Los anticoagulantes pueden mejorar cuadros leves de COVID-19, según un nuevo estudio

Una investigación encabezada por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de EEUU, mostró que esos medicamentos pueden evitar el ingreso de algunos pacientes a terapia intensiva, pero no mejora a quienes padecen casos graves de coronavirus. Los detalles

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Un sanitario revisa el estado de un paciente afectado por la covid-19 en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Clínico de la Universidad de Chile en Santiago (Chile). EFE/Alberto Valdés/Archivo
Un sanitario revisa el estado de un paciente afectado por la covid-19 en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Clínico de la Universidad de Chile en Santiago (Chile). EFE/Alberto Valdés/Archivo

Una de las observaciones que hicieron los científicos en el transcurso de la pandemia por SARS-CoV-2 fue que las personas que tomaban anticoagulantes tenían mejores tasas de supervivencia si contraían COVID-19, respecto de quienes no usaban ese medicamento.

Recientemente, especialistas del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI, por sus siglas en inglés), que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU, lideraron un estudio colaborativo entre 5.500 pacientes hospitalizados infectados con COVID-19, de los cuales 1.074 estaban en estado crítico y 2.219 en estado moderado. La mitad de los sujetos del estudio de cada grupo recibió una dosis completa del anticoagulante heparina y la otra mitad recibió una dosis baja.

Al término del estudio, los especialistas constataron que un anticoagulante de dosis completa redujo la necesidad de soporte de órganos, como por ejemplo el respirador mecánico, para los pacientes con enfermedades moderadas y mejoró sus posibilidades de salir del hospital.

En cambio, los pacientes con COVID-19 críticamente enfermos que debieron ser ingresados a una unidad de cuidados intensivos no tuvieron los mismos resultados cuando recibieron este tratamiento.

“Estos resultados constituyen un ejemplo convincente de lo importante que es estratificar a los pacientes con diferente gravedad de la enfermedad en los ensayos clínicos”, consideró el médico Gary Gibbons, director del NHLBI, en un comunicado.

La trascendencia del estudio, más allá de detectar la efectividad específica que pueden tener los anticoagulantes, advierte a los médicos que “lo que podría ayudar a un subgrupo de pacientes podría no ser beneficioso, o incluso perjudicial, en otro”.

Al comienzo de la pandemia, los médicos notaron un número creciente de pacientes con coronavirus con coágulos de sangre, ya sea en los pies, que causan hematomas conocidos como “dedos COVID”, hasta bloqueos en el cerebro que conducen a accidentes cerebrovasculares o la muerte.

Estudios anteriores de los Países Bajos y Francia encontraron que hasta un tercio de los pacientes con COVID-19 gravemente enfermos habían sufrido una embolia pulmonar. Esto ocurre cuando los coágulos de sangre viajan a los pulmones y provocan una obstrucción amenazante en las arterias. También un estudio realizado en EEUU indicó que el tratamiento de pacientes con coronavirus con anticoagulantes podría ayudar a aumentar sus posibilidades de supervivencia.

Los pacientes que presentan cuadros leves pueden beneficiarse de los anticoagulantes (EFE/Mauricio Torres/Archivo)
Los pacientes que presentan cuadros leves pueden beneficiarse de los anticoagulantes (EFE/Mauricio Torres/Archivo)

De esta forma, algunos investigadores notaron que los anticoagulantes podían prevenir los coágulos de sangre mortales, pero no sabían a qué dosis o en qué momento de la infección podrían ser efectivos.

Para el estudio, publicado en The New England Journal of Medicine, el equipo analizó a 1.074 pacientes críticamente enfermos y 2.219 pacientes moderadamente enfermos. Los pacientes moderadamente enfermos se definieron como aquellos que fueron hospitalizados pero no necesitaron soporte orgánico, mientras que los pacientes críticamente enfermos se definieron como hospitalizados y con necesidad de cuidados intensivos.

En abril de 2020, los pacientes recibieron una dosis baja o una dosis completa de heparina, un medicamento usado para evitar la formación de coágulos de sangre. Los investigadores analizaron los resultados hasta diciembre de ese año.

Descubrieron que reducía la necesidad de soporte de órganos, como la ventilación mecánica, para pacientes moderadamente enfermos en un 99% en comparación con aquellos que recibieron dosis bajas. Para los pacientes críticamente enfermos, la dosis completa no redujo la necesidad de soporte de órganos ni aumentó sus posibilidades de superar la enfermedad.

“Las conclusiones formales de estos estudios sugieren que iniciar la anticoagulación terapéutica es beneficioso para los pacientes moderadamente enfermos y una vez que los pacientes desarrollan COVID-19 grave, puede ser demasiado tarde para que la anticoagulación con heparina altere las consecuencias de esta enfermedad”, dijo una de las autoras, Judith. Hochman, decana asociada senior de Ciencias Clínicas de la Universidad de Nueva York.

Los médicos han “observado que en algunas personas que murieron a causa del COVID-19, se formaron coágulos de sangre en todo el cuerpo, incluso en los vasos sanguíneos más pequeños (EFE/Carlos Ortega/Archivo)
Los médicos han “observado que en algunas personas que murieron a causa del COVID-19, se formaron coágulos de sangre en todo el cuerpo, incluso en los vasos sanguíneos más pequeños (EFE/Carlos Ortega/Archivo)

“El medicamento evaluado en estos ensayos es familiar para los médicos de todo el mundo y es ampliamente accesible, lo que hace que los hallazgos sean altamente aplicables a los pacientes con COVID-19 moderadamente enfermos”, agregó.

En un comunicado los autores puntualizaron que los investigadores han “observado que en algunas personas que murieron a causa del COVID-19, se formaron coágulos de sangre en todo el cuerpo, incluso en los vasos sanguíneos más pequeños. Los antitrombóticos, que incluyen anticoagulantes o anticoagulantes, ayudan a prevenir la formación de coágulos en determinadas enfermedades. Los médicos no sabían qué fármaco antitrombótico, qué dosis y en qué momento durante el curso de COVID-19, los antitrombóticos podrían ser efectivos”.

“Para responder a estas preguntas urgentes, tres socios internacionales se reunieron y armonizaron sus protocolos de ensayo para estudiar los efectos del uso de una dosis completa o terapéutica de la heparina anticoagulante frente a una dosis baja o profiláctica de heparina en pacientes en estado crítico y moderado, hospitalizado con COVID-19″, subrayaron.

“Es necesario trabajar más para continuar mejorando los resultados en pacientes con COVID-19”, dijo Matthew D. Neal, MD, profesor asociado de cirugía Roberta G. Simmons en la Universidad de Pittsburgh, coautor del estudio de enfermedad moderada. “Dado lo que sabemos sobre el tipo de coágulos de sangre en pacientes con COVID-19, probar agentes antiplaquetarios es un enfoque particularmente interesante”, agregó.

Valentin Fuster, médico en jefe del Hospital Mount Sinai y uno de los autores de ese estudio realizado a 2.733 pacientes, dijo que las observaciones se basan solo en una revisión de registros médicos y que se necesitan estudios más rigurosos y aleatorizados para sacar conclusiones más amplias, pero que los resultados son prometedores.

“Mi opinión es que hay que ser cautelosos, pero debo decirles que creo que esto ayudará”, dijo. Y añadió: “Esto abre la puerta para saber qué drogas usar y qué preguntas responder”.

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