Hoy marchamos para renovar nuestro compromiso

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(Alejo Santander)
(Alejo Santander)

Este 24 de marzo marchamos a Plaza de Mayo para renovar nuestro compromiso con el reclamo de memoria, verdad y justicia. El contexto es complejo. Sectores del Gobierno pugnan por negar y empequeñecer el plan instaurado por la dictadura cívico-militar; nosotros seguimos afirmando que fueron 30 mil y que fue un genocidio. Me tocó alegar en el primer juicio de lesa humanidad después de anuladas las leyes de obediencia debida y punto final, y que puso a Miguel Osvaldo Etchecolatz en el banquillo de los acusados. Allí denuncié: "Los hechos aquí tratados no son delitos aislados, sino que son parte de un plan sistemático de exterminio, un genocidio que se llevó a cabo como parte de un proyecto económico, político y social que tenía como objetivo cambiar la estructura del país. En pos de ese objetivo es que las Fuerzas Armadas y de seguridad, auspiciadas y alentadas por parte de otros sectores, como el gran empresariado y la Iglesia, se hicieron del poder del Estado para aniquilar a otro grupo nacional".

Los números son muy claros. Pocos años después del golpe, la desocupación subió de 2,3 al 8 por ciento. La deuda externa pasó de 7 mil millones a 56 mil millones. El 66% de los cargos económicos del gobierno militar fueron ocupados por representantes de las grandes empresas como Martínez de Hoz de Acindar. Por ello y porque con el golpe buscaron derrotar definitivamente el proceso de ascenso obrero y popular que vivía la Argentina desde el Cordobazo de 1969, decimos que fue un golpe de clase. El objetivo no fue otro que desatar un proceso de desindustrialización y al mismo tiempo de recomposición de la tasa de ganancia del capital. La clase trabajadora que tenía un 50% del PBI en 1974 pasó a tener en el primer año de dictadura un 30 por ciento.

A 42 años del golpe, ¿por qué debemos renovar con fuerza nuestro compromiso por memoria, verdad y justicia? El Gobierno de Mauricio Macri y el Poder Judicial quieren avanzar con la libertad de los genocidas. Lo vimos con el "2×1" de la Corte Suprema, con el otorgamiento de la detención domiciliaria a Etchecolatz y en estos días con la propuesta del servicio penitenciario federal de liberar a un centenar de genocidas como Alfredo Astiz. No son "ex genocidas" como dicen algunos, cada día renuevan su pacto con la impunidad, cada día eligen no decirnos dónde están los chicos apropiados por sus patotas. En 2016, cuando era diputada nacional, me negué al proyecto de Cambiemos de darle tales atribuciones al servicio penitenciario. Cambiemos fue implacable: a quienes nos opusimos nos lanzó una campaña feroz con los "trolls" que tienen en las redes sociales para atacar a los opositores. Pero hoy, lamentablemente, queda claro que esa denuncia tenía un sentido: el Gobierno quería las manos libres para elegir liberar al genocida Astiz.

La misma Elisa Carrió planteó, en medio de la campaña electoral, que este tema debía tratarse después de los comicios. En este mismo medio se relata, el 29 de octubre pasado, que la diputada Carrió expresó: "Espero el consenso necesario para ver juicios de revisión en el caso que no haya pruebas". Ella sabe que esto no es así, que, por el contrario, la Justicia ha tendido a absolverlos, a protegerlos, a darles todos los beneficios, y que los que hoy están presos son un número ínfimo de los que participaron en el genocidio y que, si pudimos llevarlos a la cárcel común, fue gracias a la lucha de los que hace años venimos peleando por justicia, junto a las víctimas y sus familiares.

Con el compromiso profundo que le hemos dedicado en nuestra militancia a la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, decimos que este aniversario tiene que servir para develar los verdaderos motivos del golpe y para combatir sus consecuencias. Este 24 nos movilizamos con el Encuentro Memoria Verdad y Justicia, para denunciar al Gobierno de Macri, la criminalización de la protesta y el ajuste que aplican este Gobierno y también los gobernadores en las provincias. Por los 30 mil detenidos desaparecidos, por las víctimas de la Triple A, una vez más diremos: "¡Presentes!".

La autora es diputada (PTS-Frente de Izquierda).