
Aunque la decisión del Banco Central de negarle parcialmente el acceso al mercado de cambios para pagar la deuda a las empresas cayó como una bomba, la situación podría ser menos dramática de lo que luce a primera vista. El monto de vencimientos que deberían ser reestructurados asciende a unos USD 950 millones hasta marzo del año que viene, pero ya hay varias empresas de primera línea que incursionaron en renegociaciones exitosas con sus acreedores.
En círculos empresarios criticaron duramente la medida. En primer lugar porque nunca fue consultada, por lo que sorprendió al mercado. Pero además porque uno de los objetivos de la renegociación de la deuda soberana era abrir el mercado para nuevas emisiones de las empresas. Pero después de esta decisión todo se complica. A los riesgos ya conocidos de la Argentina se suma ahora este tipo de intervención del BCRA.
Las Obligaciones Negociables de empresas que cotizan internacionalmente sufrieron fuertes caídas, que oscilaron entre 7% y 9%. Se trata de una reacción lógica de los inversores, ante el hecho de que ninguna compañía pagará los vencimientos de sus deudas en tiempo y forma. Según la fórmula definida por el BCRA, sólo podrán acceder al 40% de lo que deben pagar y el restante 60% tendrán que refinanciarlo a un plazo mínimo de dos años. Además, estarán obligadas a presentar un plan ante la institución antes de fin de mes.
Las empresas y bancos con vencimientos próximos reconocen que no están dispuestas a usar sus propias divisas para cumplir con el vencimiento de sus bonos. Deberían pasar a través del mercado del “contado con liquidación” y admitir un tipo de cambio que ya no es de $ 75 sino de $ 130. Sincerar estos valores implicaría reconocer un rojo millonario que dejaría a la compañía al borde de la quiebra.
Un caso testigo sería el del Banco Hipotecario, que tiene un vencimiento a fin de noviembre por casi USD 300 millones. Desde la entidad ya adelantaron que avanzarán con el “reperfilamiento”, lo que requerirá negociar con sus tenedores de bonos.
Para el Central, los vencimientos de deuda corporativos representan uno de los canales de salida de reservas. El promedio fue de alrededor de USD 500 millones mensuales, por lo que en realidad es un monto menor en relación a la demanda del dólar “solidario” (en agosto fueron más de USD 1.000 millones). Pero ésta es una medida inédita, al meterse en la relación de empresas con sus acreedores.
En los últimos meses varias empresas lograron renegociar sus deudas, ante fuertes vencimientos que hubieran sido imposibles de refinanciar en las actuales condiciones de mercado. Uno de los casos fue la propia YPF, que tenía un vencimiento de USD 1.000 millones en 2021. Antes de acercarse al default total, la petrolera de mayoría estatal consiguió una adhesión del 58% para estirar las amortizaciones al 2025. Claro que el 42% restante, que equivale a unos USD 450 millones deberá ingresar en una nueva reestructuración. No hubo quita de capital, sino alargamiento de plazos e incluso un cupón de interés más alto.
Algo parecido sucedió con Telecom, que consiguió que 77,7% de sus acreedores acepte estirar los vencimientos que caían en 2021. La compañía de telecomunicaciones también estiró su deuda, al igual que YPF, hasta el 2025. Aeropuertos Argentina 2000 consiguió refinanciar deuda en dólares con bancos hasta el 2027, por un monto superior a los U$S 120 millones. Otra que consiguió una renegociación amistosa fue la desarrolladora inmobiliaria Raghsa.
En el Central aseguran que tuvieron en cuenta estas transacciones, que consiguieron un porcentaje relativamente alto de adhesión. Por eso acepta entregar dólares para el 40% y el resto debería ser reestructurado. Claro que si las compañías fracasan en la negociación quedarían condenadas a un default.
En el listado de las empresas que deben renegociar sus deudas también aparece IRSA, Cresud, Genneia, y Petroagro, entre las más relevantes. También aparecen muchas con vencimientos menores a los U$S 5 ó 6 millones, pero en este caso no habría mayores problemas. La normativa permite pagar a razón de USD 1 millones mensual sin necesidad de autorización.
“Precisamos estirar los vencimientos de los próximos seis meses hasta que empiecen a entrar los dólares de la cosecha gruesa en 2021. Esperemos que para ese momento podamos volver a cierta normalidad”, explican en el BCRA.
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