El exdictador Alberto Fujimori (1990-2000), fallecido la semana pasada por las complicaciones de un cáncer que padecía, mantuvo una comunicación estrecha, hasta ahora desconocida, con Shinnosuke Kataoka, hijo de su última esposa, la empresaria hotelera Satomi Kataoka, con quien se casó en 2006.
De acuerdo con un reportaje difundido este domingo por Punto Final, el exautócrata consideraba a Shinnosuke como su propio hijo, y el joven le correspondía con un profundo cariño. En las conversaciones entre ambos, Fujimori le confesó incluso “que apenas podía dormir a causa del dolor” que lo aquejaba en el último periodo de su vida.
El dominical también presentó imágenes inéditas de Shinnosuke en los exteriores del Congreso peruano, además de una visita a Machu Picchu. Entre las fotografías, destaca una en la que aparece sonriente junto al exautócrata. No se precisó su edad actual.
El nombre de Shinnosuke también figura en una carta enviada por Kataoka mediante los realizadores audiovisuales Juan Zacarías y Patricia Zumaeta, quienes la conocieron en Chile y mantienen constante comunicación con el joven. Se trata del primer registro público sobre la intimidad de Fujimori, quien tuvo cuatro hijos fruto de su matrimonio con Susana Higuchi, de origen japonés: Keiko, Hiro, Sachi y Kenji.
En la misiva, escrita en inglés, la empresaria hotelera reveló que planeaba viajar a Perú recientemente; sin embargo, no pudo hacerlo porque, al igual que su fallecido esposo, padecía de cáncer. “Después de las elecciones presidenciales tenía la intención de visitarlo muchas veces, pero estaba luchando contra la enfermedad. Gracias a Dios pude recuperarme por completo, pero debido a los efectos secundarios, no pude hacer el viaje”, señaló.
Kataoka, a quien Fujimori conoció durante su exilio voluntario en Japón, se declaró devastada por el deceso. “Siempre tuvo su corazón con el pueblo de Perú. Esta noticia repentina aún no ha sido asimilada, y los recuerdos de mi tiempo con él vuelven a inundarme como una linterna giratoria. Era un hombre amable, sincero y honesto”, anotó.
“Durante el exilio y su encarcelamiento en Perú, le brindé apoyo tanto emocional como material. Creo que reflexionó profundamente y resumió su propia vida. Desde el fondo de mi corazón, ofrezco mis más sinceras condolencias. Muchas gracias. Adiós al presidente que amé como un padre. Cuando renazcamos, espero volver a encontrarme con él. No puedo contener las lágrimas”, siguió.
La empresaria, quien se casó con Fujimori mediante un matrimonio en ausencia registrado cuando él se encontraba detenido en Chile y sometido a un proceso de extradición por violación de los derechos humanos y otros delitos de corrupción, también le agradeció “por cuidar tanto” de Shinnosuke.
El exdictador, con 67 años entonces, describió sus segundas nupcias como el acontecimiento “más feliz” de su vida, mientras que Kataoka, de 39 años, prometió “dedicar su vida” a protegerlo, de acuerdo con documentos citados por la agencia EFE. Ese mismo año, la empresaria, quien ahora podría recibir la pensión vitalicia del exautócrata, llegó a Lima para confirmar su matrimonio durante un mitin de cierre de campaña.
José Alejandro Godoy, investigador y autor de El último dictador, dijo a La República que la última vez que se supo de Kataoka fue en 2009, cuando expresó su descontento por la sentencia a 25 años de cárcel impuesta a Fujimori por su responsabilidad en dos matanzas y dos secuestros.
“De ahí en adelante no se ha tenido conocimiento de la relación real y si ese matrimonio fue disuelto en Japón o si se mantiene (...) La familia Fujimori no ha dado ningún tipo de información al respecto. En el 2008, ella confesó que la relación matrimonial se dio para tratar de ayudarlo a evitar el proceso de extradición”, matizó.