“Tenemos que regular nuestros recursos psicológicos para no desgastarnos”

En conversación con Infobae, el psicólogo Gustavo Bustamante, especialista en fobias, aseguró que gran parte de los argentinos caerá en una suerte de angustia o temor tras el avance de la pandemia. No obstante, el experto brindó una serie de actividades para distender la mente desde casa

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El psicólogo Gustavo Bustamante recomienda no recurrir a un exceso de información sobre el coronavirus

Los nuevos casos de pacientes contagiados de coronavirus continúan alertando a la población. Día tras día, tanto el gobierno Nacional como las entidades autorizadas emiten diferentes advertencias y cuidados sobre cómo prevenir la propagación del virus en la ciudadanía. Las alertas y recomendaciones como lavado de manos, saludo con los codos, limpieza de superficies, aislamiento, entre tantas otras, provocan una serie de sensaciones en la mente humana que generan cambios en el comportamiento de las personas.

Por este motivo, el psicólogo Gustavo Bustamante (MN 25.456) y presidente de la Fundación Fobia Club explicó que las pandemias traen aparejadas el instinto básico de supervivencia, lo que logra que en determinadas ocasiones se dispare el miedo en las personas. No obstante, el experto en fobias destacó que los ciudadanos que se encuentran autoaislados en sus casas pueden desarrollar una larga lista de actividades para distender la mente.

Asimismo, según detalló el especialista, el profundo cambio de conductas que se dará en base a la presencia del coronavirus en la Argentina logrará una mayor comunicación familiar con los niños y una modificación de los hábitos en los hogares. “Este es un buen momento donde va a haber que trabajar en equipo, va a restablecerse la solidaridad grupal”, aseguró Bustamante.

La pandemia probablemente cambiará los hábitos familiares (Shutterstock)
La pandemia probablemente cambiará los hábitos familiares (Shutterstock)

-¿Qué cambios traerá el coronavirus en nuestra mente?

-Si hay algo que tenemos que tener certeza en la vida del ser humano es que todo va a cambiar, siempre hay cambios permanentes. Entonces, uno ha aprendido de esos cambios y gracias a ellos hemos logrado la supervivencia. En esta circunstancia, con estas pandemias, lo que está en juego en el alerta de la mayoría de nosotros tiene que ver con la supervivencia. Un instinto básico que hace que se dispare el miedo.

El miedo es un mecanismo de defensa que genera una emoción, que nos lleva a tomar conductas, estrategias para detectar si es un peligro real. Pero, sumado a esto, nuestra mente desarrolla lo que es la preocupación que está más bien ligada a todo lo que tiene que ver con el proceso ansioso. Esta posibilidad de pensarse en futuro, de querer saber lo que va a pasar y estar de alguna manera preparado. Todo esto está en juego en este momento y estamos tratando de optimizar los recursos psicológicos que tenemos para poder afrontar esta novedad.

-¿Qué consecuencias puede traer esto?

-Esto no es gratis, como toda circunstancia nueva trae un costo emocional que hace a veces que se disparen ciertos trastornos de ansiedad, angustias, fobias u obsesiones. El trabajo nuestro por sobre todo es poder entender cuál de todos esos miedos son racionales y cuáles son patológicos o desmedidos o en alguna medida irracionales. Ese es el gran trabajo que tenemos puertas para adentro.

-¿De qué manera se manifiestan los miedos en este contexto?

-Nosotros siempre estamos siempre pensando en la probabilidad y la posibilidad de desarrollar ciertas conductas o adquirir enfermedades o desarrollar modalidades. Lo que se está poniendo en juego en este momento es justamente esto de poder poner cada cosa en su lugar. “¿Es probable que nos contagiemos?” es la gran pregunta que tenemos todos. Bueno, es probable. Ahora, es posible, cuánta es la posibilidad, depende de mi ritmo de vida, de mis conductas, mis hábitos.

Hay personas que ya están autoaisladas hace bastante tiempo, yo tengo pacientes que se han aislado hace ya más de una semana o 10 días cuando ni siquiera estaba la alerta del Ministerio. Otros están viviendo una situación de mucha angustia que a veces lleva a tensiones familiares, enojos, reacciones por las medidas y cuidados dentro de la familia. Como siempre digo, esta circunstancia es tan novedosa que no sabemos cuánto tiempo va a durar, con lo cual nosotros también tenemos que regular nuestros recursos psicológicos para no desgastarnos y que el estrés no supere nuestra capacidad de respuesta y de esa forma quedemos anulados.

Jugar y divertirse con los niños son parte de las recomendaciones de Gustavo Bustamante para pasar los días dentro de casa (Shutterstock)
Jugar y divertirse con los niños son parte de las recomendaciones de Gustavo Bustamante para pasar los días dentro de casa (Shutterstock)

Porque, lamentablemente, nosotros vamos a ir agotándonos con estos días. Con los entretenimientos, distracciones, los cuidados, nos vamos a ir perdiendo de algunas cosas, vamos a ir sintiendo una incomodidad, nos vamos a ir aburriendo y eso puede llevar a que muchos tengan una sensación de desolación, desesperanza. Por eso, la intención nuestra es que las personas vayan regulando paulatinamente los esfuerzos ya que hoy estamos en una etapa de contención. Y que cada una de las etapas tenga un recurso lógico.

-¿Influye el coronavirus en el desarrollo del estrés y los ataques de pánico?

-Primero, un colega mío dice “no caer en la ‘googlitis’”, esta necesidad de buscar información y luego caemos en sitios que no son seguros, que no tienen información fidedigna. Sino tomar dos o tres sitios de información, o del Ministerio o lugares que sabemos que está chequeado y que no hay una circunstancia que tenga que ver con la dramatización de los eventos.

En segundo lugar, qué hacemos en casa: tenemos que tener un objetivo diario. Todos los días deberíamos hacer algo, por ejemplo, tengo descuidado tal libro, lo quiero terminar, hoy va a ser el día. Pensando siempre que la cuarentena nos va a llevar varios días o bastante tiempo. También un momento para la actividad física, para la actividad recreativa, ya sea un juego o una interacción.

Hoy hay aplicaciones que nos permiten jugar con amigos a juegos clásicos a partir de encontrarnos virtualmente cuatro o cinco personas y compartir esos espacios. Además, ir reordenando y reorganizando las cosas de la casa. Muchas veces no hemos donado ropa porque no hemos tenido el tiempo de quitar la ropa que ya no usamos o ya no nos queda, bueno es un momento para empezar a juntar esa ropa, acondicionarla, lavarla y donarla en algún momento.

Asimismo, entrar en comunicación con grupos que hemos dejado, ya sea grupos de la infancia, amigos de Internet o Facebook; volver a reencontrarse con ellos. Y por sobre todo, tener una reducción en la cantidad de tiempo que nos vamos a preocupar. Es decir, tener la posibilidad de decir “hoy voy a ver las noticias de las 8 a las 9 de la noche”, o en lo posible por la mañana para no caer en el sueño con una preocupación. Ir acotando el tiempo para que no sea una constante porque esto va a ser una situación a largo plazo y tenemos que regular nuestra energía con respecto a la preocupación.

-¿Puede llegar a ser desmedida la atención a la información?

-Hay preocupaciones que son desmedidas, que no sirven para nada. Estar viendo permanentemente el mismo video o mensaje de Whatsapp o la red que está diciendo más o menos lo mismo y que no sabemos muy bien de dónde salió y no sabemos si es información nueva o es una fake news. Ir acortando esa necesidad de información porque en algún momento esta infomanía no nos permitirá tener la claridad mental para discriminar qué es lo verdadero y qué no.

-¿Qué podemos hacer con los pensamientos negativos?

-En primer lugar, los pensamientos negativos en la personalidad ansiosa van a aparecer, porque se dedica a detectar problemas para tener una estrategia para resolverlos. Es una función psicológica que tiene el ansioso, ya que tiene la necesidad de juntar información para ir tomando decisiones. Y en esa toma de decisiones, acumula y acopia circunstancias donde por ejemplo se compra 50 frascos de alcohol en gel de los cuales por ahí no va a necesitar más que 5. Además, sin entender que comprando y acumulando un montón de elementos, se va a entrar en riesgo porque va a desabastecer a vecinos, gente que convive en el edificio y que de alguna manera no le va a ser útil en el fin final.

La realidad es que tenemos que entender que cada decisión que vamos a ir tomando tenemos que consultarnos si verdaderamente va a tener el efecto deseado, si realmente va a prevenir. Mucho se habló del barbijo, recomiendo que escuchemos las guías internacionales, las advertencias que nos dicen los profesionales que se dedican a la infectología. Busquemos fuentes seguras, no creamos que porque lo recomendó una personalidad X es una verdad. No, busquemos en cambio asociaciones que realmente están trabajando todo el día en esto.

-¿Cómo hacemos para tomar este momento como una oportunidad de hacer cosas en casa?

-Podemos dedicarnos un tiempo a preocuparnos, pero si en nuestra agenda del día utilizamos una hora para realizar actividad física, una hora para hablar con amigos, un par de horas para estudiar un tema nuevo, una hora para ir desarrollando una habilidad como malabares por ejemplo. La persona se encontrará jugando con eso y tal vez riendo con los hijos, mostrando su torpeza de habilidades manuales hasta que le salga.

Porque muchas de las cosas no nos han salido a lo largo de la vida son porque no tuvimos tiempo. Esta es una oportunidad para generar esa habilidad. Esta es una oportunidad donde muchos van a salir beneficiados y vamos a empezar a entender que hay otra modalidad de trabajo, de vincularnos, de hacernos cargo de nuestras cosas en nuestra vida diaria. Y esto no es malo, no necesariamente es malo. Obviamente que estamos shockeados, el primer impacto es angustiarnos porque es una situación de alarma, luego negarlo como la gente que sigue entrando en situaciones de riesgo no tomando los recaudos. Hasta que va a haber un momento en el que vamos a estar un poco más encerrados y vamos a tener una restricción ya mayor producto de lo que uno espera que va a ocurrir.

-¿Qué pasará con los niños y las mascotas en casa?

Realizar actividades junto a la familia puede ser uno de los planes para liberar la mente durante la cuarentena (Shutterstock)
Realizar actividades junto a la familia puede ser uno de los planes para liberar la mente durante la cuarentena (Shutterstock)

-Va a pasar algo novedoso: los padres van a estar con los hijos, que muchas veces no pasa. Este es un buen momento donde va a haber que trabajar en equipo, va a restablecerse la solidaridad grupal. Lo que John Nash hablaba de los juegos cooperativos: acá tienen que ganar todos, no es que gana uno y los demás pierden. Entre todos van a aprender a hacer tareas comunitarias, colaborativas, ya sea desde la limpieza hasta la comida, el cuidado de los objetos.

La familia se va a tener que integrar también con las mascotas que muchas veces están olvidadas y no entienden que se convierten en un vehículo afectivo en donde tanto padres como hijos van aprendiendo del cuidado de alguien que es dependiente y que necesita estimulación y tiene una demanda.

Son situaciones que nos van a invitar a un cambio de la lectura que tenemos nosotros. Tenemos que entender que puertas para adentro, contamos con un montón de posibilidades, que no estamos imposibilitados. Podemos jugar, recrearnos, interactuar, hablar, pensar, reflexionar, resolver. Puertas para afuera, hoy tenemos limitaciones pero eso nos va a permitir poder disfrutar más adelante porque esto es una crisis mundial de la cual vamos a salir.

-¿Cómo ve el futuro con respecto al coronavirus?

En un futuro esto no va a estar, vamos a encontrar los mecanismos, la población va a estar de alguna manera resuelta en relación al coronavirus, va a generar anticuerpos para salir adelante. Cada vez que salimos de una situación, estamos un escalón superior. En consecuencia, las relaciones de trabajo y afectivas se van a modificar. En general, tenemos mucha disrupción dentro de las casa porque no hay buena comunicación y a veces esto aparece por la falta de tiempo o por el estrés laboral. Es un momento para reecontrar el cauce y valorar lo que quizás en algún momento lo deseamos y después lo postergamos, como tener una familia, una pareja, amigos, entre otros deseos.

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