Hasta hace poco, quienes elegían el país vecino para veranear siempre habían asociado la costa de Uruguay con Punta del Este, el centro turístico de playa donde el Río de la Plata se encuentra con el Océano Atlántico. Sin embargo, hace algunos años que un "otro Uruguay de verano" ha empezado a aparecer en escena. Todo sobre la maravillosa costa más allá de la provincia de Maldonado de Punta, con playas vírgenes, aldeas de pescadores y dunas de arena salvaje.
Visitarlos, quizás, se trate de una experiencia en sí misma: llegar, recorrerlos y despedirlos; cada uno de estos balnearios en la costa uruguaya ofrece una sensación única de inexplicable plenitud.
A través de encuestas en los diferentes balnearios y con el objetivo de conocer una primera aproximación la Dirección de Turismo de la Intendencia Departamental de Rocha publicó el primer informe oficial de la temporada 2018/2019 sobre el perfil del turista que visita Rocha en verano.
Las encuestas comenzaron el 26 de diciembre del año pasado. Al 6 de enero de 2019 se realizaron 680 encuestas, en las playas de La Paloma, La Pedrera, Costa Azul, La Aguada, Cabo Polonio, Barra de Valizas, Aguas Dulces, Punta del Diablo, Santa Teresa y Barra de Chuy, de donde se desprenden los siguientes resultados:
Respecto a la procedencia, la investigación reveló que la mayoría de los visitantes (62,4%) eran oriundos del país uruguayo, un 5,2% más respecto al mismo período de la temporada pasada; el 17,6% de Argentina, un 10,5% menos respecto al mismo período de la temporada pasada; el 10,9% de Brasil; el 2,1% de Paraguay y el 7% de otros países.
De Argentina, los turistas llegan a Rocha desde Buenos Aires un 68,9%, Rosario 14,5%, Santa Fe 6,8%, Corrientes 5,1%, Córdoba 3,5% y otras provincias 1,2%.
Según datos arrojados por el estudio la mayoría de quienes lo visitan oscilan entre los 31 y 50 años (55,3%), seguidos por los de 18 a 30 años de edad (28,6%). Gran parte visita Rocha en familia (53,9%), seguidos por los que lo hacen en pareja (25,4%), con amigos (19,1%) y solos (1,6%).
La Pedrera
Asentado sobre un acantilado rocoso, La Pedrera es un balneario pintoresco de cuento donde todo es calmo y ameno pero vivo. Durante la noche su calle principal es peatonal y marco de una feria artesanal y de espectáculos callejeros. La misma atraviesa el pueblo y desemboca en una rambla elevada sobre el mar, cuya vista es el emblema del poblado. Desde allí se observa la formación rocosa que le da su nombre y que es uno de los testimonios geológicos más antiguos del mundo.
A cada lado de esta punta rocosa se extienden sus dos playas: El Desplayado, con una pequeña bahía entre las rocas, es ideal para el disfrute familiar; y la Del Barco, con un marcado perfil juvenil, es perfecta para los surfers que esperan para disfrutar de las olas. En esta playa además, todavía pueden observarse los últimos vestigios del buque pesquero "Cathay VIII", encallado desde el año 1971.
"La Pedrera es un pueblito al borde del mar que cuenta con su escuela publica, su club social, y actividad durante todo el año que lo transforma, no solo en un balneario, sino en un lugar donde vive mucha gente y eso se diferencia de otros lugares de Rocha, dueños una actividad meramente turística", explicó en diálogo con Infobae Martha Bello, fundadora del portal de La Pedrera e integrante de la comisión directiva del Club Social y Deportivo.
Si bien tradicionalmente se trató de un balneario tranquilo, fue a partir de los años 1990 que ha convocado a la juventud a pasar sus días y noches de verano. Martha reside allí desde hace 25 años y asegura que La Pedrera es un balneario que sobre todo le agrada mucho a los argentinos. "Tiene un publico argentino quizás mayor que el de otros balnearios de Rocha. Este año, sin embargo, su ausencia incide bastante en la temporada. Se nota que hay menos gente", explicó.
En la avenida principal de La Pedrera se encuentran el Club Social y Deportivo: centro de espectáculos, eventos y reuniones, una feria artesanal, boutiques y una variedad de pequeños comercios y restaurantes que brindan calidez y servicio para hacer de la estadía del visitante, algo inolvidable.
"Este balneario bohemio de la costa uruguaya de Rocha es un destino ideal para todos los gustos: con opciones para ir en pareja, familia o con amigos. Sus precios son más accesibles que otros balnearios uruguayos, como Punta del Este", advirtió a Infobae Inés Peluffo de Turismocity.
En su gastronomía se destacan distintas opciones locales e internacionales. Esta temporada inauguró Mar, un nuevo restaurante que con sus deliciosos sabores le rinde culto al producto local, con platos simples y autóctonos. Petisco y Lajau también son algunas de las opciones que funcionan desde hace años para todos los gustos y para todos los bolsillos.
Cabo Polonio
Por su parte, Cabo Polonio es un balneario rústico, con una mística muy especial. Desde el 2009 Cabo Polonio integra el Sistema Nacional de Áreas Protegidas y para preservar su riqueza natural y minimizar el impacto del hombre en el entorno, no se permite el ingreso de vehículos particulares a la aldea. Los únicos autorizados a hacerlo son unos camiones abiertos estilo safari que parten desde la puerta y recorren esos siete kilómetros en 30 minutos, una travesía panorámica rodeando las dunas y el bosque.
En el Cabo se vive de día y se cena temprano; aquí no hay luz eléctrica, ni agua corriente, ni televisión. Apenas hay señal de celular. Tampoco hay alumbrado público, lo cual permite, en las noches despejadas, apreciar el cielo nocturno como en pocos lugares de la costa uruguaya.
"Otra de sus particularidades -continuó Peluffo– es que sus construcciones, más que nada casas, hostels, posadas y ranchos son de baja altura, ya que por regulación no pueden construirse ni ampliarse más. Su distribución, además, no sigue una lógica urbana, ya que como no hay autos ni calles las viviendas están dispersas por todo el cabo".
El cabo rocoso del polonio es escenario del faro, que puede ser visitado durante el día y que ofrece una vista privilegiada de todo el balneario y a las Islas Encantada, Rasa y El Islote sobre las cuales habita una colonia de lobos marinos. Esta punta separa a la costa en dos playas de arena blanca y fina, silenciosas y para muchos, energéticas. La Playa Sur es la más extensa, amplia y concurrida por los pequeños bares que abren allí durante la temporada alta y por ser la menos ventosa.
El ritmo y las tareas de sus habitantes están marcados por la luz solar, desde el amanecer hasta el atardecer. Por la noche, la ciudad se viste de velas y farolas que muestran su luz hasta el amanecer. Sin electricidad ni agua corriente, pero con un paisaje único, Cabo Polonio es uno de esos sitios en el mundo que encanta y relaja a todas las almas que eligen visitarlo. Aunque muchos han venido a este lugar para quedarse.
Quienes eligen pasar sus noches en el Cabo lo hacen tentados por la experiencia mágica y naturalmente fascinante de vivir como lo hacen sus habitantes, desconectados y aislados de todo lo que hace a una gran ciudad, pero profundamente conectados con ellos mismos, con el prójimo y la naturaleza.
"Estas características hacen de Cabo Polonio un destino ideal para quienes eligen viajar en armonía y en contacto con la naturaleza, sin importarles la falta de infraestructura o comodidades que pueden tener otros destinos turísticos. La mayoría de sus visitantes van en los meses de verano, aunque en temporada baja, tiene su encanto especial por estar totalmente despoblado", agregaron desde el buscador.
Punta del Diablo
En este pequeño pueblo pesquero la playa de los Pescadores exhibe el monumento blanco De Artigas a Bolívar sobre sus rocas y está salpicada de barcos pesqueros. No muy lejos se encuentra la playa Rivero, conocida por su fuerte oleaje y la playa Grande, de arena y forma curvada, bordea el Parque Nacional Santa Teresa, del que destacan sus eucaliptos y pinares.
Desde sus comienzos el pueblo, sin abandonar esta tradición pesquera, se dedicó de lleno al turismo. Uno de los atractivos a visitar es la feria artesanal, ubicada en el centro del pueblo. Los artistas de la zona musicalizan los atardeceres, mientras los turistas se relajan y disfrutan de una cerveza local o una buena cena en a base de frutos del mar.
Frente a la playa de La Viuda, aguardan los surfistas en Punta del Diablo, sin dudas una zona privilegiada para los amantes del deporte. Durante la temporada estival, se disputan campeonatos con participación de deportistas locales y de países de la región.
Parque Nacional Santa Teresa
El parque nacional en el que se encuentra la Fortaleza de Santa Teresa se ubica sobre la costa atlántica, entre los balnearios de Punta del Diablo y La Coronilla. Más de dos millones de árboles habitan las 3000 hectáreas de extensión, junto con innumerables especies de flora autóctona y exótica. Las zonas de recreo, paseos públicos, playas sobre el océano Atlántico y laguna Negra, campings y complejos de cabañas reciben a miles de turistas todos los años en temporada de verano.
Se trata de uno de los parques más grandes del mundo creados por la humanidad, que fusiona de manera casi perfecta belleza y tranquilidad. Allí se puede acampar y realizar caminatas por el Recreo del Soldado.
La trayectoria de la Fortaleza se remonta al año 1762, cuando los portugueses, previendo un nuevo conflicto con España, decidieron fortificar el punto, por aquel entonces llamado Castillos Chicos. Sus muros fueron construidos de una doble pared de piedra de sillería y unidos por estribos. Dentro de este monumento se hacen presentes siglos de historia.
La enorme extensión del parque ofrece infinidad de caminos y senderos para recorrer. Sus hermosos y variados árboles y arbustos presentan siempre nuevos paisajes y ambientes para explorar, en excursiones y caminatas que muchas veces terminan en alguna de las cuatro playas del Parque Santa Teresa: Playa Grande, que limita con Punta del Diablo; Playa del Barco, quizás la menos concurrida; Playa Achiras, muy accesible y con buenos pesqueros y Playa la Moza, con una de las mejores olas para el surfing en el país.
Dentro de los atractivos interesantes para conocer se encuentra "El Chorro", una construcción hecha en piedra, que aprovechando los desniveles naturales acumula agua formando una piscina natural de agua dulce en un entorno vegetal increíble. La Pajarera es también otro de los atractivos del parque. Es un aviario y pequeña reserva de fauna, que ofrece un alternativa para hacer un paseo diferente en familia.
La Coronilla
Su nombre proviene de los amplios bosques de coronillas que se extendían por las costas del océano Atlántico, desde la Fortaleza de Santa Teresa hacia el norte. Este balneario prácticamente virgen es el preferido, por excelencia, de los amantes de la tranquilidad, el silencio y la naturaleza.
Ubicada a orillas del océano Atlántico, a 314 kilómetros de la capital del país, y a solo 25 kilómetros de la ciudad de Chuy en la frontera con Brasil y rodeado de los singulares Palmares de la Coronilla, es ideal para descansar en familia en un ambiente destacado por su quietud y serenidad. De la mano de los pescadores de la zona se puede acceder a las Islas de la Coronilla, que ofrecen un panorama espectacular de la costa o invitan a disfrutar de una inolvidable tarde de pesca en las rocas.
"Se trata de uno de los balnearios más antiguos de la costa uruguaya, también famoso por su turismo natural y ecológico, aprovechando su cercanía al Parque Nacional Santa Teresa. Al norte está la playa Las Maravillas, donde se encuentra el Centro de Tortugas Marinas del Uruguay, destinado a la preservación de las mismas, el cual puede visitarse gratuitamente en temporada alta", informó Peluffo.
"Despertarse en este pueblo significa tomar una tasa de café por la mañana mirando el mar. Salir, acercarse al mirador y chequear el viento. Más tarde, ir a la playa en compañía de alguna caballada que se acerca a beber agua de río, siempre rodeados de bosque y médanos por donde mires. Llega la hora del almuerzo y en familia preparamos algún plato que contenga vegetales de una huerta que hay ahí, con provisiones de Chuy, y quizás algo más fresco que buscamos por Punta del Diablo", contó en diálogo con Infobae Blas, un joven argentino de 24 años que reside en La Coronilla.
Estratégicamente ubicada a escasos kilómetros de otros sitios de interés del departamento de Rocha como el parque nacional de Santa Teresa y Punta del Diablo, La Coronilla tiene importantes atractivos turísticos que van desde sus hermosas playas hasta su variada oferta hotelera, pasando por la actividad pesquera y la paz de su entorno.
"Es uno de los balnearios más antiguos de la costa uruguaya repleto de historia y cultura que hoy en día vuelve a seducir a los turistas apasionados de las aventuras naturales y ecológicas. Históricamente esta zona fue habitada por indios e intentó ser una colonia agrícola. Sus extensas playas prometen postales muy significativas, además de que hay gran variedad de actividades, entre ellas, la pesca", manifestaron desde Despegar.
A las playas del sur se llega cruzando un puente colgante, que cruza un canal. El puente separa el área de la costa marina protegida del Cerro Verde y las Islas de la Coronilla, donde habitan varias especies marinas, como ballenas franca-austral, toninas, delfines, tortugas, lobos, elefantes marinos y cientos de peces.
El área protegida incluye la Punta Coronilla o Las Piedritas, ideal para actividades recreativas y educativas. El Cerro Verde (de entre 10 y 15 mts de altura), en cambio, ofrece un mirador con una vista panorámica impresionante. Pasado el Cerro, hacia el sur, está la playa La Moza, la preferida por los surfistas.
En cuanto a la hotelería, la mayoría de los alojamientos se concentran en la zona norte, cercana a la costa e incluye casas, posadas y cabañas. Sus restaurantes incluyen platos locales y regionales, mayoritariamente a base de pescado y carnes.
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