Por la cuarentena, la contaminación del aire bajó a la mitad en la ciudad de Buenos Aires

Se debe principalmente a la disminución del tráfico vehicular. Según datos oficiales, en las autopistas porteñas la circulación cayó más de un 70%

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(Maximiliano Luna)
(Maximiliano Luna)

La cuarentena casi global y la menor circulación de vehículos en las ciudades ha mejorado notablemente la calidad del aire en muchos lugares del mundo. El registro se repite en Buenos Aires, en donde las partículas contaminantes que respiramos se han reducido a la mitad. Así lo informó la Secretaría de Ambiente de la ciudad de Buenos Aires, a través de la Agencia de Protección Ambiental (APrA), que realizó un relevamiento de los parámetros de contaminación atmosférica entre los días 20 y 25 de este mes, es decir, desde el inicio de la cuarentena obligatoria y hasta el día posterior al fin de semana largo.

Las mediciones que se realizan en la ciudad en cinco puntos fijos –no se hace monitoreo móvil– detectan la presencia de monóxido de carbono (CO), óxido de nitrógeno (NOx), dióxido de nitrógeno (NO2) y material particulado 10 (mp/10). “Todas las mediciones se tomaron en las estaciones de control atmosférico ubicadas en La Boca, Rodríguez Peña y Avenida Córdoba, y Parque Centenario, y la conclusión de este relevamiento indica que los valores han disminuido un 50% en relación al mismo período de 2019”, detalló la dependencia mediante un comunicado.

Esta fuerte reducción en todos los parámetros se debe especialmente a la disminución del tráfico vehicular. “Más allá de la situación atípica por la que estamos pasando a nivel global es importante destacar que disminuir el uso de medios de transporte que emiten gases contaminante es la salida para mejorar la calidad de aire de las grandes ciudades. El reemplazo de este tipo de transporte deberá ser una de las grandes acciones que habrá que mantener una vez que hayamos podido superar la pandemia”, sostuvo Eduardo Macchiavelli, secretario de Ambiente de la Ciudad.

(Adrián Escandar)
(Adrián Escandar)

El reporte también indica que, si bien con el inicio de la cuarentena todos los valores disminuyeron fuertemente, en las horas previas al anuncio del gobierno nacional se registró un marcado aumento de todas las emisiones debido a que los vecinos salieron a hacer compras y ultimar detalles antes de las 12 de la noche, hora de comienzo del aislamiento obligatorio.

El seguimiento ofreció los resultados:

*El valor promedio de Material Particulado/10 es de 30 ug/m3 mientras que la línea guía de OMS es de 50 ug/m3.

*El valor promedio para Monóxido de Carbono es de 0,5 ppm y la línea guía de la OMS es de 1,0 ppm

*Si bien la OMS no tiene valores guía para el Óxido de Nitrógeno porque es un valor utilizado para medir emisiones de gases contaminantes más que de impacto en la salud, el promedio en estos días ha sido de 20 ppb; por debajo de los valores promedio de la Ciudad.

*Por último, el valor promedio para el Dióxido de Nitrógeno ha sido 35 ppm y, según la OMS el valor guía es del 106 ppm.

Las noticias sobre cielos más limpios comenzaron hace unas semanas cuando se reportaba el notable cambio en ciudades como Beijing o México DF. Y, aunque esto aparece como un aliciente en el negro panorama que el coronavirus nos brinda, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que la lucha contra la acción climática no debe detenerse. Los esfuerzos para controlar la pandemia de coronavirus han reducido la actividad económica y conducido a mejoras localizadas en la calidad del aire. “Pero es demasiado pronto para evaluar las implicaciones para las concentraciones de gases de efecto invernadero que son responsables del cambio climático a largo plazo. Los niveles de dióxido de carbono en las estaciones de observación clave han sido, hasta ahora, más altos que el año pasado”, aclaró en un comunicado esta organización.

(Thomas Khazki)
(Thomas Khazki)

Para su director, es irresponsable minimizar los enormes desafíos de la salud y la pérdida de vidas que causa el COVID-19 a pesar de las reducciones locales de contaminación y la mejora en la calidad del aire.

“Sin embargo, ahora es el momento de considerar cómo usar los paquetes de estímulo económico para apoyar un cambio a largo plazo hacia prácticas comerciales y personales más amigables con el ambiente y el clima”, aseguró Petteri Talas.

Añadió que la experiencia pasada sugiere que la disminución de las emisiones durante las crisis económicas es seguida por un rápido aumento y que es necesario cambiar esa trayectoria. "El mundo necesita demostrar la misma unidad y compromiso con la acción climática y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que contener la pandemia de coronavirus. El fracaso en la mitigación del cambio climático podría conducir a mayores pérdidas tanto de vidas como económicas durante las próximas décadas", dijo.

Según un análisis realizado para Carbon Brief, el bloqueo y la reducción de la actividad económica en China condujeron a una reducción estimada del 25% en las emisiones de CO2 durante cuatro semanas. El sistema de vigilancia atmosférica mundial de la OMM Global Atmosphere Watch coordina la observación a largo plazo de las concentraciones de gases de efecto invernadero a escala planetaria.

Las emisiones representan lo que pasa a la atmósfera, mientras que las concentraciones representan lo que queda en la atmósfera después del complejo sistema de interacciones entre la atmósfera, la biosfera, la litosfera, la criosfera y los océanos.

El dióxido de carbono permanece en la atmósfera y los océanos durante siglos. Esto significa que el mundo está comprometido con el cambio climático continuo, independientemente de cualquier caída temporal en las emisiones debido a la epidemia de coronavirus, asegura la OMM.

Alrededor de una cuarta parte de las emisiones totales es absorbida por los océanos. Otro cuarto es absorbido por la biosfera terrestre, incluidos los bosques y la vegetación que actúan como “sumideros” de carbono. Naturalmente, la biosfera terrestre absorbe una cantidad similar de CO2 que libera durante el año en un ciclo estacional. Por lo tanto, los niveles globales promedio de CO2 generalmente aumentan hasta abril y mayo.

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