Caso Nora Dalmasso: el camino a la absolución de Marcelo Macarrón y un crimen que quedó impune casi 16 años después

Luego de tres meses de audiencias, durante el alegato el fiscal decidió no acusar al viudo y lo libró de culpa y cargo. Había llegado imputado del homicidio de su esposa y de haber contratado a un sicario para matarla

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Fueron tres meses y 17 días los que duró el juicio a Marcelo Macarrón por el crimen de Nora Dalmasso, el femicidio ocurrido en 2006 en el country Villa Golf de Río Cuarto, Córdoba, y que, tras 15 años, siete meses y ocho días, este martes quedó impune y prescripto ante la absolución del viudo.

Macarrón había llegado al banquillo de los acusados por un delito aberrante: haber sido el instigador del homicidio de su esposa y haber contratado a un sicario para matarla mientras él disputaba un torneo de golf en Punta del Este, Uruguay. Esa era la teoría por la cual la causa se elevó a juicio.

Nada de eso se pudo probar ante el tribunal técnico de Río Cuarto y el jurado popular en estos 113 días de audiencias. El mismo fiscal Julio Rivero lo asumió cuando, durante su alegato, admitió: “No puedo acusar por acusar. No puedo sostener que la mató un sicario, no sólo porque no existe prueba de eso, sino porque hay pruebas de que la víctima tuvo sexo consentido. El sexo consentido echa por tierra un acuerdo criminal”.

Justamente, durante el juicio la declaración de los testigos científicos fue clave en este punto, y también controvertida. El perito Mario Subirach y el forense Mario Vignolo sostuvieron en que hubo un acto sexual consentido justo antes del homicidio y que no fue un asesinato premeditado, descartando así la hipótesis de un sicario contratado por un instigador.

El juicio por el crimen de Nora Dalmasso: absolvieron a Marcelo Macarrón

Vignolo integró un equipo interdisciplinario que analizó los resultados del protocolo de la autopsia. Y opinó que la víctima tuvo “relación sexual consentida y brusca”, y agregó: “El homicidio no estuvo preparado. No hubo premeditación”. Así, especuló que el crimen pudo haber ocurrido “por algún conflicto que surgió durante la relación” sexual.

Por su parte, el perito Subirachs contó que “no había evidencia científica para afirmar que se haya tratado de una violación”. “Luego del acto sexual, inmediatamente vino la muerte”, aseveró y detalló que el disparador del homicidio pudo haber sido cualquier situación, como celos, enojo, discusión o furia. Sostuvo: “No fue premeditado. Fue espontáneo, y el agresor la mató con las manos y la bata”.

El médico Ricardo Cacciaguerra fue el único que cuestionó el sexo consentido. Para él, abusaron de ella cuando estaba inconsciente. Pero a su vez dijo que la víctima “se defendió del atacante, pero el agresor era una persona fuerte que la golpeó, perdió conciencia y fue trabajo fácil”. “Fue sometida en estado de inconsciencia. No hubo consentimiento”, manifestó el profesional, y añadió que “el depredador sexual la mata porque la víctima lo conoce”.

Macarrón abrazó a su hijo tras la absolución y se quebró (Captura TV)
Macarrón abrazó a su hijo tras la absolución y se quebró (Captura TV)

Ninguno de los peritos habló de un asesino desconocido.

Pasando de lo fáctico a lo subjetivo, en el juicio declararon 71 testigos, algo así como un 25% de los más de 300 previstos, mientras que otro 20% se incorporó por lectura. De ellos, muchos fueron amigos, conocidos, familiares y compañeros de trabajo de la víctima y el acusado. Otros, según los hijos de Dalmasso, se atribuyeron títulos que no tenían.

Tal fue el caso de dos mujeres que declararon ser amigas de Dalmasso y a las cuales Facundo Macarrón cuestionó. Ambas apuntaban al viudo. “Si mamá estuviera acá, le diría de todo”, pensó el menor de los hijos del matrimonio Dalmasso Macarrón en ese momento, según le contaría más tarde a su hermana.

El que se benefició con el crimen fue Macarrón. Nora quería separarse pero le tenía terror al abogado de su esposo, (Daniel) Lacase. Él no quería divorciarse para no perder el 50 por ciento de sus bienes”, declaró María del Carmen Pelleritti.

Paula Fitte de Ruiz fue una de las últimas personas en ver con vida a Dalmasso y dijo tras salir de la sala de audiencias: “Macarrón jamás nos preguntó por Nora. Lo lamento mucho, porque me hubiera encantado que los hijos me preguntaran algo de su mamá. No entiendo por qué Marcelo tuvo que ir a buscar más allá y por qué no buscó a sus amigos después de la aparición del cuerpo de Nora sin vida”.

El fiscal Julio Rivero (Télam)
El fiscal Julio Rivero (Télam)

Antes que nada, no eran amigas de mi mamá. Una de ellas sólo era compañera de caminatas. Enojadas conmigo y mi hermana porque acusamos a Rohrer, amigo de esas mujeres, buscaron defenderlo y ensuciar a mi papá”, dijo Facundo por entonces, según pudo saber Infobae.

También varios testigos desnudaron las rencillas en Río Cuarto entre abogados, ex funcionarios, empresarios y el viudo. El abogado Rafael Magnasco dijo ante el jurado: “El verdadero homicida está sentado en ese banco”, en clara alusión al viudo.

“Sigo sosteniendo que esto fue armado para tapar algo. Esto lo hicieron para inculparme a mí y tapar al verdadero homicida que está sentado en ese banco”, apuntó Magnasco quien en la causa fue mencionado como amante de Nora e investigado como sospechoso del crimen.

El testimonio del empresario Miguel Rohrer, apuntado por los hijos del viudo, fue encendido. Dijo de Facundo Macarrón que era un mentiroso: “El premio al peor hijo que pueda tener Río Cuarto”. Sobre el crimen esbozó la teoría de que tenía que “ver con la división de bienes” porque el viudo “es una persona avara”, aunque aclaró que eso lo tenía que determinar el juicio. No sucedió.

Valentina y Facundo Macarrón en una de las audiencias (Mario Sar)
Valentina y Facundo Macarrón en una de las audiencias (Mario Sar)

“Marcelo siempre quiso ser el típico ‘figureti’. Por eso decía que era mi amigo, para figurar”, declaró y ventiló cómo era el vínculo de la pareja. Calificó a Nora como una persona “alegre, activa, que se ocupaba de sus hijos”, y dijo que la relación con Macarrón “no era buena”.

“Era una relación escandalosamente agresiva”, sentenció Rohrer, también conocido por el apodo de “El Francés”. En ese contexto, recordó que un mes antes del crimen, en una reunión del Rotary Club: “Nora maltrató de una forma muy violenta a Marcelo. Eso de que estaban en una buena relación tampoco es cierto”.

En el juicio fueron muchos los que le apuntaron a Daniel Lacase, el ex abogado del viudo: “Es un manipulador y un matón”, por ejemplo, dijo Alberto Bertea, ex funcionario cordobés, y fue lapidario. Señaló que todo lo que hizo el ex defensor de Macarrón “fue para desviar la investigación, generaba estrépito al mentir y simular, se cargó a la cúpula de la Policía de Córdoba y manchó a Magnasco”.

“En ese momento era mi amigo. Ahora ya no”, remarcó el viudo sobre Lacase tras escuchar los dichos de Bertea. Y aclaró que empezó a “pensar mal” de él porque, supuestamente, fue quien comenzó a ayudar al empresario Rohrer, apuntado por la familia Macarrón y que nunca fue investigado.

Todos estos testimonios fueron meras declaraciones.

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¿Por qué imputaron a Macarrón?

Según la acusación de la fiscalía y que este martes quedó en el archivo, unos meses antes del 25 de noviembre de 2006, Macarrón (62), “en acuerdo delictivo con personas aún no identificadas por la instrucción, instigó el crimen de su mujer por desavenencias matrimoniales”.

En ese expediente se agregó que el crimen fue cometido en momentos en que el acusado se encontraba en la ciudad de Punta del Este participando de un torneo de golf, cuando al menos una persona sorprendió a Nora (51) en su casa del barrio Villa Golf, de Río Cuarto.

El homicida, “aprovechándose de la indefensión de la víctima, aguardó que ésta realice su rutina previa al descanso” la abordó “una vez que ésta se encontraba dormida en la habitación de su hija, ubicada en la planta alta de la vivienda”. En esas circunstancias y “cumpliendo el plan delictivo acordado previamente con Macarrón y sus adláteres, la tomó del cuello, ejerciendo una fuerte presión con sus manos, anulando así toda posibilidad de defensa”.

Seguidamente, “utilizó el cinto de toalla de la bata de baño que se encontraba en la habitación, realizando un ajustado doble lazo alrededor del cuello, ocasionando la muerte por asfixia”.

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Este martes, el fiscal del juicio deshizo todo ese camino de la elevación a juicio y aclaró que no contaba con pruebas suficientes para acusar a Macarrón y que, ante ello, debe pedir su absolución al hacer lugar “al principio de inocencia”.

También pidió Rivero que “se pongan a disposición de la fiscalía la totalidad de las actuaciones para seguir investigando en procura de llegar a la verdad”. Sin embargo, técnicamente el caso quedará impune, ya que pasaron más de 15 años del asesinato, lo que implica la prescripción de la acción penal.

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