Alexandre Olmos, doctor: “Dormir más de ocho horas o menos de seis puede dañar tu cerebro y tu corazón”

El descanso insuficiente o excesivo acelera el envejecimiento biológico y afecta la salud cerebral

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El doctor, Alexandre Olmos, habla
El doctor, Alexandre Olmos, habla sobre la importancia del sueño (Composición Infobae)

Dormir correctamente se ha convertido en un desafío contemporáneo, pero el rango ideal va mucho más allá de una costumbre o una preferencia personal: constituye un factor determinante para la salud del cerebro y el corazón.

Según el doctor Alexandre Olmos, dormir más de ocho horas o menos de seis horas puede dañar tu cerebro y tu corazón. Su advertencia, lejos de tratarse de una mera sugerencia sobre bienestar, se basa en la evidencia científica más actual.

La clave, según explica en su cuenta de TikTok (@dr.alexandreolmos), es que el sueño es uno de los pilares más importantes de tu salud, pero no se trata solo de dormir mucho, sino de dormir bien y en el rango adecuado.

Aumenta el envejecimiento biológico

Apoyando sus afirmaciones, Olmos menciona investigaciones recientes que modifican la visión tradicional del sueño. Una de ellas, publicada en Aging Cell, reveló una relación en forma de curva en U entre la duración del sueño y el envejecimiento biológico acelerado.

Los resultados cuantifican el impacto: “Dormir menos de seis horas aumenta ese riesgo en un siete por ciento, mientras que dormir más de ocho horas lo eleva en un dieciocho por ciento”, precisa Olmos. Esto implica una consecuencia inesperada: “tanto el déficit como el exceso de sueño pueden acelerar tu reloj biológico”, advirtió el especialista.

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El estrés quita a los españoles 55 horas de sueño al año y casi la mitad sufre pesadillas (Canva)

El deterioro va más allá del envejecimiento. El doctor Olmos recoge los hallazgos de Clocchiatti Tuozzo en 2024 para señalar que dormir menos de siete horas se relaciona con perfiles de salud cerebral deteriorados.

La privación del sueño, según aclara, puede aumentar el riesgo de deterioro cognitivo, ansiedad, niebla mental y enfermedades neurodegenerativas. No solo es el cerebro: “Otro estudio mostró que el mal descanso altera la presión arterial, la frecuencia cardiaca, la inflamación y el metabolismo”, subrayó Olmos.

Ciclos reparadores y profundos

Según el doctor, el cuerpo humano necesita ciclos de sueño profundo y reparador para poder llevar a cabo funciones esenciales durante la noche. El sueño adecuado permite que el cerebro procese la información del día, repare tejidos y consolide la memoria. Cuando estos procesos se ven interrumpidos por un descanso insuficiente o excesivo, el equilibrio general de la salud se ve afectado.

Olmos insiste en que la calidad del sueño es tan relevante como la cantidad, ya que no basta con permanecer en la cama durante muchas horas si el sueño es superficial o interrumpido. El médico también explica que existen señales de alerta que pueden indicar que el descanso no es óptimo, como la somnolencia diurna, la dificultad para concentrarse o el mal humor persistente.

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Identificar estos síntomas puede ayudar a tomar medidas a tiempo y evitar complicaciones a largo plazo. Olmos recomienda mantener una rutina regular de horarios para dormir y despertar, así como evitar el consumo de cafeína y dispositivos electrónicos antes de acostarse.

El especialista resalta que, aunque la cantidad ideal de sueño varía ligeramente entre individuos, el rango de seis a ocho horas suele ser el más seguro para la mayoría de las personas adultas. Asegura que adoptar hábitos saludables relacionados con el sueño puede marcar la diferencia en la prevención de enfermedades crónicas y en la mejora de la calidad de vida.

Todo esto coloca el descanso nocturno en el mismo nivel de importancia que la dieta o la actividad física. Como concluye Olmos, dormir poco o mal se convierte en un factor de riesgo tan importante como una mala alimentación o el sedentarismo.