Finalizado el 2020 en el que la pandemia por el nuevo coronavirus cruzó todas las estadísticas mundiales, hay un dato en Argentina que llama la atención y genera una alarma a futuro: el índice de confianza en las vacunas disminuyó más de un 7% en 2020 con respecto al año anterior.
Se sabe que la vacunación tiene un impacto directo en la reducción de la prevalencia de enfermedades evitables y muertes tempranas: la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que las vacunas evitan entre 2 y 3 millones de muertes por año por enfermedades como el tétanos, difteria, tos convulsa y sarampión. Además, puede evitar algunas formas de cáncer (cuello uterino y otros ginecológicos) y Hepatitis B (el carcinoma hepático). Además, reducen el consumo de antibióticos y la resistencia de las bacterias a los mismos.
Y la Argentina cuenta con uno de los calendarios de vacunación más actualizados y completos del mundo. Pero con el surgimiento de la pandemia por coronavirus a fines de 2019 y la búsqueda incesante de la comunidad científica internacional por lograr una vacuna que prevenga la enfermedad que genera (COVID-19), las vacunas sufrieron en todo el mundo un golpe en la confianza por parte de la comunidad, que en Argentina fue revelado por la Fundación Bunge y Born.
La fundación elaboró por segundo año el Índice de Confianza y Acceso a Vacunas en Argentina (ICAV) que permite analizar variaciones en el nivel de confianza de la población respecto de la importancia, seguridad y eficacia de las vacunas. Además, mide la eventual reticencia de la comunidad a vacunarse y el impacto que provoca la existencia de barreras de acceso a las vacunas.
“El objetivo del ICAV es poder generar insumos que posibiliten mejorar el diseño de los programas y las estrategias de inmunización, para así orientar de manera más eficiente los recursos en el marco de las políticas de salud pública. Este año, respecto a 2019, y pese a la robustez de los resultados, se aprecia una baja en los índices y eso nos exige estar en alerta y redoblar esfuerzos”, expresó el director ejecutivo de la Fundación Bunge y Born, Gerardo della Paolera durante la conferencia de prensa en donde estuvo presente Infobae, sobre el nuevo relevamiento de fines de 2020.
Brenda Walter, especialista en Organizaciones sin Fines de Lucro y coodinadora Senior de Proyectos de la Fundación Bunge y Born explicó que el actual informe se basa en un sondeo telefónico realizado a 7525 personas mayores de 15 años de las regiones argentina del NEA, NOA, Centro, Cuyo, Patagonia y GBA + CABA, desde el 19 de octubre hasta el 30 de diciembre de 2020. El estudio —realizado a través de un cuestionario estructurado con sistema IVR a celulares— contó con un diseño muestral aleatorio, estratificado por provincia y región. Se utilizaron estimadores de calibración, en función de datos paramétricos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010: balanceando sexo, edad, cantidad de integrantes del hogar y nivel educativo. La estimación de los intervalos de confianza se realizó mediante métodos de Montecarlo.
Guadalupe Nogués, doctora en Biología molecular y colaboradora de la Fundación Bunge y Born explicó que la medición de la confianza IVAC está basado en el modelo del Vaccine Confidence IndexTM (https://www.vaccineconfidence.org/*), desarrollado por un equipo interdisciplinario de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM, por las siglas de su nombre en idioma inglés: London School of Hygiene & Tropical Medicine), y agrega medidas según algunas variables sociodemográficas. El mismo reveló en Argentina que bajó un 7,2 por ciento la confianza en términos agregados a las vacunas en 2020. De 93,7 registrados en 2019 a 86,9 en 2020.
La experta además identificó que el índice se basa en 3 variables para los encuestados: que sean importantes, seguras y eficaces. Sobre la variable de seguridad, la confianza bajó del 95,9 en 2019 a 88,7 % en 2020, es decir -7,55%. Sobre la importancia para los niños, descendió un 5,6% de 95,4 (2019) a 89,2% (2020). Y sobre la eficacia también bajó un 5,4% de 93,7% de 2019 al 88,7% actual.
La encuesta reveló que las mujeres tienen más confianza que los hombres en las vacunas (88,1 frente al 85,7). En lo que respecta a las variables geográficas, también se confirma una baja en todas las regiones. El Gran Buenos Aires tiene el mayor valor de confianza (89.6), seguido por el centro del país (86.9), mientras que los valores más bajos pueden reconocerse en el NEA (84.6) y CABA (85).
Respecto a la variación porcentual entre años, según el grupo etario, de 15 a 20 años bajó del 90,6 al 85,5 (-5,6%); de 21 a 30 años, pasó del 91,9 al 88,1 (-4%); de 31 a 40 años descendió del 94,1 al 87, 8 (-6,7%); de 41 a 50 años bajó del 95,4 al 87,8 (-7,9%); de 51 a 65 años pasó del 95,5 al 86,3 (-9,6%) y para mayores de 65 años sufrió el mayor descenso: del 94,9 al 85 (-10,5%).
Acceso a las vacunas
Respecto al índice de Acceso, también descendió el porcentaje: 76,6 en 2019 al 39,5 en 2020, evidenciando una baja del 48%. Por región, el índice de acceso se mantuvo en un valor de alrededor del 39, con un mayor porcentaje en el GBA (40.5) y el menor se registró en la Patagonia, con 38.1. En 2019, el promedio de las distintas regiones se centró en 77. En cuanto al nivel educativo, las personas con estudios terciarios, universitarios y posgrados tuvieron un acceso levemente mayor que quienes solo cuentan con estudios primarios.
Esto quedó revelado en el cuadro sobre cobertura de vacunas en Argentina, según datos brindados por la DiCEI, tras un pedido de acceso a la información pública realizado por Chequeado.
Allí se reveló que 2020 fue el año de menor vacunación comparado a 2018 y 2019. Siguiendo con el relevamiento, se les preguntó a las personas si la cuarentena le impidió vacunarse o vacunar a los menores a su cargo. Y el 34,5% contestó que sí. La encuesta también reveló los distintos parámetros de por qué no se vacunó, según el nivel educativo o la zona.
Preguntados exclusivamente sobre la vacuna contra COVID-19, y si se la daría en caso de estar disponible, el 72% dijo que sí. Los expertos aclararon que durante el sondeo todavía no había ninguna vacuna disponible en Argentina.
Y sobre el 28% que afirmó que no se vacunaría contra COVID-19 un 43,1% indicó que no lo haría por falta de etapas de prueba. Un dato que llamó la atención de los expertos, ya que esa respuesta evidencia que gran número de la población está atenta a los estudios científicos internacionales que son publicados con frecuencia sobre la eficacia y seguridad de las vacunas.
Un 21,5% prefiere esperar y otro 20% tiene miedo por los efectos secundarios que puede generar la vacuna contra COVID-19.
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