Radiana: el amor y el cuerpo en una novela de "ciencia ficción vintage"

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Esther Cross y una novela de ciencia ficción vintage
Esther Cross y una novela de ciencia ficción vintage

En 1999, en una librería de Boston, la escritora argentina Esther Cross vio una foto antigua que le llamó la atención. Popjie, profesor en Ciencias Eléctricas, mostraba orgulloso su creación: Radiana, una robot eléctrica que contenía huesos humanos. En ese entonces, Cross estaba escribiendo El banquete de la araña. No fue hasta varios años y cuatro libros después, que esa fotografía cobró vida y se convirtió en la nouvelle Radiana, publicada por Emecé 2007.

Esta anécdota figura en la entrevista a Esther Cross que cierra la nueva edición de Radiana que, diez años después, hicieron las editoriales Tren en Movimiento y El 8vo Loco. Esta fascinante novela cuenta la historia de amor de Elmer Dus, profesor en Ciencias Eléctricas, y Rita Lavenza, una famosa pianista. Elmer se enamora de Rita el día que la ve tocar; se enamora de su actuación y de sus manos. El día de su casamiento un accidente casero impide que la pianista pueda volver a tocar. Este problema desencadena una serie de eventos disparatados y también crueles que involucran a la pareja, a un médico coleccionista de huesos, a una extravagante mecenas, a un cocinero devenido modelo, a una mucama despreciada y a un inventor de productos absurdos. Personajes desopilantes puestos en escena con maestría.

Con esta novela de "ciencia ficción vintage", Cross expone y cuestiona el rol de la ciencia en el paso del siglo XIX al XX. La ciencia como juego, como experimento, como mecanismo de control, como única esperanza. Es una fábula sin moral atravesada por varias dicotomías, ciencia y arte, éxito y fracaso, la publicidad y su relación carnal con la mentira. Pero sobre todo se pone en cuestión el tema del cuerpo. Un cuerpo artificial, intervenido, destruido, convertido en mercancía. Un cuerpo que puede intercambiarse por otro o por una máquina, que despierta pasiones, sospechas y condenas, y que puede incluso sobrevivir a la muerte.

Diez años después de su edición original, “Radiana” en su versión 2017
Diez años después de su edición original, “Radiana” en su versión 2017

Con frases cortas, precisas, no exentas de inteligencia e ironía —el doctor que opera a la protagonista se llama Lázaro Salvo—, la historia avanza con velocidad y divierte. Se nota que Cross disfruta del cine y sabe del tema. Escenas cortas recuerdan al cine mudo: blanco y negro, efectos de luz y sonido. En Radiana hay puesta en escena cuidada, con imágenes que hacen pensar en un set de filmación.

"La cara de Rita Lavenza le sonrió como una foto. Y si alguien hubiera sacado esa foto habría salido también, apoyada sobre el escritorio del doctor Salvo, la calavera sin tapa de la que salían varios papeles. El búho embalsamado sobre la rama del árbol disecado. El violín con las cuerdas cortadas".

Después de la primera edición de Radiana, Cross publicó La mujer que escribió Frankenstein, una biografía de Mary Shelley. Es imposible no pensar la relación entre las obras: mujeres y hombres obsesionados con la creación, jugando a ser dioses, disponiendo de cuerpos propios y ajenos para lograr sus objetivos. Un juego que se parece bastante al trabajo del escritor.

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