Por qué las mismas peleas se repiten en la pareja aunque cambie el motivo

Un análisis reciente publicado por Forbes señaló que los conflictos recurrentes en las relaciones surgen de respuestas automáticas del sistema nervioso ante señales emocionales, lo que perpetúa la dinámica más allá de las causas aparentes

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Las discusiones de pareja recurrentes
Las discusiones de pareja recurrentes suelen estar impulsadas por patrones emocionales y no solo por el motivo aparente del conflicto (Crédito: Freepik)

Las discusiones recurrentes en las relaciones de pareja no dependen únicamente del motivo visible que las inicia. Un mensaje no enviado, una invitación omitida o un comentario con mal tono pueden desencadenar reacciones desproporcionadas que parecen surgir de forma espontánea.

Sin embargo, estos episodios suelen derivar de patrones emocionales que el cerebro reacciona al percibir señales parecidas, aunque el contexto cambie.

De acuerdo con un análisis realizado por el psicólogo Mark Travers para Forbes, muchas peleas no desaparecen simplemente al ajustar la conducta o mejorar la comunicación. Cambian de forma y mantienen la carga emocional, reapareciendo con distinto disfraz. Hasta que esa base no se identifica, la dinámica persiste y acumula efectos sobre el vínculo.

Conflictos nuevos que activan heridas antiguas

Una de las razones principales de la repetición de peleas tiene relación con la forma en que el cerebro organiza la memoria emocional. Travers afirmó que las experiencias no se almacenan en compartimentos aislados, sino que se agrupan por sensaciones de amenaza similares, aunque los hechos difieran.

El cerebro agrupa recuerdos emocionales
El cerebro agrupa recuerdos emocionales por sensaciones de amenaza, lo que puede activar heridas antiguas en nuevas discusiones de pareja (Crédito: Freepik)

Un estudio de 2025 del Journal of Cognitive Neuroscience mostró que cuando cambia el contexto entre experiencias emocionales, los recuerdos se mantienen diferenciados.

Si esa frontera no existe, las emociones se mezclan y generan un estado sostenido de alerta. El sistema nervioso generaliza, conectando el presente con experiencias pasadas que provocaron sensaciones parecidas.

Dentro de este marco, una discusión actual puede activar múltiples heridas previas de forma simultánea. El cuerpo reacciona como si todas ocurrieran al mismo tiempo. La logística del conflicto solo sirve de fachada: lo que emerge en realidad son temas profundos asociados a seguridad, pertenencia y visibilidad emocional.

Patrones que se repiten en distintas relaciones

Cuando una misma herida emocional aparece en diversos vínculos, pareja, amistad, familia o trabajo, la explicación trasciende a las personas involucradas. El psicólogo sostiene que estos escenarios remiten a modelos relacionales incorporados durante el desarrollo temprano.

La psicología del apego define estas estructuras como modelos de trabajo internos que influyen en la interpretación del comportamiento ajeno y en la respuesta al estrés relacional.

La repetición de conflictos no
La repetición de conflictos no es una elección consciente, sino una reactivación automática de patrones familiares para el sistema nervioso (Imagen Ilustrativa Infobae)

Si alguien creció pensando que expresar necesidades conduce al rechazo o que la cercanía deriva en conflicto, el sistema nervioso anticipa ese desenlace incluso antes de que la situación tenga oportunidad de confirmarlo.

Investigaciones neurobiológicas recientes describen estos mecanismos como esquemas neuronales de apego, que funcionan como motores de predicción emocional. El cerebro retoma esa memoria relacional, incluso en la adultez, para inferir los resultados de una interacción.

Por ello, la repetición del conflicto no surge de una elección consciente ni de la búsqueda activa de relaciones problemáticas. Se trata de la reactivación automática de patrones familiares para el sistema nervioso, incluso si provocan malestar.

Roles fijos dentro de la discusión

Otra señal de conflictos sostenidos por patrones es la previsibilidad del desenlace. Más allá del detonante puntual, la forma en que termina la discusión expone la dinámica que se repite en la relación.

Según estudios recientes, las conductas
Según estudios recientes, las conductas de una persona pueden activar los miedos de apego de la otra y sostener la dinámica del conflicto (Imagen Ilustrativa Infobae)

Retirarse mientras la otra persona intensifica el reclamo, disculparse para frenar la tensión o apagarse emocionalmente son respuestas que tienden a aparecer una y otra vez.

La Terapia Centrada en las Emociones (EFT) describe estos procesos como ciclos relacionales. Un estudio de 2023 que incluyó relaciones monógamas y poliamorosas detectó el mismo mecanismo: el comportamiento de una persona activa los miedos de apego de la otra, y esos miedos impulsan respuestas que mantienen el ciclo en marcha.

Estrategias para interrumpir la repetición

Romper estos patrones requiere una recalibración intencionada de conductas. Travers recomendó en su análisis identificar la emoción central antes de responder, desplazando el foco del evento puntual hacia la huella emocional que lo activa. Plantearse preguntas sobre el registro interno puede frenar respuestas automáticas.

Otro paso relevante es reconocer la necesidad insatisfecha que persiste en el tiempo. Consuelo, respeto, constancia, autonomía, seguridad o afecto suelen estar en la raíz de los conflictos repetidos. Comunicar esa necesidad de manera directa ayuda a reducir la escalada emocional.

Estrategias como identificar la emoción
Estrategias como identificar la emoción central y comunicar necesidades insatisfechas ayudan a interrumpir los patrones de conflicto repetidos (Crédito: Freepik)

Modificar el rol que uno juega en el ciclo también puede cambiar la dinámica: hacer una pausa antes de intensificar o tolerar la incomodidad sin intentar resolverla de inmediato puede interrumpir el patrón aprendido. Además, usar un lenguaje centrado en el presente ayuda a evitar que experiencias pasadas interfieran en la conversación actual.

Según el enfoque expuesto por Travers, los conflictos no se perpetúan por conducta aislada de alguna de las partes, sino porque el patrón relacional sigue activo y el sistema nervioso responde con anticipación emocional aprendida.