El Acusticazo del ‘72, el unplugged criollo que se anticipó dos décadas a la movida que impulsó MTV

De la mano de Litto Nebbia, León Gieco, y el percusionista Domingo Cura, Argentina hizo punta en los conciertos “desenchufados” con el Acusticazo, que además fue el primer festival de rock de habla hispana que se editó en disco. Miguel Krochik, que aportó la canción Guilmar y luego fundó los estudios Panda, cuenta la historia

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La nota sobre el Acusticazo en la revista Pelo
La nota sobre el Acusticazo en la revista Pelo

Musicalmente hablando, cuando todo era nada, los comienzos fueron acústicos. Desenchufados. Menos el rock, que comenzó con una guitarra eléctrica. Por lo que el unplugged, ese artilugio que el mercado aprovechó más que los artistas, apareció casi 40 años después de Elvis Presley, para sorprender al público más joven, mientras de paso renovaba algunos repertorios que habían quedado en la historia. Dar formato acústico a éxitos que nacieron electrificados.

Empujados por los canales televisivos dedicados a la música, desde Neil Young hasta Soda Stereo cayeron en esos fogones telemáticos en el que canciones que creían fuera del sistema volvían a celebrarse como años atrás. Aunque después terminó en lo obvio, en alguno de esos desenchufados uno agregó un tecladito mínimo que hacía el sustain en alguna canción casi imperceptiblemente. Así que atrás vino otro que enchufó el bajo, tras eso una guitarra. En fin, todo fue volviendo a la normalidad.

La música "acústica" tuvo un desarrollo importante a principios de la década del '70. Aquí, un afiche encabezado por Miguel Krochik con León Giego y el Dúo Miguel y Eugenio (Gentileza Miguel Krochik)
La música "acústica" tuvo un desarrollo importante a principios de la década del '70. Aquí, un afiche encabezado por Miguel Krochik con León Giego y el Dúo Miguel y Eugenio (Gentileza Miguel Krochik)

Lejos estaba el unplugged de ser una idea original. Como todo, en este raro rincón del planeta ya lo habían hecho. Más exactamente en 1972, cuando tuvo lugar el “Acusticazo”. Hoy, que el rock está para el museo acompañando al jazz, al tango y a la música clásica, existe en las nuevas generaciones, la de nuestros hijos, un fervor antropológico al respecto.

Más allá de lo ya conocido de nuestro rock -Sandro, Almendra, Soda Stereo, Fito Paez, Babasónicos y demás-, rasguñan los chicos el fondo de la olla para hallar eslabones perdidos que abran nuevas ventanas a sus juveniles ansias.

Litto Nebbia y Domingo Cura hacen "Vamos, Negro"

El botón de muestra al respecto es el hallazgo de Eminem, el rapero blanco más popular en el hemisferio de arriba, que en su último disco, nada menos que en el tema de difusión para el mercado americano, nos topamos con un sampleo de “Amame peteribí” de Pescado Rabioso II. Justamente de 1972. Es decir, no era gilada el rock argentino en esos días. Tienen donde adquirir sapiencias las chiquilinas.

El Acusticazo fue básicamente un concierto que organizaron Litto Nebbia, Leon Gieco y Domingo Cura para regocijo casi personal. Ocurrido en un teatro que ya no existe, llamado Atlantic, se sumaron al trío original Raul Porchetto, Edelmiro Molinari recién separado de Almendra, su esposa Gabriela que fue quien por primera vez puso impronta femenina en el rock argentino, Miguel y Eugenio, Miguel Krochik y David Lebón debutando como solista. Fue una noche memorable, plena de creatividad y buena energía.

Algunos amigos faltaron, por ejemplo Uña Ramos el gran quenista humahuaqueño que en esos momentos estaba ya radicado en París después de haber grabado su “El condor pasa” con Simon y Garfunkel, o Roque Narvaja que recién terminada su aventura en La Joven Guardia estaba abocado a su primer disco solista y Ricardo Soulé que no paraba de girar con Vox Dei disfrutando de ver a toda la escena rock nacional debajo de ellos en ese momento.

Dos anuncios de conciertos acústicos que salieron en Clarín (gentileza Miguel Krochik)
Dos anuncios de conciertos acústicos que salieron en Clarín (gentileza Miguel Krochik)

Alcanzó lo presentado igual, el público ovacionó a cada uno de los que ocuparon el escenario, todo very hippie si se mira desde este siglo pero muy adecuado para el momento.

El rock estaba tomando vuelo y fue el Acusticazo la mejor forma de ratificar el origen. Incluso se editó un disco del evento, que terminó siendo el primer disco de rock argentino grabado en vivo, además de ser el antecedente más antiguo de los efímeros y noventosos unplugged.

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Todo esto hoy está old fashioned, pasado de moda, out. Pero, y no siempre hay un pero para estas cosas, sé de varios jóvenes músicos que están buceando en discos de esos años tratando de encontrar la raíz de su arte. Es que el rock es en todo caso la primera música de fusión que conlleva pureza. Tanto el rock americano que es una fusión de blues, jazz y country music, como el británico que al blues y al jazz le sumó el skiffle, el rock vernáculo al jazz y al blues le sumó folklore, eso lo hace tan legítimo como a los otros y le da el sabor y sonido particular que hizo escuela en toda Latinoamérica durante casi 20 años, años en los que desde Charly García hasta Los Enanitos Verdes rompían límites geográficos expandiendo nuestras músicas. Esas fusiones son lo que hizo inagotable el cántaro de su influjo.

Algunos nombres de ese primer Acusticazo perduran, otros quedaron bien atrás, aunque hay un caso especial en esos pioneros: Miguel Krochik.

Miguel Krochik en el Acusticazo canta "Guilmar"

Krochik aportó en ese disco del show una canción, Guilmar, que después da nombre a su álbum debut y despedida. El nombre, dice Krochik en el concierto, remite a una mujer brasileña. Una composición realmente hermosa que se difundió bastante en su momento, que después en su álbum regrabó con el violinista Sergio Polizzi. Del 72 al 74, que se edita su disco, Miguel Krochik tocó en los shows de Sui Generis, Arco Iris y León Gieco.

Quizás fue la tardanza en la edición la que atentó contra los buenos augurios que precedían al disco, que ciertamente pasó algo desapercibido.

Quizás fue que en el medio del Acusticazo y la edición salieron Artaud de Spinetta, el Pappo’s Blues vol 3, Vida de Sui Generis o Muerte en la catedral de Nebbia. “Guilmar” quedó entonces bastante huérfano.

La foto del sobre de Guilmar, el disco de Miguel Krochik
La foto del sobre de Guilmar, el disco de Miguel Krochik

“Llueve hoy en los caminos

El cielo se nubla más y más.

Llueve hoy en los caminos

El cielo se nubla más y más.

Aquí estamos juntos tu y yo

Aquí estamos sueños tu y yo.

Llueve hoy en los caminos

El cielo se nubla más y más.

La hallaré mi Guilmar

Te hallaré mi Guilmar.

Llueve hoy en los caminos

Ya no podremos regresar.

El mañana nunca llegará

Soñaremos juntos tu y yo.

Estoy buscando tu voz

Te hallaré mi Guilmar.”

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Lindísima, Krochick la canta muy bien. La verdad es que yo era bastante chico para agarrarla cuando salió, pero había musicalizadores de radio que la ponían cada vez que daba. Quiero decir que en cada pequeño hueco del tracklist de cualquier programa agarraban “Guilmar” para que salga al aire. La verdad es que entraba en cualquier programa distendido. Era un disco que no tenía cualquiera, y el que lo tenía no lo prestaba.

La contratapa del disco de Miguel Krochik
La contratapa del disco de Miguel Krochik

Krochik es muy conocido y respetado en el ambiente rocker, algo que no pasa muy asiduamente. Así que no dudo en preguntarle lo que quiero saber.

“Yo soy fundador del Acusticazo, junto con Litto Nebbia, Leon Gieco, Edelmiro, Gabriela, Domingo Cura, David Lebon, Raul Porchetto, Carlos Fregman. Con ellos hicimos el primero. Llegó la propuesta después de un recital en el Cardenal Copello de Villa Devoto con Arco Iris. Cuando bajo del escenario, después de abrirles el show, estaban esperándome Ara Tokatlian, Santaolalla, Dana, todos. Me felicitaron y me ofrecieron sus contactos con tipos de la industria. Unos días después le llevé a los chicos de Arco Iris unos demos que me habían pedido, ellos lo llevaron a la revista Pelo que organizaba el show y me llamaron para contratarme. Fue hermoso todo”.

“El día del show llegué temprano para hacer la prueba de sonido, no conocía a nadie. A los músicos los conocía de nombre nada mas. El que estaba era Robertone que fue quien grabó el recital. Emocionante estar tocando junto a Litto Nebbia, Domingo Cura, Edelmiro Molinari, León y Porchetto que recién empezaban como yo. Toqué Guilmar, que me dio la posibilidad de grabar el disco. Hubo quien dijo que Guilma” fue el Acusticazo. Después de la edición del álbum empecé a tocar en todo el país, en Uruguay también.

Miguel Krochik, "No existe el te fuiste"

En 2017 se hizo otro Acusticazo, donde estuvieron Catupecu, BumBum Kid, Salta la Banca y se mezclaron las generaciones. Estuvo muy bien. Este 2022 se conmemoraron 50 años del primero.

“Este año lo hicimos en el Auditorio Belgrano con Ricardo Soulé, que no pudo estar en el primero. Roque Narvaja también estuvo, Litto, Pochetto y yo como fundadores. Estuvo lleno, con más de 1000 personas. Salió muy bien. El Acusticazo fue el primer recital de rock editado en habla hispana. Fueron años hermosos, tocando con La Cofradía de la Flor Solar, Sui Generis, Pedro y Pablo… Días con mucha música y poesía.”

Muchos finales tiene esta historia, aunque siguen tocando Acusticazos con público renovado, nuevo. Miguel Krochik, después del disco, abandonó los escenarios unos años, que dedicó a construir el mítico estudio Panda, donde se grabaron discos fundamentales para todos los argentinos.

Miguel Krochik fue el creador de los Estudios Panda. Aquí con Charly García Crédito: Sebalt86
Miguel Krochik fue el creador de los Estudios Panda. Aquí con Charly García Crédito: Sebalt86

Sumo, los Decadentes, Gilda, Redondos de Ricota, Charly, Spinetta, Soda Stereo, Babasónicos. Asimismo, uno de los socios de Krochik fue el autor del famoso “Cara de Gitana” que grabó Daniel Magal.

Sin dudas lo más parecido a Abbey Road que hubo por acá fue Panda. Miguel es una página importante en la historia del rock nacional. Como muchos otros hoy, fuera de la conversación, pero a los que sin dudas les llegará el reconocimiento. Lo de ser pionero es divino cuando se lo reconoce. Ojalá un día se haga justicia completa con todos ellos.

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