Nueva Ley de Blanqueo: una oportunidad para el inversor

La construcción es un sector estratégico para lograr la reactivación económica por su potencial acelerador. No obstante, es fundamental acompañar el impulso de la oferta inmobiliaria con un estímulo de la demanda

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Vista de un edificio en construcción en Buenos Aires (Argentina). EFE/ Juan Ignacio Roncoroni/Archivo
Vista de un edificio en construcción en Buenos Aires (Argentina). EFE/ Juan Ignacio Roncoroni/Archivo

El pasado 12 de marzo la Cámara de Senadores sancionó la Ley de Incentivos a la Construcción y Acceso a la Vivienda, buscando promover el desarrollo y la inversión en proyectos inmobiliarios realizados en el territorio de la República Argentina, mediante diferentes beneficios fiscales. Ya que, en palabras del presidente Alberto Fernández: “La construcción es el motor que va a encender la economía”. Dicha afirmación encuentra sustento en el efecto multiplicador de la construcción –se estima que un incremento del 1% en este sector genera un aumento de, aproximadamente, 4,5% en el PIB-. Como puede verse en la Figura I, la construcción sobre reacciona a cambios en la economía. Así, tras la brutal caída del 2020, se espera una fuerte recuperación de la economía y, en mayor medida, de la construcción.

Ley de Blanqueo
Ley de Blanqueo

Beneficios fiscales de la ley

I. Impuesto sobre Bienes Personales

Este beneficio es para todo aquel que no ingrese al régimen del blanqueo e invierta en un proyecto inmobiliario con un grado de avance menor al 50 por ciento. En primer lugar, quedan eximidos del pago del Impuesto sobre los Bienes Personales hasta el 31 de diciembre de 2022 por dichas inversiones. En segundo lugar, podrá computarse como pago a cuenta del Impuesto sobre los Bienes Personales el equivalente al 1% del valor de lo invertido.

II. Exteriorización de capitales

Por otro lado, establece una nueva normalización de la tenencia en moneda nacional y extranjera para la realización de inversiones en construcción -un nuevo “Blanqueo”-. Así, quien exteriorice fondos (en pesos o en dólares) deberá abonar un impuesto especial en pesos sobre lo declarado, cuya alícuota será de:

a - 10% hasta el 9 junio

b - 20% hasta el 9 de julio

Este beneficio es para todo aquel que no ingrese al régimen del blanqueo e invierta en un proyecto inmobiliario con un grado de avance menor al 50 por ciento

Si bien se esperaba una posible extensión de los plazos por la demora para reglamentar la Ley por parte de AFIP, lo cierto es que la posibilidad de acceder al blanqueo a una tasa del 5% ya expiró, y hoy hay que pagar el 10% para ingresar al régimen. No obstante, en el cálculo de la base imponible para moneda extranjera, se tiene en cuenta el tipo de cambio oficial. Por lo tanto, si se exteriorizan dólares, por el efecto de la brecha cambiaria existente, la alícuota final se reduciría del 10% al 6,5 por ciento.

¿En qué invertir?

Un aspecto a destacar de la ley es que no es necesario invertir de manera directa en la construcción. Al igual que en el blanqueo de 2017, los beneficios impositivos pueden ser aprovechados por inversiones en vehículos que tengan como destino final la industria de la construcción, como son los Fondos Comunes de Inversión Cerrados (FCIC). La gran diferencia con 2017, es que ahora estos fondos no pagan Impuesto a las Ganancias, transformándolos en vehículos muy eficientes en términos fiscales.

Podrá computarse como pago a cuenta del Impuesto sobre los Bienes Personales el equivalente al 1% del valor de lo invertido

La Sociedad de Bolsa cordobesa Dracma se encuentra estructurando un Fondo Cerrado Inmobiliario -en aprobación por CNV- que cumple con los requisitos de la nueva Ley (apto blanqueo). Más aún, no solo permite a los inversores exteriorizar su capital, sino también acceder a rendimientos reales, de manera simple y segura (al estar regulado por CNV). Esto hace que sea una alternativa de inversión altamente recomendable para aquellos que deseen acceder a estos beneficios pero sin las complicaciones de involucrarse personalmente en un desarrollo inmobiliario o asumir los riesgos de asociarse a una única empresa desarrollista.

¿Será exitosa?

Como ya se ha señalado, la construcción es un sector estratégico para lograr la reactivación económica por su potencial acelerador. No obstante, es fundamental acompañar el impulso de la oferta inmobiliaria con un estímulo de la demanda.

La vía más frecuente para promover la demanda por inmuebles es el crédito hipotecario. Este panorama resulta poco alentador para el caso argentino, donde el crédito hipotecario en términos del PIB se encuentra muy por debajo del promedio en América Latina (Figura II).

Ley de Blanqueo
Ley de Blanqueo

Sin embargo, el pasado 19 de abril el Presidente anunció la creación de una nueva línea de créditos hipotecarios. Se trata 87 mil créditos individuales a tasa cero para refacción y construcción de nuevas viviendas que se ajustarán por CVS (salarios) para el tomador y por CER (inflación) para el prestamista, alineando los dos frentes con la creación de un fondo fiduciario (que se haría cargo de las diferencias).

Un aspecto a destacar de la ley es que no es necesario invertir de manera directa en la construcción

Aún no se dieron a conocer los resultados del primer tramo del Blanqueo, que tuvo como fecha límite el pasado 10 de mayo. No obstante, de acuerdo a estimaciones del Gobierno, el volumen de fondos que podría volcarse al sector a través de este esquema rondaría los USD 5.000 millones. Dicho monto superaría la oferta actual de proyectos que cumplen con un grado de avance inferior al 50%, incentivando el inicio de nuevas obras, la generación de empleo y la reactivación de diversos sectores que forman parte de la cadena de valor. Incluso, en base a cálculos de diversos desarrollistas y cámaras, en determinadas provincias podría multiplicarse por 5 la cantidad actual de construcciones

Así, la nueva Ley de Blanqueo abre una puerta elemental para potenciar la economía, sobretodo en una situación crítica como la actual y con una economía informal superior al 40%. El ahorrista puede poner en circulación los dólares “del colchón” o de la caja de seguridad -que no generan ningún tipo de rendimiento- a un costo sumamente bajo (6,5%), invirtiendo en un sector que se ve altamente favorecido por el contexto actual, con costos de la construcción en dólares aún en niveles bajos. Por otra parte, el potencial despegue del crédito hipotecario terminaría de darle el empujón final al proceso de reactivación económica.

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