Dura crítica del Foro de Convergencia Empresarial al impuesto a la riqueza: afirmaron que es un dislate debatirlo y que el proyecto debe ser retirado del Congreso

Los empresarios cuestionaron con dureza la iniciativa del oficialismo que se discutirá mañana en Diputados; afirman que la presión tributaria ya es muy alta y que el Estado debe ajustar el gasto

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Pronunciamiento del Foro de Convergencia Empresarial (Maximiliano Luna)
Pronunciamiento del Foro de Convergencia Empresarial (Maximiliano Luna)

El Foro de Convergencia Empresaria expresó su “gran preocupación” por el avance, en la Cámara de Diputados del Proyecto de Ley del nuevo impuesto a la riqueza, denominado “de Aporte Extraordinario a los grandes patrimonios”.

Sorprende que, en un momento en que se necesita promover la inversión privada para recuperar la actividad económica y generar empleo genuino, la Cámara de Diputados impulse un proyecto de ley que, a todas luces, generará un efecto inverso, y que, cuando es necesario que todos usemos nuestra energía hacia un mismo objetivo, se introduzca una discusión que vuelve a dividir a los argentinos”, afirmó en un comunicado.

El dislate de este impuesto es tan evidente, que sorprende su sola discusión. .Se trata de una iniciativa que es confiscatoria, al gravar nuevamente activos que ya son objeto de otros gravámenes y desconoce la realidad económica de los individuos, generando transferencias de recursos entre regiones productivas, centralizando aún más el poder en el ámbito nacional”, explicó.

“En efecto, al ser un impuesto no coparticipable se originan nuevas trasferencias de recursos desde las economías provinciales hacia el ámbito federal, generando una relación costo-beneficio negativo para las provincias. Además, apenas el 20% del producido del impuesto se destinaría en forma exclusiva a gastos vinculados con la pandemia”, indicó.

El documento del Foro de convergencia sobre el impuesto a la riqueza
El documento del Foro de convergencia sobre el impuesto a la riqueza

No impactará solo en las ‘grandes fortunas’, como se pretende hacer creer, dado que este impuesto grava a los activos que también están afectados a la producción, sin tener en cuenta, además, la existencia de deudas generadas para su incorporación al patrimonio”, aclaró el Foro.

Finalmente, señalaron que “afecta directamente a la creación de trabajo y obliga a quiénes deban tributar el impuesto a vender parte de sus bienes para poder hacerle frente”.

“El país necesita del esfuerzo de todos, incluido el sector público que, hasta ahora, no ha evidenciado ninguna medida de redimensionamiento o racionalización, como sí lo ha tenido que hacer el sector privado”, se quejaron.

“La presión tributaria en Argentina ya es una de las más altas del mundo y la creación de nuevos impuestos para financiar un gasto público creciente en los tres niveles del Estado no va a permitir que salgamos de la prolongada recesión en la que estamos inmersos desde hace mucho tiempo”, insistió.

Pensar que el aumento de impuestos no tiene límites ni consecuencias en la inversión y en la actividad económica es desconocer las leyes más elementales de la economía”, advirtió.

Por este motivo, “convocamos al Congreso de la Nación a que retire la discusión de este mal impuesto y convoque a las distintas organizaciones sociales a una mesa donde se pueda discutir las políticas de estado que nos permitan salir de esta difícil situación todos juntos”, concluyó.

El cuestionamiento del Foro se suma a otros que varios especialistas en impuestos y empresarios en forma individual realizaron en el mismo sentido. En este sentido, el banquero Jorge Brito sostuvo que “el camino que ha elegido el gobierno es, cuanto menos, equivocado. Y es errado por varios conceptos en los que se funda la propuesta. Primero, se eligió como manifestación de riqueza el patrimonio de aquellos que tienen más que una determinada cifra de activos”.

“Resulta que esto no es por primera vez sino que se hace a menos de nueve meses de haber establecido un aumento en la tasa del impuesto a los bienes personales, que pasó de 0,25% a 1,25% para los bienes en Argentina y al 2,25% para los bienes en el exterior. Este aumento no es por única vez, porque este impuesto se cobra todos los años y se va a seguir cobrando. O sea, ya se impuso un sacrificio adicional en la imposición de este tipo de bienes que lo llevó a una tasa confiscatoria”, advirtió.

Se hace esto en un país que ya viene con la carga de una muy alta presión impositiva. O sea, no es un impuesto nuevo en un país con una tributación sencilla, sino otro impuesto más, que aunque sea por única vez, se da en un país con una alta tributación y una gran cantidad de impuestos”, indicó Brito.

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