Perú vs Brasil, el partido “efervescente y espectacular” que marcó la historia de los Mundiales

En la historia universal, hay muchos objetos, pinturas, esculturas, canciones que con el paso del tiempo pueden llegar a ser consideradas como obras de arte. En el fútbol pasa algo parecido. Siempre hay un gol, un amague, una atajada, un momento exacto de determinado partido que puede llegar a ser considerado de esa manera.

Pero es muy raro que un partido entero sea catalogado así. Por ejemplo, en la historia de los Mundiales siempre hay choques que, a pesar del paso inexorable del tiempo, quedarán en la memoria colectiva. El triunfo de Uruguay ante Brasil en 1950, el milagro de Alemania Federal ante Hungría en 1954, Argentina contra Alemania de 1986, son solo algunos de aquellos cotejos que quedarán en la historia de los más emotivos.

Pero si hay alguno que puede alcanzar la categoría de obra de arte es un encuentro que jugó Perú. Con una gran generación de jugadores se enfrentó y le plantó cara al mejor Brasil de la historia. Fue en el Mundial realizado en México en 1970. Y esto fue lo que sucedió.

Luego de una histórica clasificación, eliminando a la mismísima Argentina en Buenos Aires, la selección peruana llegó a la cita en México sin mayores expectativas que las de ganar experiencia y participar de la mejor manera en el primer mundial al que se clasificó por mérito propio. Recordar que para Uruguay 1930 se aceptó una invitación.

Justo un par de días antes del debut ante Bulgaria, un 2 de junio, ocurrió el terrible terremoto en Áncash que acabó con la vida de más de 70 mil personas.

Con esos ánimos, el equipo dirigido por Didí debía enfrentar su debut. La pena y las energías estaban por los suelos y eso se notó desde el primer minuto. Tanto que el primer tiempo, la bicolor perdía por dos a cero. Goles de Dermendjev y Bonev. Para el segundo tiempo todo cambió y con goles de Gallardo, Chumpitaz y el ‘Nene’ Cubillas le dieron un triunfo épico a nuestra selección.

Cuatro días después, la víctima fue Marruecos y el resultado tres a cero. Cubillas por dos y Roberto Chale marcaron los goles.

Para la última fecha tocó el fuerte del grupo: Alemania Federal. A pesar de dar pelea, los peruanos nada pudieron hacer frente al ‘Bombardero’ Gerd Müller que anotó los tres goles que le dieron el triunfo a los teutones por tres a uno. Cubillas, otra vez, descontó.

Clasificados a los cuartos de final nos tocó con la todopoderosa Brasil. Y es que ese equipo no solo era Pelé y diez más. Ese equipo era pura magia con Jairzinho, Rivelinho, Tostao, y Gerson. Nunca en la historia de selecciones se ha visto un ataque tan letal.

Teniendo como escenario el estadio Jalisco (Guadalajara), los 54 mil espectadores serían privilegiados testigos de lo que estaba a punto de ver. A las 12 en punto del medio día del 14 de junio de 1970, el árbitro belga Vital Loraux pitó el inicio del partido.

Como era de esperarse, Brasil salió al ataque desde el comienzo y no demoró mucho en llegar al gol. A los 11′ Rivelinho y Tostao a los 15′ hacían saber al mundo que no por nada eran considerados entre los mejores del mundo.

Sobre los 28′, la esperanza renacía en el equipo incaico tras el descuento de Gallardo de penal. Pero Tostao de nuevo a los 52′ alargaba las diferencias.

Pero si algo sabía esa selección era dar pelea. Así fue que el goleador del equipo, Teófilo Cubillas, quien marcó el segundo a los 70. Poco duró la esperanza de llegar al empate, ya que a los 75′, Jairzinho sentenció el partido.

Cuentan los espectadores neutrales que la manera de tocar el balón, el famoso ‘jogo bonito’, no solo lo puso el elenco amarillo. Perú también demostró lo que sabía hacer. Y si las estrellas brasileñas recibieron los aplausos del respetable, Cubillas, Sotil, Chale, Mifflin y Chumpitaz también se llevaron los elogios del público mexicano.

De acuerdo con el famoso historiador británico Brian Glanville, este fue el mejor partido de las Copas Mundiales. “Fue un partido efervescente y espectacular. Ambos se deleitaron en el ataque y se burlaron de las precauciones defensivas”,  escribió el periodista en su libro Las Copas del Mundo. Refiere que “el jogo bonito tuvo una oportunidad única de exhibirse en toda su belleza a los ojos del planeta”.

Y agrega que aunque “Baylón y Gallardo eran excelentes y Teófilo Cubillas podía considerarse excepcional, no alcanzaban el nivel de genialidad de sus colegas de Brasil”.

En los registros de video quedaron inmortalizados esos 10 minutos, en los que el balón no salió ni una sola vez del terreno de juego.

Es cierto que la blanquirroja perdió y fue eliminada de la cita mundialista, pero lo hizo en su ley, respetando una manera de jugar que siempre privilegió el espectáculo y sin usar la violencia. Así tuvieran al frente a un equipo que parecía de otro planeta.

Perúno solo se iba con la frente en alto, sino que regresó con el séptimo lugar y una diploma de la FIFA que lo reconocía como el equipo de mejor comportamiento en el campo. Más que merecido.

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