En 2019, penúltimo año pre-legalización, las muertes maternas por aborto fueron 18 en todo el país

Las cifras publicadas por el Ministerio de Salud muestran un marcado descenso de la mortalidad debida a “embarazo terminado en aborto”. No llegaron a la veintena. En el mismo período, 471 mujeres murieron por “deficiencias nutricionales”

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EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo
EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo

El Ministerio de Salud de la Nación publica las estadísticas vitales con un año de demora -esta vez incluso un poco más debido a la pandemia- ,y en ellas puede verificarse un marcado descenso de la mortalidad materna, particularmente en la causal “embarazo terminado en aborto”, según señala en Notivida la licenciada Mónica Del Río, quien hace el seguimiento sistemático de estos datos.

Las muertes que podrían estar vinculadas a un aborto provocado fueron sólo 18 en todo el año en todo el país. Esto representa el 0,16% de las muertes de mujeres en edad fértil, que fueron 10.908 en ese mismo período.

Cifras que contrastan fuertemente con el relato en el cual se sustentó el reclamo de la legalización del aborto como un tema de urgencia sanitaria y con el argumento, repetido hasta el cansancio pero no por ello menos falaz, de que había que evitar la muerte de cientos de mujeres.

“De las 25 muertes maternas por ‘embarazo terminado en aborto’, por lo menos 7 no tienen ningún vínculo con el aborto procurado (porque refieren a ectópicos, espontáneos…) por lo que el tope de muertes a causa de un aborto inducido en 2019 es 18”, explica Del Río.

Desagregadas por distrito vemos que sólo la Capital Federal y las provincias de Buenos Aires, Catamarca, La Rioja, Río Negro, Salta, Santiago del Estero, Tucumán Y Santa Cruz registraron muertes por es causal. La enorme mayoría de las provincias no registró ninguna muerte materna debida a un aborto inducido.

NOTIVIDA
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Durante el 2019, hubo un total de 166.285 defunciones femeninas. Las primeras causas de esta muertes fueron: enfermedades del corazón (34.917), tumores malignos (30.252), neumonía e influenza (17.040), enfermedades cerebrovasculares (9.526) y septicemias (5.887).

Más aún, 471 mujeres fallecieron por deficiencias nutricionales durante 2019. Es decir, mala alimentación. Hambre.

Hubo 578 suicidios de mujeres, de los cuales el 55 por ciento tenía menos de 35 años.

Y, como se señaló. del total de 10.908 muertes de mujeres en edad fértil, sólo 18 podrían estar vinculadas a un aborto provocado; el 0,16 por ciento. Y, del total de muertes maternas, es decir de muertes de mujeres durante el embarazo, en el parto o, como consecuencia de éste, las vinculadas a un aborto inducido representan sólo el 9,5 por ciento.

NACEN CADA VEZ MENOS ARGENTINOS

Otro rubro que destaca Mónica Del Río es el de los nacimientos, un número que “sigue con el marcado descenso que comenzó en 2014, y en 2019 decreció otro 8,7 %”. El total de nacimientos en 2019 fue de 625.441, la menor cifra desde 1980.

La tasa de natalidad (número de nacimientos por cada mil habitantes) que en 2018 fue de 15,4, volvió a caer en 2019: fue de 13,9 nacimientos por cada 1.000 habitantes.

Del 1 de enero al 1 de diciembre de 2018, se han presentado 196 mujeres embarazadas contagiadas por zika y 41 casos de microcefalia.
Del 1 de enero al 1 de diciembre de 2018, se han presentado 196 mujeres embarazadas contagiadas por zika y 41 casos de microcefalia.

Las causas de esta caída, que no parecen ser motivo de alerta para el Gobierno, ameritan un estudio a fondo. Pero no se puede dejar de notar hasta qué punto las autoridades, o al menos parte de ellas y de un modo transversal, dejan instalarse, cuando no la promueven abiertamente, una cultura antinatalista. La ley de aborto votada por el Congreso argentino no prevé ninguna instancia de reflexión ni de disuasión; por el contrario, está diseñada de modo de garantizar que baste la voluntad expresada para que con celeridad digna de mejor causa se ponga en marcha el mecanismo para evitar un nacimiento.

El espíritu de eugenesia social estuvo presente en todo el debate de la ley: el aborto fue promovido y concebido por muchos legisladores como “solución” a la pobreza. Muchos defensores del proyecto hablaron en nombre de las mujeres pobres a las que claramente ni siquiera conocen.

En medio de una crisis socioeconómica que ha sumido en la pobreza al 40 por ciento de la población, porcentaje que, si hablamos de niños y adolescentes, trepa al 50 por ciento; y en medio de la mayor emergencia sanitaria de que se tenga memoria, el Ejecutivo y el Congreso consideraron necesario postergar todo en aras de lo más “urgente”: legalizar el aborto.

De “gobernar es poblar”, nada. Tampoco de “gobernar es dar trabajo”. Y de “gobernar es incluir”, tampoco, aunque así lo declamen, considerando que dejaron sin educación durante más de un año a un millón de niños pobres en los barrios más humildes del AMBA.

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