Las criptomonedas ponen en riesgo la economía de Islandia

Si bien la minería representa solo el 2% de la actividad del país, el consumo de energía de las mineras supera al de los habitantes

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Reykjavik, la capital de Islandia durante la nevada de invierno (Getty Images)
Reykjavik, la capital de Islandia durante la nevada de invierno (Getty Images)

Al gobierno de Islandia le preocupa que las criptomonedas puedan dañar gravemente su economía si su auge termina en una quiebra. Sería especialmente devastador para un país que todavía se está recuperando de la gran crisis financiera que paralizó su economía hace apenas una década. A pesar de ser una remota isla volcánica con solo 334,252 habitantes, la amenaza cripto "no puede ser excluida como un factor de riesgo", dijo el ministro de Finanzas Bjarni Benediktsson en una entrevista con Wired.

Los mineros de criptomonedas piensan en Islandia como un refugio ideal para centros de datos, gracias a la energía hidroeléctrica y geotérmica renovable barata y abundante y temperaturas relativamente estables, que  proporcionan refrigeración natural para el equipo alojado. De hecho, la mayor parte de energía de Islandia, exceptuando el transporte, proviene de fuentes renovables impulsadas por los volcanes de la isla.

Como la 'extracción' digital de criptomonedas como bitcoin y ethereum consume mucha electricidad, la energía barata y verde de Islandia es un atractivo. No es de extrañar que el interés de los mineros crezca día a día. "Recibimos múltiples solicitudes por semana de ellos", comentó Styrmir Hafliðason, gerente de seguridad y calidad en el centro de datos Verne Global, a una hora en coche de la capital, Reykjavík. Él tiene que ignorar muchas de las solicitudes, ya que su centro de datos simplemente no tiene la capacidad de escalar sus granjas de servidores a la velocidad requerida.

Pero con reguladores, banqueros y políticos que ponderan si el mundo altamente volátil de las criptomonedas necesita ser domesticado, Islandia se pregunta si su cripto bonanza podría de hecho ser el próximo riesgo sistémico.

Incluso si los reguladores europeos u otros restringen repentinamente las criptomonedas, no afectaría al país en su conjunto: las criptomonedas no son parte de la economía nacional de Islandia. Pero con tanta de estas monedas digitales volátiles almacenadas en el país, ¿hay alguna razón para preocuparse?

Según un informe reciente de KPMG, cerca del 90 por ciento del consumo de energía de los centros de datos de Islandia el año pasado estuvo dedicado a la extracción de criptomonedas; este año, se espera que aumente aún más. Eso es "un gran factor de riesgo para la industria local" según KPMG, porque la volatilidad de las criptomonedas hace que el mercado sea vulnerable a las interrupciones.

La creciente demanda de criptomonedas fue el resultado del aumento en su valor, argumenta el informe, que continúa advirtiendo que las perspectivas del mercado pueden "describirse como frágiles".

Esta fragilidad va mucho más allá del mundo digital. En marzo, la policía islandesa arrestó a 11 personas buscadas en relación con los robos en cuatro de los centros de datos del país. Los ladrones habían robado 600 servidores que habían estado ocupados con cripto minería, con un valor de hardware de casi $ 2 millones en los robos en diciembre y enero.

Para la mayoría de los centros de datos en Islandia, los cripto mineros son una de las muchas industrias que utilizan sus servicios de alojamiento. Muchos, sin embargo, están dedicados a la minería cripto. El proyecto Moonlite, que se pondrá en marcha a finales de este verano para respaldar un nuevo centro de datos, albergará servidores para cripto mineros que quieran extraer bitcoin, bitcoin cash, DASH y litecoin a escala industrial. Tendrá una capacidad inicial de 15 megavatios y su objetivo es producir alrededor de USD $ 8 millones por mes en moneda minada.

Proyectos como este son una gran ayuda para los proveedores de energía de Islandia, pero también un gran riesgo. El consumo de electricidad de la industria minera cripto de Islandia puede exceder el de todas las casas del país, engullendo unos 840 gigavatios hora de electricidad al año para sus granjas de servidores y equipos de refrigeración, según Johann Snorri Sigurbergsson, vocero de la firma de energía islandesa HS Orka dijo a Wired. Para comparar, las casas de Islandia requieren apenas 700 gigavatios hora al año.

El jefe de otro gran centro de datos en Islandia, Magnus Eyjolfur de Advania, pone estas cifras en contexto. El verdadero riesgo, dice, es la dependencia del país de las fundiciones de aluminio, que utilizan alrededor del 70 por ciento de su suministro de energía. Cripto, afirma, representa solo dos o tres por ciento.

Eso bien puede ser, pero para una isla que, financieramente, ha sido gravemente quemada antes, sigue siendo un riesgo que pocos ministros de finanzas querrán ver sin darle un poco de escrutinio.

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