A pocos días de la Navidad y con motivo del 8 de diciembre, la producción de Gran Hermano 2022 decidió darles una sorpresa a los jugadores y proponerles continuar con un ritual que ya es un clásico de esa fecha: el armado del arbolito. Es así que les mandó un arbolito y adornos para que lo armen y de paso, pasen un rato juntos y en armonía. Si bien funcionó y reinó la paz por un rato, las emociones no tardaron en llegar y muchos de los participantes no lograron contener las lágrimas. Uno de ellos, fue Marcos, el joven salteño que necesitó estar un rato a solas para refugiarse en su recuerdo.
Pronto, en las redes sociales comenzaron a manifestarse sobre el favorito de la casa: “Por favor, alguien que le grite que lo amamos”, “Me rompe el corazón verlo a así”, “Que alguien lo vaya a consolar”, “No es fácil aguantar tanta cosa ahí adentro”, “Que alguien lo abrace”, “Lo sensible que lo puso armar el arbolito”, “No llore primo”, “Estoy devastado, no lo puedo ver llorar”.
En la placa de nominación por primera vez y con la proximidad de unas fiestas lejos de su familia, el joven no encontraba consuelo hasta Alfa logró lo que parecía imposible: hacerlo llorar pero de la risa.
Reunidos en la habitación de las chicas, Alfa, Marcos, Thiago y Romina eran testigos de cómo Julieta ordenaba su ropa y les iba mostrando cada una de las nuevas prendas que la producción le fue alcanzando en los últimos días. “Esta pollera es igual a la que tengo, hasta de la misma marca, y viene con este top”, contaba la joven actriz que dentro de la casa apodan Disney.
“Ay amé, re, amé”, repetía Alfa desde su cama, emulando a la forma de hablar del resto de los jóvenes mientras el resto se reía de sus ocurrencias. Mientras que Romina le pedía que le preste ropa y Thiago criticaba un pantalón rojo, Alfa seguía haciendo de las suyas. “Amé. ay, amé. Fiu fiu, ¿podrán?”, decía en una mezcla de latiguillos virales usados todos juntos en una misma frase. Las risas eran generales pero Marcos terminó llorando de risa, cambiando la onda del día.
Recordemos que el joven de 22 años está cursando el último año de la carrera de abogacía, vive con sus padres y sus hermanos estudian en el exterior. La realidad es que, el salteño siempre se mostró muy cercano a su familia y hoy estar lejos de ellos, lo deja en una situación vulnerable y con ganas de volverlos a ver. “Creo mucho en Dios, en la Virgen de Salta y voy todos los domingos a misa”, reveló al presentar su perfil en GH.
Además contó que practica artes marciales y entrena cuatro veces por semana. “No me interesa lo que los demás piensan de mí, yo vivo para mí y no para los demás”, comentó. Tras su entrada al reality, trascendió en las redes un video inédito del participante en el que aparece durante un enfrentamiento de kickboxing, uno de sus deportes favoritos.
Dentro de la casa, Marcos tuvo varios acercamientos con una de sus compañeras: Julieta Poggio. Sin embargo, esa relación no prosperó.
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