El asesinato de Rucci por Montoneros y la reacción de Perón: “Arrancarle la camiseta peronista” a los marxistas

El 23 de septiembre de 1973, la fórmula Juan Perón-Isabel Perón triunfó en las elecciones con el 62,7 de los votos. Tres días después, un comando de Montoneros acribilló a balazos José Ignacio Rucci, el secretario general de la CGT. El desafío de Firmenich y la ira de Perón

Compartir
Compartir articulo
Juan Domingo Perón y José Ignacio Rucci, asesinado tres días después que la fórmula Perón-Perón se consagrara en las elecciones del 23 de septiembre de 1973
Juan Domingo Perón y José Ignacio Rucci, asesinado tres días después que la fórmula Perón-Perón se consagrara en las elecciones del 23 de septiembre de 1973

El sábado 4 de agosto de 1973 el congreso justicialista, reunido en el Teatro Cervantes, decidió proclamar la formula Perón–Perón para las elecciones presidenciales del 23 de septiembre, en una reunión que contó con la presencia de delegados de las ramas política, sindical y femenina, pero con la ausencia absoluta de los representantes de la Juventud Peronista. Luego, una delegación integrada por Humberto Martiarena, Alejandro Díaz Bialet, Julio Romero, Norma Kennedy y Juana Larrauri se trasladaron hasta la residencia de Gaspar Campos para informar al general Perón la resolución del congreso. En esas horas se ponía en movimiento la campaña electoral que llevaría a Perón a su tercer mandato constitucional.

El 31 de agosto la JP que respondía a Montoneros, con todos sus cuadros, participa del desfile ante la CGT para demostrar su capacidad de movilización frente a Perón y en el interés de no quedar marginado del movimiento. El periodista del diario La Opinión Tomás Eloy Martínez, erróneamente, defendió la presencia de la JP en el acto de la CGT señalando que se equivocaban quienes suponían que Perón marginaría a este combativo sector de la juventud. “Perón no busca gobernar entre réprobos y elegidos, interpretaba el periodista, sino alcanzar un acuerdo entre los sectores enfrentados”. No tenía en cuenta que días antes Isabel Martínez de Perón había mantenido una extensa reunión con quinientas mujeres a quienes saludo con una curiosa despedida: “no podemos permitir que se hable de patria socialista, la patria debe ser justicialista”. En esas semanas, la sociedad aguardó el programa de Canal Trece con un reportaje a Perón. En la noche del lunes 3 de septiembre, en su residencia de Gaspar Campos, el candidato mantuvo un largo encuentro con los periodistas Sergio Villarruel, Roberto Maidana y el director del diario La Opinión Jacobo Timerman.

Periodista: -Nace en el país un fenómeno nuevo: el de la resistencia armada en una u otra forma, que poco a poco va derivando a lo que es hoy la guerrilla. ¿Cuál será la estrategia de su gobierno frente a este fenómeno?

Perón: -Las fuerzas de izquierda, de cualquier naturaleza que sean, si actúan dentro de la ley, para nosotros son respetables como cualquier otra, pero dentro de la ley. La gente que quiere emplear la metralleta para hacerse rico – porque la emplean también para eso – o para imponer también una voluntad que no es la que fija la ley, eso es una sola cosa: es un delincuente que hay que hacerlo tomar con la policía, para eso está la policía.

Juan Domingo Perón en plena campaña electoral
Juan Domingo Perón en plena campaña electoral

El lunes cuatro de septiembre Perón concurrió al Ministerio de Economía para escuchar un amplio informe de José Gelbard y su equipo de trabajo sobre la situación de la economía y las finanzas del país. Se analizo el alza de los precios del petróleo decidida por la OPEP, que incremento el precio del crudo en forma alarmante castigando a una balanza comercial ya debilitada, y por otra parte el anuncio de los principales países europeos que decidieron cerrar el mercado de importación de carnes argentinas. Entre las llamativas soluciones propuestas por Gelbard para frenar el estancamiento y mejorar la balanza comercial del país, propuso abrir el comercio con Argelia y Cuba en áreas tan diversas como la producción agrícola y la venta de bienes manufacturados. En cuanto al área interna, Gelbard expuso la instrumentación de un sistema de precios máximos para combatir un proceso inflacionario creciente. Cuando Héctor Cámpora asumió la Presidencia, en mayo de 1973, la inflación andaba en torno al 80 % anual. Perón era partidario de los acuerdos sociales, como medio para subir el salario real (poder adquisitivo de los trabajadores ) y, al mismo tiempo, mantener bajo control la inflación.

En Caracas, Venezuela, el jefe del Ejército general Jorge Carcagno, acompañado por su asistente el coronel Juan Jaime Cesio, adelantó la posición argentina en la Décima Conferencia de comandantes de ejércitos americanos. Los temas centrales de la Conferencia estuvieron enfocados en la insurgencia guerrillera que alteraba la vida política en los países de América Latina, la expansión del comunismo y el método para enfrentar ambas alteraciones. La delegación argentina presidida por el teniente general Jorge Carcagno optó por señalar como enemigos de la autodeterminación nacional a las corporaciones multinacionales; al uso abusivo de los medios masivos de comunicación; la penetración de culturas foráneas y los patrones de productos de consumo importados. El jefe del Ejercito Argentino revalidaba la posición esgrimida por el entonces presidente Cámpora en su mensaje a las Fuerzas Armadas el 7 de julio pasado, cuando se manifestó en contra de la doctrina de la seguridad nacional. Había querido congraciarse con una parcialidad “progresista” pero el ataque el Comando de Sanidad lo llamó a la realidad.

Juan Domingo Perón el día de su asunción presidencial
Juan Domingo Perón el día de su asunción presidencial

El jueves 6 de septiembre canciller argentino Juan Alberto Vignes ratificaba en la capital de Argelia el compromiso del gobierno con las políticas independientes y no alineadas, en un ambiente donde sobresalían los gobernantes de países que castigaban en sus discursos al “imperialismo norteamericano”. La posición de Vignes se distanciaba del incendiario discurso inaugural pronunciado por el argelino Abdelaziz Bouteflica, donde consideraba a Estados Unidos como el único imperialismo dominante al que había que combatir desde el movimiento de los Países no Alineados (NOAL).

La misma noche del 6 de septiembre, la “Compañía José Luis Castrogiovanni” del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) atacó el Comando de Sanidad ubicado en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires, con la intención de robar armas, municiones y equipos médicos. El operativo fracasó porque dos soldados lograron evadirse y se presentaron a la comisaría 28a, cercana a tres cuadras, y puso sobre aviso al Comando Radioeléctrico que rodeó la guarnición. Cuando tomaron conciencia de que estaban cercados, los asaltantes discutieron si debían rendirse o resistir el ataque. Cuando los terroristas se vieron atacados por su retaguardia abrieron fuego y la metralla mató a Raúl Duarte Ardoy, Segundo Jefe del Regimiento Patricios. El ataque del PRT-ERP tenía una explicación: la conducción ya estaba pensando en la formación de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez que aparecería en Tucumán algunos meses más tarde y los 150 fusiles FAL que estaban en la Sala de Armas les eran imprescindibles.

Copia de la boleta electoral del FREJULI
Copia de la boleta electoral del FREJULI

El sábado 8 de septiembre, Juan Domingo Perón se reunió con representantes de la juventud peronista por espacio de dos horas en una casa vecina de Gaspar Campos 1065. Durante la reunión se habló de la futura organización de la juventud, algo que no se concretaría desde el momento en que la denominada Juventud Peronista que respondía a Montoneros iba tomando distancia del líder. Perón también trató lo que estaba ocurriendo en Chile (tres días más tarde sería derrocado Salvador Allende), defendió a la organización sindical y, frente a los propios delegados de las corrientes más radicalizadas, se permitió la licencia de ponderar a la Generación del 80: “(…) Fue una generación de amigos. Nadie hizo más por el país que esa generación, notable”. También habló de su relación con la izquierda y entrelíneas dejó un mensaje: “(…) Yo sé lo que quieren, porque eso me lo han dicho ellos a mí. Porque ellos creían que yo era uno de los de ellos pero yo no era uno de ellos, yo era uno de los nuestros”. Lo más relevante no se dijo adentro de la reunión sino afuera. Lo afirmó Firmenich, tras una pregunta de la propia revista El Descamisado, es decir era un diálogo preparado de antemano:

Periodista: -Hasta ahora las organizaciones político militares FAR y Montoneros se han caracterizado por expresarse militarmente a través de la guerrilla urbana, ¿esta gestión de ustedes implica un cambio de método en el accionar político de estas organizaciones?

Firmenich: -La guerrilla es sólo un de las formas de desarrollar la lucha armada; es sin duda el más alto nivel de lucha política. Este método se desarrolla cuando los objetivos políticos no pueden ser alcanzados a través de las formas no armadas de la lucha política. O sea que la guerrilla no es una política en sí misma sino un método para desarrollar una política en circunstancias determinadas.

P: -¿Esto quiere decir que ustedes abandonan las armas?

F: -De ninguna manera: el poder político brota de la boca de un fusil. Si hemos llegado hasta aquí ha sido en gran medida porque tuvimos fusiles y los usamos; si abandonáramos las armas retrocederíamos en las posiciones políticas. En la guerra (existen) momentos de enfrentamientos, como los que hemos pasado, y momentos de tregua en los que cada fuerza se prepara para el próximo enfrentamiento. En tanto no haya sido destruido el poder del imperialismo y la oligarquía debemos prepararnos para soportar y afrontar el próximo enfrentamiento…

Quieto, Firmenich, Galimberti y Vaca Narvaja en agosto de 1973
Quieto, Firmenich, Galimberti y Vaca Narvaja en agosto de 1973

¿Eran necesarias estas declaraciones estando Perón en la Argentina? Las respuestas a estos interrogantes las había dado Firmenich tres días antes en un local de la JP: “Claro, nosotros tenemos que autocriticarnos porque hemos hecho nuestro propio Perón más allá de lo que es realmente. Hoy Perón está acá. Nos damos cuenta de que Perón es Perón y no lo que nosotros queremos. Por ejemplo, lo que Perón define como socialismo nacional no es socialismo sino el justicialismo (…) la ideología de Perón es contradictoria con la nuestra, porque nosotros somos socialistas porque el socialismo es el estado que mejor representa los intereses de la clase obrera…”.

El 12 de septiembre, al día siguiente del golpe, la Junta Militar chilena informaba al gobierno de Raúl Lastiri que Chile tenía un nuevo gobierno. El reconocimiento argentino demoró una semana en concretarse y cuando finalmente ocurrió, fue hecho “formalmente” a través de una comunicación del Palacio San Martín del día 19 de septiembre.

La campaña electoral, con un resultado conocido de antemano, sólo registraba algunos detalles menores que apenas animaban al comentario, como la picardía del líder del Frente de Izquierda Popular, Abelardo Ramos, que proponía “votar a Perón desde la izquierda”. Los especialistas en opinión pública daban por descontado a través de diferentes encuestas el triunfo de la fórmula Perón-Perón, en tanto los comentaristas políticos más reacios al peronismo sólo se animaban a plantear la incertidumbre respecto del caudal de votos que podría obtener, comparando con las elección anterior donde había triunfado la fórmula del FreJuLi que llevó a la presidencia a Héctor J. Cámpora.

El domingo 23 de septiembre de 1973 se realizaron las elecciones nacionales que arrojaron el contundente resultado de siete millones y medio de votos para la fórmula oficialista, consagrando a Perón como presidente por tercera vez en la historia. El 62,7 por ciento de los electores optaron por la formula Perón-Perón, un trece por ciento más que en la elección de Cámpora, en tanto el radicalismo obtenía 2.905.719 votos.

Párrafos del acta de la Junta Militar de Chile del 24 de septiembre de 1973
Párrafos del acta de la Junta Militar de Chile del 24 de septiembre de 1973

El lunes 24 de septiembre, al día siguiente se su triunfo electoral, se realizo el viaje secreto de un “Enviado Especial” de Perón a Santiago de Chile para dar su apoyo “material y el respaldo argentino a la Junta Militar”. Así consta en el Acta Secreta N° 8 del 24 se Septiembre de 1973, a las 10,45 horas, durante una reunión secreta de la junta de comandantes que gobernaba Chile tras el derrocamiento del presidente de la Unidad Popular, Salvador Allende. La junta chilena estaba integrada por el general Augusto Pinochet Ugarte; el almirante José Toribio Merino; el brigadier Gustavo Leigh y el comandante César Mendoza.

Dos días más tarde un comando de FAR y Montoneros asesinó a balazos al Secretario General de la CGT, José Ignacio Rucci. Fue, en primera instancia la respuesta brutal por el papel preponderante que había tenido Rucci en la caída de Cámpora el 13 de julio; asimismo lo acusaban de haber tenido un papel especial en los incidentes de Ezeiza, pero él estaba en el avión que traía a Perón. Luego, fue la respuesta criminal de la guerrilla a la decisión de la población de plebiscitar a Perón que desarmaba toda posibilidad de Montoneros y su colateral pública la JP de las Regionales de influir en el futuro gobierno. Meses más tarde, un alto jefe terrorista admitiría: “Sí, fue un error. Nosotros creímos que tirándole al Viejo un fiambre sobre la mesa íbamos a poder negociar en mejores condiciones, y la historia nos demostró que no era así. Fue una decisión política equivocada”.

Documento publicado en La Opinión el 2 de octubre de 1973
Documento publicado en La Opinión el 2 de octubre de 1973

El asesinato de Rucci fue una clara advertencia de la guerrilla a Perón y a toda la sociedad. Como dijo años más tarde el ex secretario general del PJ, Juan Manuel Abal Medina, tras el asesinato de Rucci, “Perón allí decide que va a terminar con esos sectores”. A continuación, Perón, descerrajó la depuración. Así lo relató semanario Primera Plana: “El viernes 28 de septiembre, en Olivos, habló con la claridad que caracterizaba a todas sus últimas intervenciones. Según ha trascendido, ante los miembros del Consejo Superior del justicialismo sostuvo que el Movimiento era objeto de una “agresión externa”. No hizo ninguna alusión a la CIA u otros organismos del ‘imperialismo yanqui’: arremetió sin más ni más contra el marxismo… y declaró la guerra a los “simuladores”, de quienes afirmo que les iba a ‘arrancar la camiseta peronista’ para que no quedaran dudas ‘del juego en el que estaban empeñados”. Seguidamente llegaría la respuesta orgánica: El “Documento Reservado” estableciendo “Drásticas instrucciones a los dirigentes del Movimiento para que excluyan todo atisbo de heterodoxia marxista” informó La Opinión del 2 de octubre en su portada.

SEGUIR LEYENDO: