Barbarie en Moreno: asaltaron y mataron a botellazos a una empleada de estación de servicio mientras iba a su trabajo

Débora Ríos tenía 36 años y era madre de un chico de 13. Rogó por su vida antes de que la asesinaran. Los investigadores sospechan que fue atacada cuando se resistió al robo e intentó defenderse con gas pimienta. Hay dos detenidos

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Zona del crimen: la joven fue interceptada por tres delincuentes en la intersección de las calles Malabia y San Fernando.
Zona del crimen: la joven fue interceptada por tres delincuentes en la intersección de las calles Malabia y San Fernando.

Una mujer de 36 años fue asesinada este lunes por la madrugada en el partido bonaerense de Moreno, cuando se dirigía desde su casa a su trabajo tras resistirse a un asalto e intentar defenderse con gas pimienta. Las pericias indican que una botella habría sido el arma empleada.

La víctima fue identificada como Débora Ángela Ríos (36) y se desempeñaba como empleada en una estación de servicio de la localidad de Cuartel V, cerca de su domicilio.

Su cadáver fue hallado pasadas las 4 de esta madrugada en el cruce de Malabia y la avenida San Fernando. Estaba tendido boca arriba, con manchas de sangre en el rostro, golpes en la cabeza, cortes en su cuerpo y vestida con el uniforme de YPF, ya que trabajaba para esa firma.

Junto al cuerpo, la policía encontró y preservó una botella de cerveza que podría ser el arma homicida. A un metro de la cabeza de la víctima, en tanto, los investigadores hallaron un aerosol de gas pimienta.

La principal hipótesis de los investigadores es que Ríos fue interceptada por algún delincuente que quiso asaltarla o atacarla con algún otro motivo, intentó defenderse con el gas irritante y luego fue asesinada a golpes.

El caso está en manos de la fiscal Karina Saucedo. Fuentes cercanas a la investigación confirmaron a Infobae que a la mujer fue abordada por tres sujetos cuando se dirigía caminando hacia una parada de colectivos que queda a dos cuadras de su casa”.

Un testigo declaró que Ríos le pedía por favor a los delincuentes que no la mataran porque tenía un hijo. Sin embargo, poco escucharon sus súplicas y “fue gravemente herida”, precisaron. “Tenía un gran golpe en la cabeza y estamos investigando con qué elemento lo pudieron haber hecho. Además, presentaba heridas cortantes en el estómago”, detallaron. A la mujer le robaron la mochila y su teléfono celular. Le dieron aproximadamente 31 puñaladas y falleció por traumatismo craneal producido en principio por patadas.

Por el crimen fueron aprehendidos dos varones mayores de edad. “Uno tiene 18 años y el otro 20. Ambos viven cerca de la víctima. Uno de ellos, a dos cuadras”, informaron, mientras que por la tarde se realizarán otros procedimientos en busca del tercero que falta.

Débora Ríos tenía 36 años y un hijo de 13 años
Débora Ríos tenía 36 años y un hijo de 13 años

La víctima vivía con su madre, que era quien se encargaba de cuidar de su hijo cuando iba a trabajar. Su cuerpo fue identificado en el lugar por su propio hermano, quien explicó que viven en una de las casas del barrio Aras San Juan, ubicado a poco metros, y que ella salía todos los días a las 4 de la madrugada rumbo a su trabajo.

“Cuando llegamos a las seis menos diez de la mañana y nos enteramos de esta lamentable noticia no lo podíamos creer. Era muy buena compañera, siempre estaba en todos los detalles para ayudar. Era una excelente mamá y amiga”, dijo a TN una compañera de Débora.

Al igual que la víctima, esta mujer entraba a trabajar a las 6 en una estación de servicio YFP situada en Olivos, partido Vicente López. “Débora tenía dos horas de viaje y salía todos los días de su casa a las 4 de la mañana. Ella nos contaba que era una zona insegura y oscura”, relató. “Recién ahora pudo comprarse un terrenito y hacerse su casa. Su hijo era quien la ayudaba a hacer las cosas de la casa y siempre ayudaba a sus dos hermanos. Le arrebataron su vida, su futuro, todo”, recordó otro de sus compañeros.

Según contaron, Débora siempre llevaba el gas pimienta en la mano porque no descartaba tener que enfrentar algún hecho de inseguridad. “Salía todos los día de noche y se si perdía el colectivo tenía que caminar unas 20 cuadras para tomar el otro y no llegar tarde” explicaron.

Tras enterarse de esta trágica noticia, se lamentan no poder asistir a despedir sus restos debido a que por la pandemia de coronavirus están prohibidos los funerales con público.

La fiscal Saucedo ordenó la preservación de la escena del crimen para el trabajo de los peritos, el secuestro de la botella y del gas pimienta y el envío del cadáver a la morgue para la correspondiente autopsia.

Con información de Cinthia Ruth

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