Menos productos, problemas para producir y aumento de precios: las consecuencias de los nuevos límites para pagar importaciones

Las medidas lanzadas por la CNV y el BCRA para controlar la salida de dólares generaron fuerte preocupación entre los empresarios, que anticipan severas complicaciones para comprar insumos y bienes de capital. La UIA se reunirá con Miguel Pesce

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Las nuevas disposiciones implican “paralizar el comercio exterior” y “muchos embarques podrían verse frenados”, aseguraron fuentes consultadas por Infobae (REUTERS/Andrew Kelly)
Las nuevas disposiciones implican “paralizar el comercio exterior” y “muchos embarques podrían verse frenados”, aseguraron fuentes consultadas por Infobae (REUTERS/Andrew Kelly)

Si la falta de dólares que sufre hoy la Argentina ya venía generando problemas en el comercio exterior y en algunos procesos productivos, producto de las limitaciones que viene imponiendo el Ministerio de Desarrollo Productivo con la liberación de las famosas SIMI, las nuevas limitaciones impuestas por la Comisión Nacional de Valores (CNV) y el Banco Central para que las empresas hagan frente a sus pagos de importaciones complican aún más la operatoria comercial, el vínculo de las firmas con sus proveedores, y puede poner en riesgo hasta la producción en algunos casos.

Si bien las nuevas disposiciones rigen, en teoría, hasta fin de mes, las dudas sobre su posible extensión son enormes y, de ser así, comenzarán a faltar productos terminados e insumos, lo que presionará aún más los precios, advierten en el sector privado. Incluso, desde la UIA se pidió una reunión de urgencia con el presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce, para tomar mayor conocimiento del escenario que avizoran desde el organismo para los próximos meses. Pero extraoficialmente los funcionarios le anticiparon a los industriales que posiblemente la norma se extienda durante noviembre también, ya que nadie imagina que baje la incertidumbre y la tendencia a una mayor dolarización antes de las elecciones.

Extraoficialmente los funcionarios le anticiparon a los industriales que posiblemente la norma se extienda durante noviembre también

El BCRA viene perdiendo reservas desde hace tiempo para sostener el tipo de cambio oficial -principal ancla antiinflacionaria- y los dólares financieros (las ventas netas de septiembre en el MULC alcanzaron los USD 950 millones) y ya muchos analistas privados advertían que, de continuar con ese ritmo, las reservas líquidas serían negativas hacia fin de año. Finalmente, los rumores comenzaron a circular el viernes pasado y este martes llegó el tan temido, aunque previsible, nuevo cepo.

En materia de pagos de las importaciones, los cambios consisten en lo siguiente:

- El BCRA restringió el cupo para poder hacer pagos anticipados al exterior, por lo que ya será casi inviable para las empresas poder girar dólares a sus proveedores para asegurarse la compra de una determinada mercadería. Hasta ahora, si la cuenta sumando USD 1 millón más los despachos a plaza menos los pagos era positiva, la empresa podía girar anticipos. Ahora ese valor de USD 1 millón se redujo a USD 250.000, por lo que prácticamente elimina esta posibilidad para la gran mayoría de los operadores. Adicionalmente, se agregó en esta cuenta los pagos de anticipos de bienes de capital a los efectuados para calcular el cupo, cuando hasta ahora estaban excluidos.

El presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, pidió una reunión con el titular del BCRA, Miguel Pesce, por los nuevos controles
El presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, pidió una reunión con el titular del BCRA, Miguel Pesce, por los nuevos controles

- Además, las empresas deberán pedir autorización al BCRA para acudir al MULC por todas las operaciones mayores a USD 10.000 por cualquier concepto. Antes, el limite era de USD 50.000.

“Estas medidas tienen un impacto sobre la operatoria de todas las empresas; no perjudica puntualmente a un sector, sino a todas las compañías que hacen comercio internacional. Y podría generar más presiones sobre los sectores afectados anteriormente por las restricciones en la liberación de las SIMI”, remarcó el gerente general de la Cámara de Importadores (CIRA), Fernando Furci. Y agregó: “Muchas veces, para abastecerse de insumos o bienes de capital, la empresa tiene que girar un anticipo al exterior. Y esto no es un capricho. El proveedor tiene que asegurarse la compra y ese dinero lo usa para comprar los insumos y mandar a producir”.

Fuentes de la UIA anticiparon que afectará a las empresas de manera desigual, ya que las que tienen una larga trayectoria de comercio exterior, con vínculos establecidos con sus proveedores, generalmente tienen cuenta corriente y crédito para ir pagando las operaciones. En el caso de las empresas de agroquímicos, por ejemplo, es habitual que las filiales locales tengan la posibilidad de pagar la mercadería hasta 180 días después de haberla recibida. Y esa financiación se la trasladan al productor, que puede abonar recién cuando cosecha, dijeron fuentes del sector.

Miguel Pesce, presidente del BCRA
Miguel Pesce, presidente del BCRA

Pero muchas firmas no tienen esta posibilidad, por lo que pagar de forma anticipada podría complicarles severamente el abastecimiento de mercadería. Lo mismo aquellas que, sin hacer pago previo, abonaban una vez que el proveedor les embarcaba la producción y les mandaba la documentación correspondiente. Hoy, ante esos cambios, sólo podrán pagar una vez que la mercadería ingresa a plaza, es decir, se nacionaliza. Por ende, en el sector privado se preguntan si los vendedores accederán a estas exigencias del BCRA o preferirán evitar los embarques hasta tanto no se aclare el panorama. Porque, por otro lado, nadie cree que el problema de la falta de dólares se resolverá en 20 días; y peor aún, podría agravarse.

“Me fui de la oficina con un pago anticipado aprobado. Hace 6 meses que tengo al proveedor de Indonesia con la mercadería en el depósito porque faltaba la aprobación de la SIMI. Lo consigo. Logro que mi banco me apruebe el pago. Y hoy a la mañana me levanto con una nota de la entidad diciéndome que tengo que volver a presentar el formulario a ver si me da el cupo, y no me da la cuenta, no voy a poder pagarle al proveedor”, relató un empresario que importa artículos de bazar desde hace 25 años.

“Estas medidas tienen un impacto sobre la operatoria de todas las empresas; no perjudica puntualmente a un sector, sino a todas las compañías que hacen comercio internacional” (Furci)

Como le pasa a tantos otros, este empresario ya tenía problemas para poder importar por la falta de aprobación de los permisos por parte de la Secretaría de Industria. Lo que logró, lo hizo a base de amparos judiciales favorables. Pero aún así, está abasteciendo al 30% de su demanda histórica. Según explicó a Infobae, “se trabaja con los stocks al límite, quebrados. Como hay muy poca mercadería en la plaza, el importador que recibe algo, o el fabricante que fabrica algo, la única forma de que no te lo saquen de las manos es subiendo los precios”, dijo. Y remató: “No somos especuladores. Tratamos de sobrevivir”.

El sector de neumáticos es uno de los que más complicaciones viene teniendo en los últimos meses con la aprobación de licencias y el abastecimiento, por lo que esta flamante medida de control de los pagos suma una nueva traba a la operatoria. En diálogo con este medio, Gonzalo Vila, presidente de Geveco, que importa los neumáticos Dunlop en el país, explicó que ya desde hace tiempo no pueden anticipar pagos, por lo que venían abonando a la vista, es decir, una vez que la fábrica le generaba la documentación de pago tras el embarque. Pero ahora deberán hacerlo una vez que los productos ingresen al país.

Adrián Cosentino, titular de la CNV
Adrián Cosentino, titular de la CNV

“No todos los proveedores están en condiciones de hacerlo. Hay una exposición crediticia muy grande. Eso es algo que se negocia con el proveedor, pero no es algo que se impone. Hoy ya era un riesgo embarcar a la Argentina y esperar que le pagues a la vista; ahora mucho más”, enfatizó el empresario, quien agregó que las nuevas disposiciones implican “paralizar el comercio exterior” y “muchos embarques podrían verse frenados”. Respecto del impacto en los stocks, Vila manifestó que si la norma la levantan a fin de mes, no habría mayor problema, pero “si la extienden, se puede poner muy complicado porque habría que negociar un nuevo sistema de crédito, un nuevo plazo de pago”.

La Federación de Cámaras de Comercio Exterior de la Argentina (Fecacera) remarcó en un comunicado que si bien comprenden la situación coyuntural por la que atraviesa el país, este tipo de decisiones deterioran gravemente las inversiones y la competitividad de las empresas, que requieren de previsibilidad. “Para lograr el desarrollo sustentable de las exportaciones, y con ello la generación de un círculo virtuoso, necesariamente deben crecer las importaciones de insumos productivos y bienes de capital, que en su conjunto representan alrededor del 80% de las importaciones totales. Sostenemos que estas medidas no van en el sentido que nuestro país necesita para crecer”, planteó la entidad en el parte de prensa.

Además, agregó que se está asistiendo a una “compleja problemática que tiene que ver con factores externos, como la logística y la recuperación de las economías pos pandemia que dificultan el flujo de bienes”, además de “factores locales, como la falta estructural de moneda extranjera para hacer frente a la recuperación de los distintos sectores que empiezan a demandar más insumos”.

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