La historia de la cantante de cumbia Perla, de Fuerte Apache directo a Miami: "Allá es todo lindo, pero yo salí del barro y vuelvo al barro"

Haciéndose llamar "La Piba", fue la primera cantante de cumbia villera. Pero luego, se retiró de los escenarios. Hace poco regreso, y con un look muy distinto: ahora es rubia y lleva el pelo largo. "Y ya tengo 35 años, no 17", advierte, recordando su paso por los Estados Unidos, allí donde todo cambió

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El encuentro de Perla Pamela Quiroz con Teleshow

Hija de un policía, Perla Pamela Quiroz nació y creció en Fuerte Apache. Y aunque ese es su lugar en el mundo, por amor -se puso en pareja con un alemán- logró trascender las fronteras y se radicó en Miami con su hijo. Aquí dejó a sus amigos de El Fuerte, como llama a este barrio de Ciudadela que tiene a Carlos Tevez como ciudadano ilustre. Pero también debió olvidarse de la música: Perla era La Piba, una ascendente cantante de cumbia villera que apareció en la escena musical a principios de 2000, a la par del nacimiento del género.

Terminando el amor, regreso al país siendo otra: ahora es rubia, y su historia clínica da cuenta de alguna cirugía estética. Sin renegar de los orígenes, volvió a frecuentar las viajes amistades. Y retomó su carrera como solista. Más madura y con mayor experiencia tras haber conocido conocido Estados Unidos, su propuesta es más rica pero sus intereses son los mismos: Perla le sigue cantando al feminismo y a la realidad social que observa en El Fuerte.

—¿Siempre le cantás al amor o al empoderamiento de la mujer?

—Tenía de todo. O sea, yo quería contar las realidad de una mina que vive en un barrio, en una villa o lo que sea, que también va a la cancha. Por ejemplo, hay un tema que se llama "La Sandra", que es la historia de una amiga mía a la que dejaron embarazada y el tipo la dejó.

—¿Viviste en Estados Unidos?

—Sí, de Fuerte Apache a Miami. Es un abismo, son dos mundos completamente diferentes, te cuesta adaptarte, el desarraigo es lo más… De repente no tenía a mis amigos; más que nada a mi familia, a mis viejos. De tener todo cerca y a de repente ver por fotos a tu mamá, por una videollamada por el Día de la Madre…

—¿Qué hacías allá?

—Esperaba a mi pareja en la casa. Yo era completamente dependiente de él porque no podía hacer nada, entonces todo el tiempo era un pase de facturas: "Estás acá por mí", me decía; "Flaco, yo no tenía el sueño americano de venir a vivir a Estados Unidos, vine por vos, por seguirte". Era todo el tiempo eso machismo de "Estás acá por mí". Un día: "Mirá lo que te compré, mi amor", y después: "Yo te compré ese vaso".

"Yo te quería, porquería", La Piba (Video: Youtube)

—Hablemos de esos mundos diferentes. Ahora, de Fuerte Apache.

—Ahí crecí, estuve toda mi vida ahí, con mis amigos del barrio. Y con sus historias, como un amigo al que dejaron tirado en un hospital por ser de la villa: el hospital no se hizo cargo porque no tenía familia, no tenía a nadie, y lo dejaron morir. Es un poco contradictorio porque mi papá era policía. O sea, de Fuerte Apache a cantar cumbia villera y tener un papá policía, era medio controversial, ¿no?

—¿Te daba miedo que fuera policía?

—Mal, horrible, sufría todo el tiempo por mi papá. Aunque en el barrio todos lo conocían y lo querían, porque mi viejo aparte de ser poli era copado y siempre tuvo el respeto del barrio. Por ejemplo, no le gustaba entrar al barrio uniformado.

—¿Lo miraban mal?

—No, lo amaban a mi papá. En el barrio no se ponía el uniforme porque sentía que por ahí era faltar el respeto al barrio, de que digan: "Ah, este se la da de…", "¿Qué venís a chapear acá, al barrio, que sos poli?". Mi viejo escuchaba cumbia villera, un par de veces me han llevado a las comisarias donde él trabaja para firmarle autógrafos a los presos. En ese sentido, nunca tuve problemas y me generó alguna cosa rara que mi papá fuera policía.

Yo no soñaba con irme a vivir a Estados Unidos; yo era feliz en el Fuerte

—¿Y cuándo tu papá salía a hacer un operativo y no sabías si iba a volver…?

—Me pasó en 2001, cuando pasó lo de (Fernando) De la Rúa. Estábamos en Tucumán, y me acuerdo que estaba en el hotel mirando la tele y veía los saqueos y cómo golpeaban a los policías. Ese día la pasé tan mal… Podría ser mi viejo el que estuviera ahí, y si no es mi viejo, es el viejo de alguna otra piba. Es fuerte. Pero bueno, mi viejo lo tomaba como un laburo, nunca se puso la gorra en el barrio. De hecho, yo tenía todos amigos laburadores, y no tan laburadores…

—¿Se drogaban?

—Sí. Y mi viejo jamás… Venían a casa y él estaba ahí. Nunca tuvo problemas con eso. Tenía otro amigo al que le decían El Lobizón; lo mataron. Había estado preso un montón de tiempo por robar y matar polis. Cuando salió había hecho una familia, tenía un hijito, y yo veía que andaba con el hijito por ahí y estaba recontra enfierrado. Y me decía: "Piba, yo ya estoy jugado. El día que me paren a mí, voy a dejar al nene así y ya está, si yo estoy jugado…". El chabón era un libro de matemáticas, y tenía operaciones por todos lados, un ithacazo en el pecho, y sobrevivió. Con nosotros era un amor, venía a casa y era el más bueno del mundo, pero no sabés lo que hacía…

—¿Qué edad tenía?

—Tendría 30, por ahí.

Perla en los estudios de Infobae
Perla en los estudios de Infobae

—¿Notabás mucha inseguridad?

—Y… sí. En el Fuerte tenés las dos caras, el laburante que sale a las 5 de la mañana con su bolsito a laburar, y tenés los pibes que están en la esquina drogándose, y era lo que yo quería retratar. En mi primer disco tengo temas de joda como "Las pibas vagas", "Yo no soy concheta, no soy careta", pero también tengo temas testimoniales. O sea, yo quería contar las dos realidades: que se podía salir de joda, pero también contar las realidades de la gente.

—Es difícil salir del barrio.

—Sí, es difícil. Si no hubiera sido por esta relación (por su noviazgo que la llevó a Miami) quizás seguiría ahí. Yo nunca me quise ir del Fuerte, yo siempre quise quedarme, era mi casa, viví toda mi vida, estaba mi gente, pero la vida me dio la oportunidad de salir y tener un futuro para mi hijo, y por eso aposté. Digamos que no me quedó alternativa. Pero yo no soñaba con irme a vivir a Estados Unidos; yo era feliz en el Fuerte.

—Y cuando volviste, ¿te decían que habías cambiado, que eras otra?

—Sí. Además porque ya tengo 35 años, ya no tengo 17. Y sí, me teñí de rubio, me arreglo un poco más. Los años no vienen solos, pero sigo siendo la misma de siempre…

"La campeona", una de las primeras canciones de La Piba (Video: Youtube)

—Y no te remarcan que te fuiste a Miami.

—Obvio. "La piba ahora es una concheta que vive en Miami", y no sé qué… Podés cambiar mucho por fuera pero la esencia es la misma, yo sigo teniendo al barrio en las venas. Como dice uno de mis nuevos temas: "Otra vez estoy acá para representar a todas las pibas, no cambié, sigo igual, cantando para las pibas, con la cumbia en las venas". De vez en cuando una se hace la gata, obviamente, me pongo tacos y me arreglo un poco. También está bueno poder hacer las dos cosas, mimetizarte en un mundo que no es el tuyo y estar en tu mundo y seguir siendo la misma.

—¿Y tu hijo se adaptó fácil a los Estados Unidos?

—Uno de mis miedos era que él no se adaptara, que el idioma, que esto, que aquello. Y lo que avanzó en un año… De hecho, me llamaron de la escuela para decirme que tenía un nivel de inglés que ni los americanos tienen. Hoy en día él está acá estudiando, y le va súper bien. Al principio no quería saber nada con quedarse acá: "Yo quiero volver a Miami, yo quiero ir a allá", me decía. Acá vivo en un barrio normal, humilde, y allá vivía en un lugar un poco más chetón, y entonces claro, la diferencia se nota: no es lo mismo manejar por Miami Beach que andar por zona sur, por zona norte.

—Y como ciudadana, ¿qué diferencias notas entre los dos países?

—Bueno, una de las primeras cosas es la seguridad. Aunque en el Fuerte nunca me pasó nada. Cuando volvía a la madrugada de los shows, y estaban los pibes en la esquina y por ahí me quedaba tomando algo con ellos. Cuando sos del barrio no te tocan; los del Fuerte salen afuera del barrio, adentro no te tocan adentro.

—¿Extrañás Miami?

—Y… sí, a veces, sí. Hay cosas que se extrañan, extraño gente. Pero todo no se puede en la vida. Allá era salir y que todo sea lindo: no tenés calles de tierra, de barro; pero yo salí del barro y no me importa volver al barro.

—¿Te gusta?

—Me gusta, me siento bien. No te digo que al principio no fue un poco chocante, y pensaba: "Ayer estaba manejando en Miami Beach y ahora estoy en Pilar". No sé, es fuerte, no te la voy a caretear.

Perla Pamela Quiroz, más conocida como “La Piba”
Perla Pamela Quiroz, más conocida como “La Piba”

—En tus canciones hablas mucho de esto de ser cheta y concheta, ¿a qué te referís?

—Hoy en día me bardean de cheta porque me arreglo un poco, me plancho el pelo, estoy rubia…

—Si una chica está arreglada, ¿es cheta?

—Algo así, algo así…

—Y si vive bien, ¿también es cheta?

—Claro, exacto. Pero ahora el tema ya no es como antes: hoy en día todo el mundo escucha cumbia, cuando antes decían que la cumbia era música de negros…

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