en protesta por la ampliación de una mina de la zona). Todo ello más que compensará el repunte observado recientemente en la inversión pública y el impacto positivo del ingreso en etapa de producción de la mina cuprífera Quellaveco”, indicaron los economistas Yalina Crispin y Hugo Vega de BBVA Research.

En consecuencia, BBVA Research sigue anticipando que en los cinco meses restantes la economía crecerá entre 1.0% y 1.5% interanual, en línea con su previsión para el año en su conjunto de 2.3%.

Demanda interna débil para el 2023

En tanto, el gerente del Área de Estudios Económicos del BCP, Carlos Prieto, manifestó que la economía peruana crecería apenas entre 2% y 2.5% el próximo año, sumado a una demanda interna aún más débil, de menos de 2%.

Además, precisó que el PBI en el tercer trimestre del 2022 sería en promedio de 2.6% interanual y en el cuarto trimestre de este año llegaría en torno a 2% interanual, lo que implicaría una caída en términos desestacionalizados. Para el 2022, la economía crecería entre 2.5% y 3%.

“Si bien el Perú registraría crecimientos, estos son tan exiguos que no son suficientes para solucionar los problemas estructurales que tiene el país, como la pobreza. Más bien existe el riesgo de perder el tren del desarrollo y tener una nueva generación perdida”, expresó Prieto Balbuena.

El consumo se contraería el próximo año debido a las elevadas tasas de interés y caída de la inversión privada.
El consumo se contraería el próximo año debido a las elevadas tasas de interés y caída de la inversión privada.

El ejecutivo explicó que el magro crecimiento, de entre 2 y 2.5% para la economía peruana en el 2023, se explica por diversos factores como el menor crecimiento de nuestros socios comerciales, el precio promedio del cobre sería alrededor de 10% menor al de 2022, el efecto rezagado en la actividad por el endurecimiento monetario producto del incremento de las tasas de interés en dólares y soles por parte de los bancos centrales, la inflación acumulada 2021-2023 cercana al 20% que erosiona la billetera del consumidor, la caída de la inversión pública ante el cambio de autoridades subnacionales y el efecto rebote post Covid-19 se agota y ya se limita casi solo al sector turismo receptivo internacional.

“En el 2023 la demanda interna crecerá incluso menos que el PBI, puesto que este último se beneficiará de un incremento en torno del 7% de la producción de cobre, debido a que Quellaveco y la ampliación de Toromocho tendrán en el primer semestre del 2023 su primer semestre conjunto y completo de operación. A esto se le suma la recuperación gradual de la producción minera tras las paralizaciones y huelgas en Las Bambas y Cuajone, ocurridas en el primer semestre del 2022″, agregó Carlos Prieto.

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