Continúa la crisis en EsSalud: Usuarios denuncian demoras en citas de hasta cuatro meses

La falta de disponibilidad de turnos obliga a los asegurados a recurrir a clínicas privadas, generando gastos adicionales

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Los pacientes del Hospital Edgardo Rebagliati denuncian que deben esperar hasta cuatro meses para ser atendidos | Video: Exitosa Noticias

Desde Jesús María, persiste la preocupación de los asegurados ante las demoras prolongadas para conseguir turnos en el Hospital Edgardo Rebagliati de EsSalud durante la actual crisis por el desabastecimiento de tracolimus. Un equipo periodístico recorrió distintos centros de EsSalud y registró los testimonios de quienes padecen la situación en primera persona.

Las quejas más frecuentes, recogidas por Exitosa Noticias, señalan tiempos de espera de dos a cuatro meses para acceder a especialidades como traumatología o cirugía de cabeza y cuello. “Dos meses nos han demorado para traumatología”, señaló una usuaria visiblemente frustrada. Otra paciente precisó: “Tres meses, casi todos así estamos esperando”. Frente a este panorama, los asegurados coinciden en su reclamo por una atención “más rápida”, tal como lo expresó otra entrevistada.

Usuarios de EsSalud recurren a clínicas ante falta de citas

Muchos pacientes indicaron que, ante la demora, se ven forzados a buscar alternativas privadas, lo que representa una carga económica adicional. “Hay veces que uno está mal y tiene que irse a algún centro particular. Faltan médicos y las citas las vuelven a reprogramar para la fecha que haya, un mes, dos meses”, detalló otra usuaria. Además, los entrevistados destacaron la falta de flexibilidad en el sistema: “Cuando uno llega media hora tarde, ya no le atienden”.

Los pacientes del Hospital Edgardo
Los pacientes del Hospital Edgardo Rebagliati denuncian que deben esperar hasta cuatro meses para ser atendidos | Foto captura: Andina / Exitosa Noticias

Las demoras afectan a quienes requieren consultas regulares y también a sus familiares, que atraviesan situaciones similares en distintas especialidades. “Cirugía, cabeza y cuello es lo que más demora”, sostuvo una de las personas consultadas, quien manifestó reiterados intentos por obtener turnos.

La problemática persiste en el principal hospital de EsSalud, sin que los asegurados obtengan respuestas claras de las autoridades. Mientras tanto, la preocupación por el acceso a la salud continúa siendo una de las demandas más sentidas en Lima.

Sobre la escasez tracolimus en EsSalud

La crisis por el desabastecimiento de tacrolimus en hospitales de EsSalud permanece sin solución definitiva y afecta gravemente a pacientes trasplantados. Estas personas, que dependen del inmunosupresor para evitar el rechazo de órganos, han denunciado que en algunos centros médicos las dosis recetadas se han reducido o se han solicitado unidades prestadas a otros hospitales, comprometiendo la continuidad de los tratamientos.

El Ministerio de Salud (Minsa) entregó recientemente un segundo lote de tacrolimus al almacén central de EsSalud con el objetivo de mitigar de manera temporal la emergencia, mientras la institución culmina con los nuevos procesos de compra. Según el Minsa, este apoyo no perjudicará la provisión de medicamentos para los pacientes de los hospitales del ministerio ni de los gobiernos regionales.

A pesar de estas acciones, los pacientes continúan protestando en los exteriores de hospitales como el Edgardo Rebagliati. Indican que todavía no acceden al medicamento necesario por fallas internas y por la persistente falta de stock. Algunos han sido instruidos a bajar la dosis mientras llega el nuevo lote, medida considerada inviable y riesgosa por los especialistas.

César Amaro, exdirector de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas, ha señalado que este desabastecimiento pone al descubierto una “degradación institucional” dentro de EsSalud, con graves deficiencias en la gestión y planificación de la adquisición de medicamentos críticos.

El reclamo central es que las soluciones deben ser inmediatas y sólidas para garantizar la vida y la salud de los pacientes trasplantados, quienes temen por su futuro ante la incertidumbre actual en la provisión de tacrolimus.