Cómo el ELN y las disidencias de las FARC operan en Venezuela para defender al régimen de Nicolás Maduro

Los grupos terroristas han aumentado en las últimas semanas su presencia en el país vecino y hasta han cometido crímenes en operativos conjuntos con el cuerpo de élite de la policía chavista

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Organizaciones sociales han denunciado alianzas criminales entre grupos irregulares colombianos y cuerpos de seguridad venezolanos a favor del chavismo.
Organizaciones sociales han denunciado alianzas criminales entre grupos irregulares colombianos y cuerpos de seguridad venezolanos a favor del chavismo.

Que organizaciones armadas colombianas como el ELN y las disidencias de las FARC tienen presencia en Venezuela con la venia del régimen de Nicolás Maduro ya no es secreto para nadie. Pero la situación se complica con el nuevo panorama político del vecino país. Expertos advierten que recuperar el monopolio de la fuerza será cada vez más difícil en un posible cambio de gobierno en Venezuela, cuyos efectos se sentirán especialmente en zonas de frontera y en Colombia.

Recientemente el general Juan Carlos Buitrago, director de la Policía Fiscal y Aduanera de Colombia, aseguró que en la frontera con Venezuela hay alianzas criminales entre grupos armados, específicamente las disidencias de las FARC y el ELN, para actividades como la extorsión, el narcotráfico y el contrabando. Dijo que se dedican a robar ganado y a traficar carne e hidrocarburos en los departamentos de La Guajira, Arauca y Norte de Santander.

La ONG Paz & Reconciliación (Pares) tiene un estudio que sostiene que estas organizaciones armadas están reclutando migrantes que intentan cruzar la frontera huyendo de la crisis humanitaria en Venezuela, y en el camino son engañados con falsos trabajos o llevados forzosamente para ingresar a las filas. Uno de los testimonios recogidos es el de una joven venezolana que en julio de 2018 tuvo que lanzarse con su familia de un vehículo en movimiento porque los iban a someter a sumarse a una guerrilla.

Grupos armados colombianos han aprovechado la crisis migratoria para reclutar bajo engaños o forzosamente a venezolanos que cruzan la frontera por los pasos ilegales. (AFP)
Grupos armados colombianos han aprovechado la crisis migratoria para reclutar bajo engaños o forzosamente a venezolanos que cruzan la frontera por los pasos ilegales. (AFP)

La Fundación Redes (FundaRedes) ha sido testigo de todo esto y más. Denunció que hay un nuevo grupo operando en estados fronterizos de Venezuela como Zulia, Táchira y Apure que se autollama 'Colectivo de Seguridad Fronteriza' o 'Colectivo Armado del Pueblo', integrado por colombianos y venezolanos, bajo el mando de cabecillas disidentes de las FARC. Y dedicado a extorsión, amedrentamiento a la población, desaparición forzada, contrabando de combustible y alimentos.

Se trata de la reinvención de estos grupos a la sombra de la ‘revolución bolivariana’

Y un informe de Insight Crime, una ONG dedicada al estudio de la criminalidad en América Latina, reveló que el ELN tiene presencia en 12 de los 24 estados del vecino país. Pero no solamente en zonas fronterizas con Colombia, sino hasta los límites con Guyana y Brasil, avanzando cerca de 1.500 kilómetros, casi cruzando todo el país. Ello, en zonas donde el gobierno venezolano desarrolla el proyecto Arco Minero.

"Se trata de la reinvención de estos grupos a la sombra de la "revolución bolivariana", que en tiempos de Hugo Chávez tuvieron luz verde para entrar y descansar en Venezuela. Pero bajo el régimen de Nicolás Maduro tienen un "trabajo" formal en las minas: organizar a los mineros para explotar el recurso, luego transportarlo y entregarlo al gobierno venezolano, que desde hace poco tiempo recurre a la explotación minera como nueva fuente de riqueza ante el declive de su producción petrolera", explica Insight Crime.

Panorama actual

Tras el atentado con carro bomba del ELN en Bogotá, el presidente Duque decidió levantar la mesa de diálogos de paz en La Habana.
Tras el atentado con carro bomba del ELN en Bogotá, el presidente Duque decidió levantar la mesa de diálogos de paz en La Habana.

Esta situación puede empeorar sustancialmente con los últimos eventos registrados en ambos países. En Colombia, el pasado 18 de enero el presidente Iván Duque levantó la mesa de diálogos de paz con el ELN tras el atentado con carro bomba en la Escuela de Cadetes de la Policía Santander General en Bogotá, que dejó 21 muertos y 68 heridos. Con ello se reactivaron las órdenes de captura de los delegados del grupo subversivo en las conversaciones de La Habana, y se inició una ofensiva militar en todo el territorio nacional.

Por su parte, en Venezuela el pasado 23 de enero, en medio de intensas protestas contra la dictadura de Nicolás Maduro, el presidente opositor de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, se proclamó presidente interino de Venezuela, recibiendo el apoyo diplomático de la mayoría de países latinoamericanos y varios del mundo como Estados Unidos, España y Francia, entre otros. Limitando así el poder internacional del chavismo, apoyado por la cúpula militar.

En este contexto, el ELN y las disidencias de las FARC, que han tomado el control de zonas venezolanas ante la inacción y tolerancia del gobierno de Maduro, significan un apoyo fundamental para el chavismo. Como lo explicó a Infobae Ronald Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario: "Nicolás Maduro ha dicho en varias alocuciones que recurriría a la insurgencia, afines a su ideología, si las condiciones adversas así lo obligan".

En el estado de Táchira se denunció el asesinato de dos manifestantes en contra del régimen de Maduro en manos del ELN, las disidencias de las FARC y la Policía Nacional Bolivariana.
En el estado de Táchira se denunció el asesinato de dos manifestantes en contra del régimen de Maduro en manos del ELN, las disidencias de las FARC y la Policía Nacional Bolivariana.

Consecuencia de ello es la reciente denuncia de FundaRedes ante la Fiscalía de Colombia donde sostienen que grupos armados integrados por miembros del ELN y de las disidencias, con apoyo de la Policía Nacional Bolivariana (FAES), asesinaron a dos venezolanos identificados como Eduardo José Marrero y Luigi Ángel Guerrero durante la jornada de protesta contra el régimen de Nicolás Maduro el pasado 23 de enero, en la ciudad fronteriza de San Cristóbal, en el estado de Táchira.

"Hemos observado cómo el 'Colectivo Armado del Pueblo' y la FAES han hecho una unidad de defensa de la revolución. Actuaron en San Cristóbal para enfrentar a manifestantes en contra del régimen de Maduro y se registraron 20 heridos de bala, tenemos registro fotográfico de eso. En varios estados fronterizos, este Colectivo junto con elenos han intimidado a la población que no es afín con el régimen para que no participe de las actividades de la oposición", afirmó a Infobae Javier Tarazona, director de FundaRedes.

En ese sentido, dice Tarazona, Venezuela se ha convertido en el lugar perfecto para que estos grupos se desplieguen en busca de protección ante la ofensiva militar en Colombia y expandan sus operaciones. La condición de Estado mafioso del régimen de Maduro le permiten aprovechar la posición geoestratégica de la zona y utilizar su proximidad ideológica para fortalecer sus rentas ilícitas y el intercambio de adoctrinamiento en ambos territorios, como en el caso del ELN.

Expertos advierten la pérdida del monopolio de la fuerza del Estado venezolano por el dominio territorial que tienen grupos irregulares en algunas zonas del país. (Photo by Yuri CORTEZ / AFP)
Expertos advierten la pérdida del monopolio de la fuerza del Estado venezolano por el dominio territorial que tienen grupos irregulares en algunas zonas del país. (Photo by Yuri CORTEZ / AFP)

"Hay un apoyo irrestricto, total, de protección y de respaldar de la presencia del territorio del gobierno de Maduro con estos grupos irregulares colombianos (…) El ELN se despliega totalmente con más vehemencia porque el régimen los protege, se organizan y planifican todos los actos terroristas en Venezuela, incluso los financia el régimen, les entregan armas", denuncia Tarazona. Así, el Estado venezolano fue cediendo el monopolio de la fuerza, y darle identidad a los cuerpos institucionales será más complejo en un posible tránsito de gobierno.

Así lo explicó Rodríguez: "En Venezuela la lógica de poder en temas de seguridad cambió con Hugo Chávez, luego del intento de golpe de estado de 2002 se dio cuenta que habían sectores institucionales que no le eran leales, y permitió que actores civiles se armaran y que otras estructuras armadas ingresaran al país, así el Estado perdió el monopolio de la fuerza, lo que va a marcar el futuro de la relación entre Colombia y Venezuela".

Venezuela, sin tener un conflicto armado, terminó siendo uno de los países más violentos del mundo. Solo en 2018 se registraron más de 7.500 muertos a manos del Estado por resistirse al poder, con una impunidad que supera el 90%, según afirmó Rodríguez. Así, la seguridad se convirtió en uno de los temas más complejos en las relaciones diplomáticas de ambos países, que demandan una coordinación conjunta que no existe, mientras los problemas de las fronteras crecen.

Los casos de asesinatos a manos del Estado venezolano tienen más del 90% de impunidad. (Meridith Kohut/The New York Times)
Los casos de asesinatos a manos del Estado venezolano tienen más del 90% de impunidad. (Meridith Kohut/The New York Times)

El docente de la Universidad del Rosario de Bogotá advierte del surgimiento de nuevos negocios ilegales que antes no se veían en la frontera colombiana como el tráfico de personas. Y los cuerpos de seguridad venezolanos se han contaminado por estas lógicas criminales que operan en zonas limítrofes.

"Todo esto se debe a la pérdida del poder en Venezuela, lo que ha sido más grave para Colombia porque no les permiten la acción efectiva de las autoridades para enfrentarse a estas estructuras criminales. Las bandas criminales no tienen estímulos para abandonar la zona porque no tienen quien los combata del otro lado de la frontera. Y cuando Venezuela quiera recuperar ese monopolio de la fuerza va a ser mucho más difícil por el dominio territorial que han adquirido las organizaciones armadas", concluyó Rodríguez.

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