Hagamos memoria: las promesas de Macri en la campaña electoral

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Mauricio Macri asumió la Presidencia de la Nación advirtiendo que aquellos que aseguraban una devaluación realizaban una "campaña del miedo". El 10 de diciembre de 2015 recibió el país con un dólar a 9,75 pesos y una inflación del 22%, la cual prometió bajar a un dígito porque se trataba de la política económica "más fácil del mundo". Dos años después, luego de atravesar las elecciones de medio término en diciembre de 2017, un dólar equivalía a 17,66 pesos y la inflación anual era del 24,8 por ciento. Hoy, tan solo diez meses después, tenemos un dólar sin intervención del Banco Central a más de 40 pesos y las estimaciones para la inflación de 2018 van de un 35 a un 40 por ciento.

Durante la campaña electoral de 2015, el Presidente lanzó una batería de promesas que mejorarían la calidad de vida de los argentinos. Las principales, y por las que muchos trabajadores decidieron su voto en el ballotage que lo llevaron a conducir los destinos de la Argentina, fueron:

-"Los trabajadores no van a pagar ganancias". Pero la cantidad de empleados que pagó el impuesto en 2016, 2017 y lo que va de 2018 es superior a quienes lo hacían a fines de 2015. Cuando Macri asumió, pagaban impuesto a las ganancias unos 1,2 millones de trabajadores; actualmente lo hacen casi dos millones. A esto se suma que en el presupuesto previsto para 2019 la cantidad de sectores que deberían abonar este impuesto se amplía e incluiría a los jubilados que no pagaban ese tributo.

-"El objetivo es lograr la pobreza cero". Se dieron a conocer las cifras de la Encuesta Permanente de Hogares que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). El índice de pobreza se situó en 27,3% en el primer semestre del año, 1,6 puntos por arriba del segundo semestre del año pasado. Esto significa que en Argentina hay unos 11 millones de pobres.

-"No vamos a hacer ajustes". En lo que va de su gestión, Macri sacó los subsidios a los servicios, lo que provocó los tarifazos en agua, luz y gas. Asimismo, también hubo recortes en los programas sociales y en los aumentos de los salarios de nuestros jubilados.

Desde sus primeros días, el rumbo económico de Cambiemos fue totalmente diferente a lo prometido en campaña. Bajo el argumento de la "vuelta al mundo", y proponiéndose como objetivo recolocar a la Argentina como alternativa para las finanzas internacionales, liberalizó el comercio en detrimento de las pymes, ejecutó la apertura del movimiento de capitales, desreguló los mercados y aplicó una política monetaria instrumentada en favor de la renta y la especulación financiera. El Estado dejó de recaudar, además, por las bajas en las retenciones al sector agroexportador. Fue clave, también, el condescendiente arreglo con los fondos buitre que sirvió para habilitar el endeudamiento externo, vital para el financiamiento de los desequilibrios que generó una política económica de neto corte neoliberal y que nos llevó a la peor de las mentiras de Macri: que no íbamos a volver al Fondo Monetario.

Ahora, con un presupuesto 2019 redactado enteramente por el FMI debatiéndose en el Congreso, tal como lo demostró el gobierno la semana pasada con la mismísima presidenta del organismo multilateral, Christine Lagarde, encabezando el anuncio del acuerdo —en un gesto de ausencia total de independencia económica, soberanía política y sin justicia social— los argentinos estamos en las peores condiciones en muchos años. Pero también sabemos que el Gobierno mintió desde el primer día y por eso es necesario ejercitar la memoria.

La autora es senadora nacional por San Luis (Unidad Justicialista).