Las claves que explican la prohibición de circulación nocturna, según los expertos

Ante el próximo anuncio de las medidas oficiales, Infobae consultó a epidemiólogos sobre su alcance y las razones detrás de la segunda ola de contagios que ya golpea a la Argentina

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El presidente Alberto Fernández va a decretar por 14 días la prohibición de la circulación nocturna en todo el país, como una de las medidas para ayudar a bajar la cantidad de contagios
El presidente Alberto Fernández va a decretar por 14 días la prohibición de la circulación nocturna en todo el país, como una de las medidas para ayudar a bajar la cantidad de contagios

Argentina volvió en los últimos días a los mismos elevados contagios por COVID-19 que supo registrar en agosto de 2020. Ayer el Ministerio de Salud contabilizó 13.835 nuevas infecciones y 146 fallecidos.

Ante este panorama, la preocupación de las autoridades de gobierno crece al mismo ritmo de los contagios y de la falta de precauciones que gran parte de la sociedad no está cumpliendo para evitar agravar la actual pandemia, especialmente los jóvenes de entre 15 y 35 años, en cuya franja etaria han crecido más las infecciones en las últimas semanas.

Es por eso que el presidente Alberto Fernández oficializará por 14 días la prohibición de la circulación nocturna, como una de las medidas para ayudar a bajar la cantidad de contagios. Si bien trasladará a los gobernadores la responsabilidad de aplicar las restricciones, el Presidente cree que de esa forma podrán frenar el crecimiento sostenido de casos de coronavirus en los sectores más jóvenes, que no respetan las normas de distanciamiento social en los principales centros urbanos y de vacaciones. Luego de la reunión virtual que realizó con los gobernadores desde la Residencia de Olivos, Fernández mantuvo ayer por la mañana otra ronda de consultas con ellos y funcionarios de su Gabinete para terminar de pulir las medidas ya anunciadas, con el aval de los informes técnicos sanitarios que prueban que la nueva ola de contagios golpea más a los jóvenes y amenaza con extenderse a otras edades.

Curva de contagios del COVID-19 en Argentina

Ante estas medidas, expertos clínicos e infectólogos dieron su opinión a Infobae, elogiando en general las nuevas disposiciones, pero también alertando de que probablemente no serán suficientes para contener la nueva segunda ola que atraviesa el país.

Creo que es una medida razonable y creo que la sociedad la está pidiendo al no frenar los contagios y ante el incremento de reuniones nocturnas principalmente de los jóvenes. Es también lo que hicieron todos los países cuando empezaron con estos rebrotes. Así que me parece adecuado que se interrumpa por lo menos el mayor riesgo que son las reuniones de jóvenes en cervecerías, bares y otros lugares”, explicó a Infobae el doctor Ricardo Teijeiro, médico infectólogo.

Y agregó: “También se tiene que ir viendo todo a medida que se observe cómo se va desarrollando la curva epidemiológica para tomar más medidas restrictivas o realizar más aperturas. En este momento se están contagiando los adultos jóvenes porque son los que más están circulando, yendo a reuniones, bares o compartiendo fiestas bailables”.

Las fiestas nocturnas no se han detenido en los lugares de veraneo en esta pandemia (Shutterstock)
Las fiestas nocturnas no se han detenido en los lugares de veraneo en esta pandemia (Shutterstock)

El médico Carlos Javier Regazzoni analizó que cualquier medida que se tome para restringir la circulación de personas va a tener un efecto en la circulación del virus y que la misma busca tener un impacto en la cantidad de infectados. “La vida y salidas nocturnas son un tema complicado hoy, y esta es una medida que hace menos daño al sistema económico. Pero tiene un efecto transitorio, por lo que habría que tomar otras medidas para frenar la circulación en forma complementaria”, explicó el especialista, que mencionó tres medidas que el Gobierno debería implementar con urgencia.

Argentina ya ingresó a la segunda ola, porque la tasa de reproducción del virus es mayor a 1. Por ello, además de la prohibición de circulación nocturna se debe realizar: 1) Cordones sanitarios, a fin de impedir la movilización de personas desde áreas de alta circulación a las de baja y viceversa. 2) Implementar un programa que multiplique por 10 los actuales testeos masivos con trazabilidad y aislamiento, ya que los mismos indican dónde hay más infectados y 3) Mayor aplicación de vacunas”.

En Mar del Plata se vive una intensa actividad nocturna a pesar de la alta circulación del virus (Christian Heit)
En Mar del Plata se vive una intensa actividad nocturna a pesar de la alta circulación del virus (Christian Heit)

Regazzoni afirmó que la primera medida es compleja por sus efectos económicos, pero necesaria a fin de evitar un confinamiento total como el ocurrido en marzo último, que sería peor. Y resaltó que el actual nivel de vacunación es muy bajo, con 50.000 aplicaciones semanales, cuando en realidad debería escalarse a 1 millón cada 7 días para inocular con 60 millones de dosis a por lo menos 30 millones de argentinos en 14 meses. A este ritmo tardaríamos años en lograrlo.

Y brindó un panorama desalentador al mirar los números actuales de infecciones. “Dada la epidemia actual, Argentina va hacia el confinamiento total. Además, si la epidemia sigue en el ritmo que está, no hace falta que decretes la cuarentena. La propia epidemia te va a restringir y eso ya se ve ahora con la caída de reservas para vacaciones en Mar del Plata, por ejemplo. Por uno lado tenés a la gente con temor de veranear y juntarse con otros y por otro lado tenés más cantidad de enfermos que se autolimitan. La situación epidemiológica hoy es crítica y hay que tomar decisiones difíciles, porque el virus no repara en edades al momento de contagiar y contagia más a quienes circulen más, como lo hacen ahora los jóvenes.

Cantidad de fallecidos por COVID-19 desde la llegada del virus a la Argentina

La doctora Cristina Freuler, médica infectóloga, jefa del Departamento de Medicina Interna del Hospital Alemán, afirmó: “Creo que es una medida más que puede ayudar bastante a disminuir los contagios sin afectar tanto la actividad económica. El hecho de que comience a las 0 horas sería bastante lógico pensando en restaurantes y bares. Si lo cierran a las 23 implica que la persona haya terminado de comer y ya esté de vuelta en su domicilio. Eso disminuye la posibilidad de trabajar en locales donde ya lo hacen con la mitad de la gente sentada debido al distanciamiento. Me parece bien que no se aplique de la misma manera en todo el país, ya que no son las mismas realidades las que se viven en las grandes ciudades, en lugares de veraneo o en pequeños pueblos”.

Y precisó: “Si bien es solo una medida más, esto no quita que los jóvenes siguen haciendo fiestas clandestinas que terminan a las 5 de la mañana. Me parece que siempre lo más importante es la concientización de esos jóvenes, que no son niños. Son personas que ya tienen capacidad de razonar, por lo que se debería trabajar más en eso”.

Para el doctor Lautaro de Vedia, médico infectólogo y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), el propósito de la medida es reducir la cantidad de casos. “En la ciudad de Buenos Aires tenemos un número de casos que no teníamos desde agosto/septiembre, con 1.500 infectados diarios. Es un nivel muy elevado, por eso algo hay que hacer. Esta prohibición de la circulación es correcta, pero tiene que ser transitoria, fuerte y que genere impacto. Y tiene que ir acompañada con otras como la distancia social, lavado de manos y uso de barbijo, junto con realización de testeos. Es una medida antipática pero que puede ser positiva. Lo más importante de todo es la responsabilidad individual, que ayuda a cuidarse uno y a los que tiene a su alrededor”, afirmó el especialista.

Varias personas esperan en una terminal de transporte para abordar un ómnibus en Buenos Aires, en medio del creciente contagio por COVID-19 en plena vacación estival. EFE/Juan Ignacio Roncoroni
Varias personas esperan en una terminal de transporte para abordar un ómnibus en Buenos Aires, en medio del creciente contagio por COVID-19 en plena vacación estival. EFE/Juan Ignacio Roncoroni

El doctor Osvaldo F. Teglia, profesor adjunto a cargo de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, explicó a Infobae que las estadísticas nacionales están dando cuenta de un mayor número de casos de COVID-19 día tras día, al afirmar que “la conciencia y el accionar colectivos que permiten alejarnos del virus están fracasando en algunos grupos y daría la impresión de que prima una tendencia a desensibilizarse paulatinamente del creciente número de enfermos y fallecidos que ha dejado y está dejando esta pandemia en muchos hogares de nuestra patria”.

Al principio de la pandemia estábamos todos atrincherados en nuestras casas y tomamos al coronavirus como un huracán, una catástrofe natural, como un peligro agudo aterrador. Aquella fue la manera, tal vez exagerada, de cuidarnos. Pero actualmente, nuestra sociedad parece estar caminando hacia otro extremo como si esta enfermedad fuera como un accidente de tránsito, con el pensamiento intrínseco de que ‘no me va a ocurrir a mí’. Por ello, ahora muchos están manejando sin el cinturón de seguridad frente al coronavirus (distancia social, uso de barbijo, etc.), representando un verdadero riesgo inminente”, agregó el experto.

Y concluyó: “Seguramente también están influyendo en este clima de falsa y excesiva confianza las expectativas puestas en la vacunación; al respecto debemos recordar que, si bien la Argentina comenzó con su plan de vacunación contra SARS CoV 2, deberá concretarse la vacunación de millones de personas para alcanzar una masa crítica (inmunidad de rebaño), que nos permita comenzar a apagar el incendio que está causando el coronavirus. En este contexto de incertidumbre y en aras de procurar la salvaguarda de la salud colectiva de sus habitantes, parece lógico que las autoridades estén pensando en la reimposición de medidas estrictas; por otra parte, así está pasando en muchos países del mundo, en donde se combinan períodos de mayor distensión con restricciones de acuerdo a la marcha de la pandemia”.

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