Fuerte sismo en Lima y Callao: La recomendación de Ingemmet para reforzar los cimientos de la Costa Verde

El movimiento telúrico durante la mañana del Día del Padre provocó la caída de piedras y tierra en zonas como Miraflores, Barranco, Chorrillos y San Miguel

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El Día del Padre en Lima y Callao se vio marcado por un sacudón inesperado. A las 10:36 de la mañana del domingo 15 de junio, un sismo de magnitud 6.1 remeció ambas ciudades, generando alarma entre miles de familias que celebraban la fecha.

Aunque el epicentro se ubicó en el mar, a 30 kilómetros del Callao, su impacto se sintió con fuerza en la capital y provocó diversos efectos secundarios, entre ellos, deslizamientos en los acantilados de la Costa Verde.

La caída de piedras y tierra en zonas como Miraflores, Barranco, Chorrillos y San Miguel obligó a las autoridades a cerrar de manera preventiva algunos tramos de esta importante vía costera.

Mientras las brigadas de limpieza trabajaban para liberar el tránsito, especialistas del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) evaluaban el comportamiento del terreno y la respuesta del acantilado tras el movimiento sísmico.

Rosa Quispe Arredondo, jefa de comunicaciones del Ingemmet, brindó detalles sobre las zonas más vulnerables de la Costa Verde y las medidas necesarias para evitar futuros colapsos en caso de nuevos sismos. Uno de los principales puntos señalados por la especialista fue la necesidad de reforzar estructuralmente el acantilado mediante intervenciones sostenidas.

“La geomalla permite tener un control sobre esta zona inestable, y eso solo con un sismo de 6.1. Algunas de las recomendaciones básicas que se han indicado para la Costa Verde, y que también se aplican en provincias con características similares, incluyen la construcción de andenes para generar mayor estabilidad. Incluso, sembrar árboles o tener vegetación en esta zona hace que los suelos sean más estables”, explicó Quispe en entrevista para Exitosa Noticias.

Según Ingemmet, la implementación de vegetación como árboles y arbustos no solo cumple una función paisajística, sino que actúa como una barrera natural contra la erosión. Las raíces de las plantas ayudan a compactar el suelo, reduciendo el riesgo de desprendimientos ante movimientos telúricos.

Costa Verde es un peligro
Costa Verde es un peligro ante un nuevo sismo en Lima

Sin embargo, no cualquier tipo de mantenimiento es recomendable. La especialista advirtió que prácticas comunes, como el riego por inundación, deben evitarse estrictamente en esta zona.

“Hay que evitar el riego por inundación porque lo que hacemos es generar un suelo inestable. Así como el tema de las geomallas, andenes y vegetación, hay otras recomendaciones que brindan los especialistas”, precisó.

Esta advertencia responde a la costumbre de algunas municipalidades de mantener las áreas verdes mediante riegos abundantes, que, en zonas con pendientes pronunciadas como la Costa Verde, podrían saturar el terreno y debilitar aún más sus cimientos.

¿La Costa Verde en la mira?

Como medida inmediata, distritos como Chorrillos, San Miguel y Magdalena dispusieron el cierre parcial de los accesos vehiculares que recorren la parte baja del acantilado. Tras horas de limpieza y remoción de material, el tránsito fue reabierto, aunque la preocupación por la seguridad estructural permanece.

El sismo del domingo ha puesto nuevamente en la agenda pública la necesidad de evaluar de forma integral la estabilidad de las laderas que conforman la Costa Verde, una vía de alto tránsito que conecta distintos puntos de Lima a lo largo del litoral. Para los especialistas, la combinación de ingeniería y soluciones naturales puede ser clave en la prevención de desastres.

Las recomendaciones del Ingemmet buscan no solo mitigar los efectos de futuros sismos, sino también generar conciencia sobre la vulnerabilidad del terreno limeño. Las acciones preventivas, recuerdan los expertos, no se limitan a la respuesta inmediata tras un sismo, sino que deben formar parte de una política de gestión del riesgo con visión de largo plazo.

El reto ahora está en manos de las autoridades locales y regionales, llamadas a tomar decisiones técnicas que aseguren la estabilidad de esta emblemática franja costera y protejan a quienes transitan por ella a diario.