Más del 50% de los porteños menores de 17 años viven en hogares vulnerables

Un informe oficial señala que más de la mitad de los niños y jóvenes que habitan en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo hacen condiciones precarias.

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Para no caer en la indigencia en la Ciudad una familia debe obtener ingresos por $1.071 por mes NA 162
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Uno de cada dos niños o adolescentes porteños viven en hogares que presentan algún grado de vulnerabilidad, según el informe “Situación laboral y de ingresos de los hogares con presencia de niños, niñas y adolescentes. 2018” elaborado por la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Los niños, niñas y adolescentes (0 a 17 años) representan el 23% de la población de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (703.500 personas) y se encuentran en tres de cada diez hogares porteños (409.500 hogares), los que tienen un tamaño promedio cercano a las cuatro personas.

Según el trabajo, la situación socio-laboral de los hogares con presencia de niños, niñas y adolescentes muestra que, en los casos es que el núcleo es completo donde hay presencia de niños y adultos es más frecuente que ambos cónyuges estén ocupados. En esos casos y en promedio, los varones trabajan más horas y las mujeres menos que en el resto de los hogares.

En este contexto, si se mide por ingresos en relación con la canasta básica de consumo, que supera los $34.500 en la Ciuduad, el 9,6% de los menores de 17 años vive en “hogares frágiles”, el 12,5% en hogares vulnerables, el 21,6% en hogares pobres y el 13,6% en hogares indigentes. En total, el 56,7 de los menores de 17 años que viven en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo hacen en condiciones precarias.

En la Ciudad el 18,9% de los hogares con presencia de niños, niñas y adolescentes, percibe algún tipo de ayuda estatal, en su mayoría Asignación Universal por Hijo (AUH).
En la Ciudad el 18,9% de los hogares con presencia de niños, niñas y adolescentes, percibe algún tipo de ayuda estatal, en su mayoría Asignación Universal por Hijo (AUH).

Si la medida es la distribución de población según su acceso a las canastas de consumo de la Ciudad de Buenos Aires, establecido por quintil de ingreso per cápita del hogar, los niños, niñas y adolescentes “se concentran en los primeros quintiles de ingresos y tienen una incidencia de la pobreza superior al resto de la población”.

Si se suma el segundo y tercer quintil medido por Ingreso per cápita familiar, la situación es de mayor complejidad porque refleja que el 84% de los menores de 17 años que viven en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se encuentran en algún punto de vulnerabilidad.

Si se mide por ingreso per cápita familiar en la Ciudad de Buenos Aires el 45,6% de los menores de 18 son pobres se encuentran en el primer quintil (el más pobre) y sólo el 5,4% en los sectores de mayores ingresos

En el primer quintil (el de mayor pobreza) se concentra el 45,6%, sin mucha diferencia entre los cortes etarios de 0 a 5 años (42,9%), de 6 a 12 años (47%) y de 13 a 17 años (47,2).

En cuanto a la presencia del Estado en aquellos hogares con vulnerabilidades, el informe del organismo porteño señala que en la Ciudad de Buenos Aires el 18,9% de los hogares con presencia de niños, niñas y adolescentes, percibe algún tipo de transferencia monetaria, en su mayoría Asignación Universal por Hijo (AUH).

Un hogar compuesto por dos adultos y dos menores requirió en octubre $35.436 pesos para no caer en la pobreza, casi $12.000 más que igual mes de 2018

En ese contexto, el informe señala que respecto de la actividad económica de esas familias muestran que el 89% de los hogares tiene a su jefe ocupado y el 68,7% tiene a su jefe asalariado, guarismos que se destacan por posicionarse encima de los correspondientes al resto de los hogares. El porcentaje de los asalariados que se desempeñan en condición de precariedad es cercano a 21%.

Según cifras oficiales del gobierno porteño, un hogar compuesto por dos adultos y dos menores requirió en octubre $35.436 para no ser pobre. Ese monto implica un incremento interanual de casi $12.000, ya que en octubre del año pasado se necesitaban $23.796 para que aquel hogar no atraviese la línea de pobreza.

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