
Consumir frutas con regularidad es una de las estrategias más eficaces para mantener una buena salud. Su riqueza en vitaminas, minerales, fibras y compuestos antioxidantes las convierte en piezas clave dentro de una dieta equilibrada.
Cada fruta, sin embargo, tiene propiedades específicas que la distinguen. Una de ellas, el damasco o albaricoque, destaca por sus beneficios nutricionales y preventivos, especialmente por su contenido en vitamina A, flavonoides y fibra dietética.
Los beneficios del damasco para la salud

El damasco no solo es agradable al paladar: su perfil nutricional lo convierte en un alimento funcional. Contiene beta-carotenos, que el cuerpo transforma en vitamina A, nutriente esencial para la visión, la salud de la piel, el crecimiento del cabello y el sistema inmunológico.
Además, su bajo contenido calórico y alto porcentaje de fibra lo hacen ideal para personas que buscan regular el intestino o controlar el peso corporal.
Los flavonoides presentes en esta fruta, como la quercetina, ofrecen propiedades antioxidantes y antitrombóticas, asociadas a la protección celular y a la prevención de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
Cuál es el valor nutricional del damasco

Cada 100 gramos de damasco fresco aportan 57 calorías, lo que lo convierte en una fruta baja en energía y adecuada para incluir en dietas de control de peso.
Su contenido en carbohidratos es moderado, y proporciona también fibra (3,5 g), potasio (31,8 mg), magnesio (0,22 mg), y vitamina C (16,7 mg).
En su versión seca, el contenido de nutrientes se concentra aún más: contiene hasta 254 calorías, 7,3 g de fibra, y una alta proporción de minerales como hierro (2,66 mg), cobre y selenio. Sin embargo, también aumenta significativamente el contenido calórico, por lo que su consumo debe ser más moderado.
Qué enfermedades ayuda a prevenir el damasco

Gracias a su perfil antioxidante, el damasco puede contribuir a la prevención de varias enfermedades crónicas. La combinación de vitamina A, vitamina C, flavonoides y minerales como zinc, cobre y selenio fortalece el sistema inmunológico, protege las células del estrés oxidativo y mejora la salud del sistema cardiovascular.
Además, el consumo regular de damascos secos puede ayudar a prevenir la anemia, por su contenido en hierro, y a mantener la salud ocular, evitando condiciones como la ceguera nocturna o la xeroftalmia derivadas de una deficiencia de vitamina A.
¿Es recomendable comer damasco antes de dormir?

El damasco tiene un índice glucémico bajo, lo que significa que no provoca picos abruptos en el azúcar sanguíneo, siendo una opción adecuada para una merienda ligera o como postre nocturno. Su contenido en fibra y potasio también puede ayudar a la relajación muscular y a mejorar el tránsito intestinal durante la noche.
No obstante, en su forma seca, por su concentración de azúcares naturales y calorías, es preferible consumirlo con moderación antes de dormir, especialmente si se siguen dietas hipocalóricas o si hay riesgo de reflujo gástrico.
Las contraindicaciones del damasco

Aunque generalmente es seguro, el damasco puede presentar contraindicaciones en ciertos casos. Las personas con alergia a frutas de hueso o con problemas renales deben consultar con un profesional de la salud antes de consumirlo, debido a su contenido de potasio y ácidos orgánicos.
Además, los damascos secos pueden contener sulfitos como conservantes, sustancias que pueden generar reacciones adversas en personas sensibles. También es importante recordar que la biodisponibilidad del calcio en esta fruta es menor que en los productos lácteos, por lo que no debe considerarse una fuente principal de este mineral.
¿Se puede comer la cáscara del damasco?

Sí, la cáscara del damasco es comestible y, de hecho, es rica en fibras y antioxidantes. Consumir el damasco con piel puede potenciar sus beneficios digestivos y antioxidantes. Es importante lavarla bien antes de consumirla, especialmente si se trata de frutas que no son de cultivo orgánico, para eliminar posibles residuos de pesticidas.
Cuál es la temporada de damasco

El damasco es una fruta de verano, aunque su disponibilidad puede variar según la región. En España, por ejemplo, su temporada principal se extiende entre junio y agosto, especialmente en la cuenca mediterránea, donde se cultivan variedades como Bulida, Canino, Nancy, Pavito y Mitger.
En su forma seca, el damasco está disponible todo el año, lo que permite aprovechar sus beneficios nutricionales fuera de la temporada de cosecha.
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