Ladrones disfrazados de vendedores de medias tienen en vilo a los vecinos de CABA: ahora el blanco son los adolescentes

Los abordan a la salida del colegio o cuando los ven caminando solos. Su accionar resulta intimidante y aprovechan la poca resistencia de los menores para hacerse de efectivo y celulares en pocos minutos

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Las víctimas son menores de edad
Las víctimas son menores de edad

Las modalidades delictivas se van aggiornado con el tiempo y las que se realizan bajo la modalidad del “cuento del tío” también. Lo que no cambia es que la persona que delinque se esconde detrás de un personaje que no es. Están los que simulan ser un familiar cercano para sacarle plata a una persona mayor, los que se hacen pasar por operarios de servicios públicos para ingresar a las casas y desvalijarlas, los que aparentan ser empleados bancarios para quedarse con las claves de homebaking y vaciar las cuentas…la lista es extensa.

Ahora, la novedad pasa por la simpleza del engaño y porque las víctimas son menores de edad. Así lo alertó una usuaria de Twitter, quien contó que su hijo de 16 años fue abordado por un supuesto vendedor de medias en el barrio porteño de Flores para robarle su celular y la billetera.

“Hoy a las 17 le robaron a mi hijo de 16 en Rivadavia y Anchorena. El que te quiere enchufar medias lo amenazó para que le de llaves, celular y para que le de la clave. Le dijo que si daba de baja la línea le iban a pegar un tiro ya que tenían la zona monitoreada”, tuiteó Cecilia Insiarte.

Su catarsis tenía un fin: alertar a sus seguidores con hijos menores de edad que se muevan por esa zona para evitar el engaño. Y para su sorpresa, recibió varios comentarios de episodios similares.

“Mi hijo salía del colegio con la mochila y el celular en el bolsillo porque siempre lo alerto de que no vaya caminando con el celular en la mano mientras vuelve caminando a casa”, relató Cecilia a Infobae.

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Ese día, Augusto andaba solo. Caminaba por la calle Anchorena y cuando llegó a la esquina de Rivadavia tuvo que esperar unos segundos para que el semáforo le permitiera cruzar.

“Cuando queda parado en ese lugar, que justo hay una estación de servicio, un pibe que vende medias se le acerca y lo abraza. Se hacía el que lo conocía y se le puso a hablar bien de cerca, casi en el oído. Le dijo: ‘Dame el celular y dame la clave’. Lo tenía acorralado y no lo saltaba. Fue todo muy rápido. Mi hijo se quedó sin reacción”, explicó la mujer.

Tras quedarse con la pertenencias del joven, el ladrón lo amenazó de muerte antes de huir. “Le dijo ‘no llegues a dar de baja la línea porque te cago a tiros’. Mi hijo quedó en shock”, recordó Cecilia, quien lamentó que su hijo haya tenido que pasar por una situación tan traumática por un celular viejo. “El teléfono tenía como 5 años y encima estaba con la pantalla roja. Si su finalidad era venderlo no creo que le dieran mucha plata”, resaltó.

A la mujer, lo que más le preocupa es la información a la que puedan acceder los delincuentes. “Quizás este pibe sea parte de una mafia que entra a los contactos del Whatsapp para cometer estafas. Por eso, empecé a llamar a toda mi familia para advertile, sobre todo a sus abuelos o la gente mayor. No quiero que les hagan ningún cuento para robarles”, señaló Cecilia.

El delincuente “llevaba puesto un buzo rojo, era mal hablado y tendría entre 25 y 30 años”. Eso es lo único que recuerda el damnificado, quien fue abordado cuando faltaba tan solo una cuadra para llegar a su casa.

“Esta zona está lleno de vendedores de media porque estamos muy cerca del centro de Once, donde los robos y hurtos son cotidianos. Hay que tener mucho cuidado, no caer en la distracción de lo que te dicen porque aprovechan cualquier descuido para robarte”, alertó Cecilia.

Los vendedores ambulantes de medias se convirtieron en una constante en las avenidas porteñas a lo largo de los últimos años. Su discurso es el mismo: aseguran ser jóvenes en busca de una oportunidad de trabajo, dicen que vender medias es el único sustento que tienen para mantener a sus familias y que ante la discriminación laboral apuestan por salir adelante ofreciendo objetos baratos a regateo o a colaboración.

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“Me estás discriminando, no me comprás porque soy morocho”, le dijo un vendedor ambulante a una usuaria de Twitter, que también compartió su experiencia. Para dejarle en claro que no era su intención, sacó la billetera y en cuestión de segundos se la arrebató y salió corriendo.

Ellos saben a quién abordar. Si bien su blanco de acción se reducía a mujeres jóvenes o de edad avanzada, ahora apuntan a menores de edad. Su accionar es intimidante y muchas veces se torna agresivo. Además, aprovechan la poca resistencia de sus víctimas para hacerse de efectivo y celulares en pocos minutos.

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Van tocando timbre de casa en casa, se meten de prepo en bares y restaurantes, abordan a los chicos a la salida del colegio o cuando los ven caminando solos e indefensos. Siempre están a la “pesca” de algún distraído, sobre todo en las inmediaciones de locales de comidas rápidas son se juntan los jóvenes.

Mientras despliegan su discurso de víctima del sistema e intentan persuadir a la gente que se niega a comprarles de que les den “una monedita para comer”, actúan con rapidez: manotean celulares, billeteras o el total del efectivo que manipulan en sus manos cuando intentan ayudarlos.

“A mi hijo, de 14 años, a la salida del colegio, un vendedor de medias le robó el celular y la billetera. Le dijo que si se resistía le iba a pegar un tiro. Las Heras y Coronel Díaz”, se lamentó otra mamá que se sumó a la catarsis virtual de Cecilia.

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“A mi hijo también le robó un ‘vendedor de medias’ en pleno Libertador y Monroe. Son una mafia”, relató otra usuaria.

Mientras que otra agregó: “A mi hija también le robó el celu uno de esos que venden medias. Fue sin violencia y sin amenazas pero son una mafia. El rastreo del celu nos llevó hasta un edificio. La policía, bien gracias, ni siquiera lo siguió al chorro con el rastreo en vivo”.

Cecilia Insiarte también se quejó del accionar policial y aseguró que cuando su marido se acercó a hacer la denuncia a la Comisaría Vecinal 3A lo persuadieron para que no lo hiciera. “El comisario le dijo ‘vos tenés que llamar al 911 en el momento para pescarlos in fraganti’. ¿Pero cómo mi hijo iba a poder hacer algo así si le habían robado el celular? Le dijo a mi marido que no valía la pena hacer la denuncia, lo terminé convenciendo y no la hizo”, contó.

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Fuentes policiales consultadas por Infobae precisaron que los efectivos de la Ciudad de Buenos Aires están alertados de esta modalidad delictiva, en la que menores, que simulan ser vendedores ambulantes (medias, pañuelos, bolsas de residuos, etc,) roban en la vía pública o comercios como bares o locales de comidas rápidas.

“La situación social y económica hace que muchas personas deban subsistir vendiendo en la calle, y la enorme mayoría lo hace honestamente. Pero algunos aprovechan esta situación para robar organizados con la misma mercadería y aprovechando las penas leves cuando son detenidos”, indicaron. Mientras, “los investigadores tratan para dar con los adultos que organizan criminalmente a estos menores, proveyendo la mercadería y entrenando dónde y cómo robar”.

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La recomendación que hace la Policía de la Ciudad es que cuando la gente vea a estos falsos vendedores llamen al 911. “En los casos donde la policía detuvo a estos jóvenes delincuentes, venían de municipios de PBA sólo a robar, y no portaban armas. Su estrategia es amedrentar de palabra, y huir ante gritos o resistencia de la víctima, para no ser detenidos por el personal policial”, explicaron.

Según el mapa del delito de la Ciudad de Buenos Aires, los hurtos ocupan el segundo lugar en el ranking, que es liderado por los robos casi siempre de celulares. El último informe, de 2021, asegura que se cometieron 36.443 hurtos en la Ciudad de Buenos Aires. Balvanera en la Comuna 3, y Retiro y Constitución en la Comuna 1, son los barrios más afectados por el gran caudal de personas en los centros de transbordo (tren, subte y dársenas de colectivo).

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