El apodo de “Mustang volador” no es un mito más de los tantos que ilustran la historia automovilística. Mucho menos, una fábula que fue pasando de boca en boca y tomó forma con el correr de los años. Realmente, el 14 de febrero de 1965, el Mustang GT350R piloteado por Kevin Miles voló. A partir de aquel hecho, reflejado en una fotografía magnífica que muestra al Ford con las cuatro ruedas en el aire, se originó una la leyenda que aun hoy sigue generando repercusión.
El Mustang volador, el prototipo inicial del Shelby GT350R, fue además el primer Mustang que consiguió vencer en una carrera oficial. El responsable de aquella hazaña fue nada menos que el británico Kevin Miles, uno de los mejores pilotos de la época y leyenda del universo de la competición. Miles, un ex combatiente de la Segunda Guerra Mundial y mecánico de tanques, pero con altísimas habilidades conductivas, llevó adelante la estrategia de Carroll Shelby y ganó con Ford en el mítico Le Mans 66, aunque el triunfo oficial –en polémica decisión- luego quedó para Bruce McLaren. Un año antes de aquella emblemática carrera en donde la marca del Óvalo derrotó a Ferrari, y que recientemente llegó al cine (Ford vs. Ferrari, con Matt Damon y Christian Bale), Miles hizo volar a su Shelby en un circuito texano.
La gloria de aquel Shelby, asociada a la mística que el apellido Miles consiguiera luego, colocaron al modelo como una de las joyas más seductoras en el universo de los coleccionistas. A tal punto que en una subasta celebrada recientemente en Indianápolis, Estados Unidos, acaban de pagarse por él nada menos que 3,36 millones de euros. Superó, de esta manera, a la suma pagada a principios de este año por el Ford Mustang GT de 1968 que Steve McQueen condujo en la película Bullitt, el más caro de la historia hasta el momento, con un valor de casi 3 millones de euros. Ahora el trono es del Mustang volador.
Luego de un largo recorrido, el Mustang Shelby GT350R fue recuperado en 2010 por el coleccionista John Atzbach, un amante de los Shelby, y le encargó entonces la restauración a Thoroughbred Restorations para que volviera a lucir totalmente original, como en la época de la hazaña.
En comparación con las versiones de calle, este GT350R contaba con una suspensión reajustada, un motor Ford V8 modificado de 306 caballos, paneles de fibra de vidrio y un interior despojado de todo lo prescindible y equipado con una jaula antivuelco completa para cumplir con el reglamento de competición. En el exterior, su imagen es inconfundible: tono blanco Wimbledon con dos franjas azules centrales que recorren todo el vehículo, y el emblemático número 98 tanto en el capó como en la tapa del baúl y en los laterales. El Mustang de Miles con el chasis 5R002 fue el primer GT350R construido por Shelby y el segundo GT350 fabricado en general.
La película Ford vs. Ferrari (o Le Mans 66) que este año ganó dos Premios Oscar no sólo llevó a la pantalla grande la hazaña del triunfo del Ford GT sobre las Ferrari que dominaban en el mítico trazado francés. El largometraje logra recuperar la historia de un piloto desconocido para la mayoría: Ken Miles, encarnado por Christian Bale. El británico fue el único piloto en ganar el mismo año las tres carreras de larga duración más importantes: las 24 horas de Le Mans, 24 horas de Daytona y 12 horas de Sebring. Perdió la vida a los 48 años, luego de aquel triunfo en Le Mans 66 que le arrebataron con polémica, probando un nuevo Ford para su amigo Carroll Shelby de cara a Le Mans 1967. Su legado está presente en el valor que acaba de pagarse por este Mustang a 55 años de aquella volada inolvidable.
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