Errores médicos, la amenaza invisible de los hospitales

En los EEUU son la tercera causa de muerte, detrás de las enfermedades cardíacas y el cáncer. Cómo son las pruebas de seguridad internacionales a las que se someten los principales centros de salud de todo el mundo

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En todos los hospitales del mundo ocurren eventos adversos, incluso graves (Shutterstock)
En todos los hospitales del mundo ocurren eventos adversos, incluso graves (Shutterstock)

Parece de película, pero historias de pacientes que son intervenidos con la cirugía equivocada, o de algunos que contraen "infecciones intrahospitalarias", o de esos que reciben la medicación de su vecino de habitación en lugar de la propia, abundan en el ámbito de la medicina. Sin embargo, lo más grave es que esos episodios ocurren cada vez con más frecuencia y pueden llevar a consecuencias fatales.

Un reciente estudio en Estados Unidos, publicado en la British Medical Journal, reveló que los errores médicos en hospitales y otros centros de atención de la salud se convirtieron en algo habitual y se consolidaron como la tercera causa de muerte en ese país.

En los EEUU, los errores médicos se convirtieron en la tercera causa de muerte

Martin Macario, director de la investigación y profesor de cirugía en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, aclaró que en la categoría de "error médico" se incluyen desde lo estrictamente relacionado al análisis y la práctica profesional hasta lo más coyuntural, como la falta de comunicación cuando un paciente es ingresado o trasladado de un departamento a otro. "Todo se reduce a personas que mueren por la mala atención recibida en lugar de fallecer por la enfermedad que los llevó a internarse", enfatizó Macario.

En la Argentina, sólo dos centros de salud cuentan con la acreditación de la Joint Commission International (JCI), una de las principales entidades de los Estados Unidos que acreditan instituciones sometidas a la evaluación de estándares de calidad y seguridad del paciente. El Hospital Universitario Austral consiguió su primera acreditación en 2013 y la segunda en junio de este año, lo que significa que cumple con estándares y normativas internacionales de calidad que se aplican a la categoría de "Hospital Académico". En tanto, el Hospital Italiano de Buenos Aires recibió el mismo reconocimiento el año pasado.

Infobae habló con el doctor Marcelo Pellizzari, director asociado y director del Departamento de Calidad y Seguridad del Paciente del Hospital Universitario Austral para conocer qué evalúa el organismo que otorga el "Oscar" de la salud.

¿Qué significa que un hospital cumple con los estándares y normativas internacionales de calidad?

Hay un concepto importante que es el de "best practices" que se diseminó en muchísimas industrias. En salud, los estándares y normativas internacionales señalan las mejores prácticas validadas a nivel mundial para gestionar los procesos de atención de pacientes.

En el caso del Hospital Universitario Austral fuimos evaluados en tres grandes líneas: primero en cómo tratamos médicamente a los pacientes, luego en cómo se entrenan nuevos profesionales de la salud y por último cómo se efectúa la investigación seres humanos. Los expertos evaluadores visitaron casi la totalidad de las instalaciones de la sede central así como también los cuatro centros ambulatorios periféricos y el centro de rehabilitación. Fue una inspección detallada y profunda, muy exigente y efectuada con sumo detalle, tanto en áreas asistenciales como Internación Clínica y Pediátrica, Cuidados Intensivos, Cirugía, Farmacia, Laboratorio, Hospital de Día Oncológico, Emergencias y también de apoyo como Mantenimiento, Bioingeniería, Recursos Humanos, Tecnología y Sistemas, Cocina, Limpieza, entre otros.

– ¿Qué se tiene en cuenta para evaluarlo?

Se analizan los programas de mejora de la calidad, en especial las medidas de seguridad para evitar eventos adversos en los pacientes. El control de las infecciones asociadas al cuidado de la salud, los protocolos, los cuidados de enfermería, la educación de los pacientes, el respeto a sus derechos y los procedimientos más riesgosos como la calidad de la anestesia y sedación, entre otros.

En nuestro caso hallaron como no cumplidos dos elementos medibles, pero hicieron observaciones en otros 33 que nos los dieron como cumplidos parcialmente.

El total de elementos medibles a evaluar por una auditoría son 1300, agrupados en unos 300 estándares de calidad que permiten mejorar los procesos de atención y, de esta manera, prevenir eventos adversos. Entre las principales barreras de prevención se encuentran: la correcta identificación del paciente antes de realizarse algún procedimiento, comunicaciones efectivas tanto con el paciente como entre el mismo personal de salud, manejo adecuado de medicamentos de alto riesgo -que administrados sin los cuidados necesarios pueden provocar daños graves-, verificación previa a las cirugías, control de infecciones intrahospitalarias mediante la higiene de manos y la prevención de caídas de los pacientes hospitalizados o ambulatorios.

La falta de cumplimiento de estas medidas es una problemática grave de salud pública.

La falta de cumplimiento de las medidas de seguridad es una problemática grave de salud pública (Shutterstock)
La falta de cumplimiento de las medidas de seguridad es una problemática grave de salud pública (Shutterstock)

– ¿Qué consecuencias tiene en la salud de los pacientes la falta de cumplimiento de las medidas de seguridad?

En todos los hospitales del mundo, al mismo tiempo que se hace una labor maravillosa restituyendo la salud de los pacientes, no es extraño que ocurran eventos adversos, incluso graves. Desde hace algunos años se fueron perfeccionando medidas que mitigan los riesgos y disminuyen el número de eventos, como también hicieron otras industrias, como por ejemplo la aviación. Hay tres tipos de eventos más frecuentes: los relacionados con el proceso de medicar a un paciente hospitalizado, los asociados a procedimientos invasivos, en especial las cirugías y por último las infecciones hospitalarias. A nivel mundial se propusieron una serie de barreras para evitarlos, como hacer una pausa de chequeo previo a la cirugía y la marcación del sitio quirúrgico. Se trata de un procedimiento similar al repaso de la lista de verificación que hacen piloto y copiloto para asegurarse que todo está bien antes del despegue de un avión. Si no se respeta esa pausa y se verifica todo antes, se expone al paciente a un riesgo innecesario. Y si bien en muchos casos el procedimiento se efectúa con normalidad, en otros no y ocurre que se opera del lado incorrecto, o al paciente que no correspondía, o se efectúa un procedimiento distinto al previsto.

Los tres tipos de eventos más frecuentes son los relacionados con medicar a un paciente hospitalizado, los asociados a procedimientos invasivos y las infecciones hospitalarias

– ¿Cómo influye la falta de cumplimiento de estas medidas con los errores médicos?

El concepto de error médico evolucionó hacia una visión más integral: los errores ocurren cuando se vulneran las barreras de seguridad de un sistema que debe funcionar con precisión: son varios errores acumulados que no fueron detenidos por ningún mecanismo de seguridad. Pero también existen los errores individuales, como los de diagnóstico, donde en este momento se ha abierto un campo enorme de investigación. A nivel hospitalario todavía falta crear una cultura mucho más intensa de seguridad. Y esto significa que todo el personal -incluso el de apoyo- tome conciencia de que los procesos de atención entrañan riesgos y que es clave desarrollar prácticas seguras para atenuarlos. Hay muchos hospitales que llevan años con cero eventos, cero infecciones, cero caídas de los pacientes. Por lo tanto es posible mejorar, pero hay que trabajar duro porque no es un sistema que acepte fácilmente la autocrítica. Por eso, es muy bueno someterse a evaluaciones externas efectuadas por expertos, para garantizar que se está en la línea correcta.

– En los EEUU los errores médicos son la tercera causa de muerte, ¿existen cifras de la Argentina?

En realidad, me parece mejor utilizar la denominación de "eventos adversos" y no errores médicos. Una parte del daño que pueden sufrir los pacientes en los hospitales pueden ser errores médicos, pero la gran mayoría son eventos causados por fallos en el diseño del sistema de cuidados o de la ausencia de barreras que los detengan. Incluso, dentro de los eventos hay un buen grupo que no son evitables. Aún así, no se conocen cifras locales. Es necesario desarrollar sistemas de estadística más robustos. Sólo se puede gestionar adecuadamente lo que se puede medir. Nosotros comenzamos a hacerlo y lleva un gran esfuerzo. Es necesario que el sistema de salud forme recursos humanos en este sentido porque la mejora se puede plantear de un modo más eficiente en la medida en que haya datos que se transforme en información útil.

En el mundo 151 hospitales de 23 países obtuvieron esta certificación que permite colocar al paciente en primer lugar

– ¿Cómo calificaría los estándares de calidad de la salud argentina en general?

Me parecen muy buenos. Hay varios sistemas de acreditación locales que están haciendo un gran esfuerzo por impulsar mejoras y de a poco va creciendo el número de instituciones que garantizan un cierto nivel de calidad. Por otro lado, el sistema de salud argentino es muy reconocido por su calidad y la prueba de ello es el avance de pacientes de los países limítrofes sobre nuestro sistema público de salud. Eso no quiere decir que no haya fallos ni qué mejorar. Tal vez el mayor deterioro se dé en la accesibilidad, como las listas de espera para conseguir atenderse y en la calidad percibida por el paciente. Tanto la salud privada como pública están saturadas de pacientes y tiene muchas mejoras pendientes en infraestructura. También es necesario jerarquizar a la enfermería y promover su desarrollo, se trata de un elemento clave de la calidad de atención. Desde el punto de vista médico tenemos excelentes escuelas de formación y además hay un buen sistema de residencias médicas, que asegura un entrenamiento óptimo después del título de grado.

La cultura de seguridad del paciente implica que cada miembro de la organización tenga plena conciencia de que los procesos de atención entrañan riesgos para los pacientes. De ahí la necesidad de desarrollar prácticas seguras que los eviten o disminuyan. La clave es generar una actitud proactiva para la detección de errores, comunicarlos y adoptar mejoras en forma permanente y multidisciplinaria.

Unos 151 hospitales de 23 países de todo el mundo obtuvieron esta certificación que permite colocar al paciente en primer lugar. De esa cifra, hay sólo seis hospitales latinoamericanos, repartidos entre cuatro países: Argentina, Brasil, Chile y Colombia.

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